Capítulo 9

888 54 0
                                    

-¿Y eso lo perdona todo?

-No, claro - Hvitserk se silenció un segundo para después mirar a Ligia. - ¿Dónde estabas anoche? Ubbe te buscó por todo Kattegat y no estabas...

-Pasé la noche fuera.

-¿Fuera? ¿En mitad del bosque? Eso es imposible con este frío.

-En una cabaña...

-No hay ninguna cabaña cerca... - Hvitserk miraba curioso a Ligia. – Si no lo quieres decir no pasa nada, no te lo preguntaré más. – Levantó las manos a modo de rendición y volvió a mirar al lago. - ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Ya has hecho varias. – Ligia rio suavemente. – Pero, adelante.

-La ropa que llevabas esta mañana...

-No, no tengo frío. – Ligia lo interrumpió a lo que Hvitserk rio.

-No, no era eso, pero gracias por la aclaración. – Hvitserk miró a Ligia. – Lo que quería preguntar es ¿por qué?

-¿Por qué? – Ligia lo miró extrañada.

-Sí, ¿por qué? – Miraba a un punto fijo, intentando explicarse. – Vais desprotegidas.

-Llevamos el chaleco, los protectores para los antebrazos, las botas y las tiras de cuero del cinturón, que son lo suficientemente gruesas para protegernos. – Ligia lo miró divertida. – A parte, si sabes luchar de verdad, no necesitas ninguna protección. – Hvitserk suspiró con media sonrisa. – Además así tenemos más movilidad.

-¿Y no usáis escudos?

-Claro que los usamos.

-Hoy no... - Hvitserk arrancaba algunos trozos de hierba del suelo.

-Dominamos varios estilos de combate, no todos son con escudos. – Ligia alzó los hombros sin darle importancia. Hvitserk se levantó y se apoyó en el árbol, invitando a Ligia a hacer lo mismo.

-Hace algo de frío, pero sería una pena irse sin bañarse en estas cristalinas aguas...

-No me voy a desnudar si es eso lo que piensas... - Ligia hablaba mientras Hvitserk se quitaba la camisa.

-¿Quién dijo que fuera necesario? – Hvitserk alzó a Ligia para colocarla en su hombro y corrió con ella gritando hasta el lago, acabando ambos hundidos en las cristalinas aguas.

-¿Era necesario todo esto? – Ligia preguntó entre risas mientras se apartaba el cabello empapado de la cara.

-Definitivamente sí. – Contestó Hvitserk entre carcajadas, Ligia le respondió lanzándole agua a la cara. - ¿Quieres guerra? – Una media sonrisa apareció en su rostro. Ambos empezaron a salpicarse mutuamente entre risas. En un momento los brazos de Hvitserk rodearon la cintura de Ligia, atrapándola contra él. – Gané. – Susurró triunfante en su oído, para después darle la vuelta, quedando cara a cara. Ligia no podía apartar la mirada de esos ojos azules, sentía como si pasasen segundos y al mismo tiempo horas, una fuerza invisible la atraía hacia él, el sutil roce de sus labios dio paso a un dulce beso, que poco a poco fue cobrando intensidad. Las manos de Hvitserk recorrían la espalda de Ligia, hasta llegar a su cadera, pegándola más a él. Su mano bajaba lentamente hasta su muslo, acariciando cada centímetro de piel. Ligia empujó con sus manos el pecho de Hvitserk alejándolo de ella.

-No... - Su voz sonaba entrecortada. – Es... Es mejor que me vaya... - Ligia se giró para salir del agua, dejando a Hvitserk atrás.

-Espera. – Hvitserk salió del agua siguiéndola. – Perdona si... - La tomó por el brazo con delicadeza.

The soul of the seaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora