¿Alguna vez te imaginaste conociendo a tu ídolo en persona? ¿Que podías hablar con él y tenerlo tan cerca que puedes mezclar tu aliento con el suyo? Seguramente la respuesta es sí, aunque dudo mucho que sea en la forma en la que lo está experimentan...
Me acomodo la peluca y paso un peine por la melena para intentar que quede perfecto. Una vez que creo que ya está, me coloco la capucha encima y me doy un último vistazo en el espejo, nadie me reconocería si me viera ahora. Como vamos a hacer un nuevo intento de "cita" con Andy, decidimos que esta vez nos disfrazaríamos mejor, cosa de no tener que estar ocultándonos. Yo llevo maquillaje suave aunque un tanto gótico, con una peluca de estilo punk, de color negro con azul, celeste y blanco, de un costado rapadado con un mechón junto a mi rostro y todo el resto del cabello acomodado para el otro lado a modo de cresta. Otro mechón hace juego con el del lado rapado, y la melena cae hacia atrás llegando hasta el fin de mi nuca.
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En el cuerpo llevo ropa negra, que consiste en una camiseta negra de escote en v lisa, con unos pantalones estilo gótico, que están decorados con una parte de tela semi-transparente en la parte frontal de los muslos, surcada por una correas con argollas entre ellas, unas botas de plataforma del mismo color y una especie de capa que compré en una tienda de Black Craft Cult, me encantan sus diseños satánicos. Tiene una capucha lo suficientemente grande como para cubrir mi cabeza completa con peluca y todo y me llega hasta las rodillas, terminada en punta y con una tira ancha de símbolos en blanco por todo el borde de la misma, incluso en la capucha.
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Satisfecha con el resultado, estoy por salir del baño, cuando escucho unos golpes suaves en la puerta y ya me puedo imaginar quién es antes de que hable, cosa que se me confirma, cuando su voz ronca suena del otro lado de la madera.
-¿Yes? ¿Ya estás lista?
-Ya salgo.
Sonrío ansiosa por última vez en el espejo y me encamino hacia la salida, abriéndola sin mucha ceremonia y sorprendiéndome por lo bien que le quedó al pelinegro el disfraz. Él lleva una peluca también, solo que la suya es más punk todavía que la mía, toda negra con una de puntas azules en el medio de su cabeza y esta baja por su espalda hasta llegarle entre los omóplatos.
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