01

33 2 0
                                    

01: Beacon Hills.

— Los tenemos. –una voz fría se escuchó firmemente.– Sabemos su ubicación.–todos sonrieron.

Un escalofrío le recorrió por todo el cuerpo. Tenía que llegar antes que ellos.

—Concuerdo al plan, tenemos 12 meses.–aún en su sitio, maldijo en voz baja.— Ustedes cuatro. –señaló con su esquelético dedo a las cuatro sombras, y estas, se levantaron de su lugar.– Vigílenlos, quiero notificaciones dos veces al día, quiero saber exactamente lo que estén haciendo, no me importa si tienen que seguirlos a todas horas. Quiero saberlo todo. El ritual no puede fallar.

Retrocedió unos cuantos pasos, tenía que salir de ahí, tenía que largarse de una vez.

Guardo sus cosas rápidamente dentro de la mochila, y accidentalmente, tirando su celular. Se maldijo internamente, agarrando el aparato entre sus manos rápidamente, miro nuevamente por la ventana, esperando que no hubieran escuchado nada y no la hubieran descubierto.

Su corazón pareció detenerse cuando las cuatro sombras señaladas anteriormente ya no se encontraban en su lugar, y las demás tenían su vista en ella.

Estaba muerta.

Siete, ocho, nueve... contó mentalmente, perdiéndose entre la oscuridad de la habitación, se rindió en cuantas sombras eran, como quiera no podría con todas ellas. Agarro su mochila fuertemente, y salió corriendo de ahí.

Choco con varios arbustos, algunos chocándole en el rostro, intento que eso no la alentara y siguió con su carrera.

Su pecho ardía, con el corazón latiendo rápido, visualizo a unos cuantos metros la carretera, con algunos coches pasando a toda velocidad. Sonrió incrédula, tal vez si podría escapar.

Deseo no haber cantado victoria tan pronto.

Aún corriendo, de reojo vio como alguien le seguía por detrás. Eran dos de ellos. Aceleró con todo lo que pudo. Y aún así, otros dos aparecieron a sus costados. La estaban acorralando.

Las sombras de los lados empezaron a acercarse cada vez más, a tal punto que podían casi rozar sus hombros. Quiso vomitar. Sus rostros.

— ¡Maldita sea! –rugió cuando uno estiró la mano y la sujetó fuertemente de la mochila que traía en su espalda.

Intento forcejear, pero solo perdió el equilibro. Y cuando otro se tumbo encima de ella, supo que hasta aquí había llegado.

Rodaron contra el barro, dándose unos buenos golpes en el camino, la coleta que mantenía su cabello recogido se soltó, colocando todo su cabello en su rostro.

No podía rendirse, tenía que llegar hasta el final.

Con rapidez se levantó de la tierra, igual que la sombra, quedaron frente a frente. Su pecho subía y bajaba ferozmente. Miro desafiante a aquella cosa, cual parecía no tener emociones, seguía con esa escalofriante sonrisa en su putrefacto rostro.

No pudo pensar bien, eran demasiado rápidos los de su especie, cuando uno se abalanzó contra ella, dándole un buen puñetazo contra su estómago, sacándole el aire, se inclinó hacia adelante, tratando de recuperar la respiración, la criatura no lo dudo más y sacó aquellas largas garras, proporcionándole un buen arañazo contra su espalda.

Grito de dolor, con algunas lágrimas escapándose de sus ojos, se dejó caer al suelo, justo delante de los pies de aquella cosa.

No tenía mucho tiempo. Ahora era solo una sombra, las demás habían decidió mantenerse al margen en cuanto uno de ellos decidió tomar la pelea, suponiendo que ganaría, le dieron su espacio. Había ahorrado solo unos minutos cuando las demás sombras habían decidió detenerse, pero ahora que se encontraba herida, no podría mucho menos con tres más de esas cosas si deciden entrometerse al final.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 06, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Bored. |TeenWolf, Derek Hale|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora