Universidad T

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En multimedia Marco Adachi.

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Nos besamos como nunca antes lo habíamos hecho, escondidos en aquel rincón, solos en nuestro mundo propio. Cuando me quedé sin aire me arrepentí de tener los pulmones tan pequeños, me separé de sus labios a regañadientes, no quería hacerlo, quería seguir cerca de esos labios por toda la eternidad. Le miré a los ojos deseando más y sus ojos lo pedían casi más fuerte que los míos, ninguno quería que este momento terminase pero finalmente me bajó al suelo, me abrazó tan fuerte como pudo, yo no me quejé y se lo devolví igual de fuerte que él me lo había dado.

Nos separamos por completo y me dijo:

- Ahora es cuando deberías caer en la cuenta de que eres mía, siempre lo has sido y siempre lo serás, siempre que huyas terminarás regresando a mis brazos Amaia, lo sabes de sobra, así que no luches contra el destino simplemente asúmelo y vuelve conmigo.- Y fue entonces cuando me di cuenta de que había recaído, aquella droga en la que juré no volver a caer, aquella droga irresistible de la que no hay forma de desintoxicarse, la droga a la que llaman Amor.

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-¿Pero entonces que tiene que ver la tal Evelyn en todo esto?- preguntó el pelirrojo.

Pau le respondió por enésima vez a la pregunta.

- Te lo vuelvo a repetir zanahorio, ¡que es culpa de esa zorra! Esa gilipollas fue la que sedujo a Silva y él como se cree tan machito y que puede hacer lo que le salga de las narices sin tener ninguna repercusión, entró en su juego, lo que Silva no sabía era que la zorra de Evelyn le había mandado una nota diciendo que quería hablar con Amaia, y lo que ella se encontró fue a Silva en una situación no muy apta para describir.

-Pero la culpa no es toda de Silva...-El pelirrojo se empeñaba en defender al moreno pero fue interrumpido por la latina.

-Y una mierda que no, si estás constantemente diciéndole a alguien lo enamorado que estas de él no me cabe en la cabeza que llegues y te líes con otra,  eso no es amor, seguro que ese hombre tiene una lista donde apunta todas sus conquistas, ¡SE CREE UN MACHO ALFA CUANDO NO LLEGA NI A CRÍA!-Ese último comentario había hecho que soltara una gran carcajada, como hacía tiempo que nadie conseguía sacarme.

-Chicos calma, eso no fue por lo que molesté con él, si no que no tuvo el valor de hacerme frente después de eso. Empezó a evitarme, a ignorar mis mensajes y a estar pegado como una lapa a Evelyn, ¡SI SALIÓ HASTA EN LAS REVISTAS JODER, RECONÓCELO! Eso fue lo que me molestó, que las veces que le pregunté negó sentir nada hacia ella, cuando lo único que hacía era lamerle el culo y no separarse de ella, me parecía increíble que pudiera seguir negándomelo, pero allá él, sus acciones le llevaron a donde está...-Dije yo sin poder aguantarme más.

-Pero esa no es toda la verdad, es cierto que no te contó nada ¿eh?-Soltó el pelirrojo justo cuando se cerró el grifo de la ducha.

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Silva se alejó de mí con una gran sonrisa en la cara mientras me miraba, ahora mismo debería de parecer patética, sentada en el suelo con los brazos colgando a los lados, la cara completamente roja y extasiada por lo sucedido, como odiaba y amaba a ese hombre a la vez, era una gran contradicción, sabía que estando con él iba a sufrir pero no podía apartarme de su lado, era mi Kriptonita y a la vez mi oxígeno, necesitaba a ese lobo en mi vida pero no debería dejar que entrase.

Me levanté tan rápido como pude y me dirigí al baño corriendo para no ser vista en tan desagradable forma. Entré y cerré la puerta para estar sola, me lavé la cara un par de veces esperando que se bajara la rojez y cuando empezó a bajar me hice un moño, ya que me resultaba más cómodo para entrenar. A continuación me dirigí hacia la zona donde todos estaban reunidos, cuando llegué el entrenador Kakeru y Andrew empezaron a explicarnos cosas aburridas sobre tácticas que tenían pensado hacer y lo peor era que no sólo las nombraban, también las explicaban, por desgracia para nosotros la mayoría de los allí presentes sabíamos jugar todas esas formaciones y si no las habíamos jugado, las habíamos visto o incluso habíamos oído hablar de ellas por ello nos estaban soltando un sermón que ya conocíamos bastante bien.

¿El deporte lleva al amor? (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora