Cartas a la chica melancólica

Cuarta Carta.

Querida chica de los ojos oscuros:

Te odio. Odio que seas tan buena con todo el mundo. Odio que no me mires como yo quisiera que lo hicieras. Odio tus pestañas, y cómo te ves con elllas: inocente. Odio tus ojos y la mezcla de mujer y niña que ves en ellos. Odio ese lunar que ahora amas. Odio tus manos, que no puedo encajar con las mias ahora. Odio tu cabello, y el hecho de que ya no me hace cosquillas. Odio tus brazos, y los abrazos que ya no me das. Odio tus labios, y las palabras que no me dirigen. Lo odio a él, que dice amarte. Y me odio a mí, por no enfrentarte.

Te odio. Odio tu belleza, odio tu franqueza. Odio tu sonrisa y lo que muestra. Odio tu felicidad en estoy momentos, odio mi egoísmo. Odio amarte, y odio no poder odiarte. Odio decir que te odio, cuando no es cierto. Y odio querer estar a tu lado, pero evades mi intento. Odio que hables con él, que te desprecia. Odio que llores por él, que sólo juega.

Odio cada una de tus malditas bellas facciones, y lo que me hacen sentir. Odio sentir que eres perfecta, aun cuando me enseñarom que eso no existe. Eres mi perfección soñada, y te odio por eso.

Te odio...
No, sólo odio amarte.

Con furia, el chico que volvió a ser invisible.