Capitulo II: Bonjour! Ma demoiselle Bennet...

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Es una verdad mundialmente reconocida que un mujer soltera, poseedora o no de una gran fortuna, necesita un esposo.

Mas, sin embargo, poco se sabe de la opinión de esta al respecto. Como en mi caso.

No llevaba ni un mes en este país y ya todos los días jóvenes y adultos solteros o viudos rondaban nuestra casa para ver a alguna de mis hermanas o a mi. Jane es siempre tan amable... no rechazaba a nadie pero tampoco mostraba particular interés por alguien. En cambio yo no suelo ser muy sociable. William, mi hermano mayor es como Jane solo que mas reservado aún. Thomas y yo somos muy parecidos. Tom y yo vemos con malos ojos a la mayoría... solo se acercan por interés. Pero así es la sociedad... ojala pudiéramos volver a América...

-Extrañas nuestra antigua vida, ¿no es así? -pregunta Tom mientras se recarga en el balcón donde estamos.

-Si, Will paso unos 4 años viviendo aquí... en cambio el resto nacimos en ele mar o en otro lugar... hemos viajado por casi todo el mundo conocido... Las colonias... Nueva España... Las Indias... China... África... vivimos en Francia... estuvimos en lo que fue la Antigua Grecia y Egipto... pasamos tanto tiempo fuera que siento que los barcos son mi hogar... en esos lugares no eran necesarios los modales que me exigen aquí... tengo bitácoras llenas de todo lo que descubrí sola y acompañada... pero soy mujer y nadie me dará crédito aquí... solo me ven como un trofeo

-Si no quieres casarte no lo permitiré. Solo te casaras por amor. Y si nunca lo encuentras no deberás casarte ¿que nos importa la sociedad si mi mas querida hermana pasara la vida siendo miserable? prefiero que digan que eres una solterona -sentencia con voz firme y sonrió. Will nunca nos pediría que nos casemos, pero si es por conveniencia mutua el si lo hará, y Jane opina igual. Algunos pueden considerarme egoísta, pero, es mi vida. ¡MI VIDA! lo mínimo que me merezco es poder decidir que haré con mi vida. Por suerte Tom me entiende, mis estándares son tan altos que estoy convencida que no encontrare a alguien a quien unir mi vida... bueno... si hay alguien...

-Tom... si yo quisiera casarme con Monsieur Pontmercy... ¿me apoyarías? -le pregunto algo tímida, cosa poco común en mi.

- Lizzie... Pontmercy fue uno de los jóvenes que peleo en la Revolución Francesa... que aun no termina... Francia apoyo a Las Colonias para liberarse de Bretaña... comprenderás que los ingleses aquí detestan a los franceses y...

-Lo entiendo hermano, pero tan solo mira los cambios, ¡por fin se disipan las tinieblas! el conocimiento librara al ser humano de la ignorancia y los prejuicios. Hay tantas nuevas ideas... tan solo piensa en como cambiara el mundo cuando estas ideas  entren en vigor en todo el mundo... hay algunas mujeres que están aprovechando para demostrar nuestro lugar en el mundo... Marius piensa lo mismo... 

-Lizzie... no opines así en publico... causaras un gran alboroto... pero si Pontmercy te hace feliz, entonces adelante, yo te defenderé a capa y espada de todo... pero Pontmercy deberá dejar Francia y venir a aquí o ir a Estados Unidos... o tal vez Nueva España... un lugar donde estés a salvo y no pensando en que momento llegaran a matar a tu esposo -mi hermano y yo nos vemos un momento a los ojos y sonreímos antes de abrazarnos- haría lo que sea con tal de verte feliz Lizzie.

-¿No te importa que Marius sea revolucionario? -pregunto con temor.

-No... se bien que es un muy buen hombre. Y es el hombre perfecto para ti...  Pero ahora están separados... si en medio año tus sentimientos por el no han cambiado y el no ha venido, iremos a buscarlo. Si te asegura que su propuesta de matrimonio sigue en pie, no importa que papá no te de su bendición, porque yo te daré la mía.

-Debo confesarte algo...

-¿Que es?

-Ya acepte casarme con el... prometió venir por mi en 4 meses... ya han pasado 7 desde que dejamos Francia... y no he tenido noticias de el... no se si me ha olvidado o fue capturado...

-Investigare, te prometo que encontrare algo

Una de las sirvientas toca y mi hermano y yo abandonamos el balcón y entramos a la biblioteca, mi hermano ordena que pasen y entra Susan, una de las sirvientas que se encarga de servir la mesa.

-Disculpen la interrupción Miss Elizabeth y Mr Thomas, pero hay una caballero que asegura que quiere una audiencia con alguno de los miembros de la familia pero no cuenta con tarjeta ni quiere dar su nombre... pero asegura conocer a Miss Elizabeth -mi hermano y yo nos miramos, somos los únicos de la familia en casa, ya que el resto fue a la opera. Asentimos y mi hermano toma el revolver por si acaso y bajamos, en el recibidor pues no le han dejado pasar hay un caballero de espaldas... con ropa sencilla... ese porte... ese cabello... se da la vuelta lentamente y me mira dedicándome la mas hermosa sonrisa... alzo mi vestido y corro hacia el, corre hacia mi a pesar del grito del ama de llaves y nos fundimos en un abrazo.

-¡Marius! estas aquí...

-Estoy aquí Ma Belle Demoiselle lamento la tardanza... -me sentí derretir con su acento francés tan exquisito como siempre...me separo de el y observo su rostro. Esta demacrado, cansado, muy moreno, tiene las manos curtidas, le cortaron el cabello a la fuerza...

-¿Que sucedió?quiero la verdad -el suspira-

-Y la verdad tendrás, pero por ahora... quisiera pedir comida, he pasado  por mucho para poder llegar hasta ti...pero con solo verte mi alma se siente mejor -sonrió y ordeno que le sirvan de comer, mi hermano pide discreción al ama de llaves, el mayordomo y Susan que son los únicos que saben del recién llegado. Pasamos a la pequeña sala y mi hermano ahí le recibe como a un viejo amigo. Llega la comida y la bebida, le acompañamos con una leve merienda y cuando termina le miramos ansiosos. 

-Primero debo disculparme... olvide decir lo que prometí decirle cuando la viera después de estos meses... Bonjour! Ma demoiselle Bennet -me dedica su esplendida sonrisa de lado- Ahora les procedere a contar que dejaron Francia justo a tiempo... me apresaron justo tres días después. Fui prisionero de guerra, me obligaron a trabajar en el muelle y después fui vendido a unos nobles, pero me fugue con unos esclavos negros a España... y de España llegue a la frontera con Portugal y nos colamos en un barco de comerciantes escondidos entre las frutas. Desembarcamos en Glasgow y desde ahí, he viajado a pie, en caballo, me traslade con unos comerciantes y seguí a pie y por fin llegue con ustedes... por suerte para mi, todos saben de ustedes... yo solo sabia el condado pero nada mas, pero pidiendo mas indicaciones logre llegar. Ruego disculpen mi mal aspecto... pero no he podido encontrar algo mejor que ponerme.

Entre mi hermano y yo le alabamos por su valor y demostración de afecto hacia por mi por venir hasta acá arriesgando su vida, le preparan una habitación y mi hermano le da algo de su ropa. Esperamos a que nuestro padre y el resto de la familia lleguen para comunicar lo sucedido... Marius esta en una situación muy delicada... y a pesar de hablar a la perfección ingles, suele hablar haciendo notar su acento.

Estoy en la biblioteca y veo El arte de la guerra... y recuerdo a aquel estúpido joven y al estúpido bibliotecario que vi hace tres días en la librería... ¡pensar que Sun Tzu era japones! ¡no se puede ser mas ignorante! Bufo y escucho el sonido del carruaje... es hora de hablar con padre.

Loungbourn ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora