The Blonde.

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— ¡Siempre dices lo mismo! — gritó YuQi con furia.
— Deberías ser como Lucas, ya tiene prometida y ni siquiera duermen juntos — respondió su madre.
— ¡Yo no soy Lucas mamá! ¡Él es tu hijo y yo tu hija! ¡No deberías compararnos! — pronunció con dificultad, le costaba responder a las crueles palabras de su madre.
— ¡No los compararía si fueras normal, YuQi! — sentenció.
Eso era demasiado, de nuevo, su madre llegó al límite.

A pasos firmes se dirigió a la puerta de aquella casa que hacía tiempo abandonó, salió dando un portazo, no estaba dispuesta a soportar más de lo que ya había soportado.
Las lágrimas rodaron por sus mejillas, pero rápidamente las limpió con su mano, nadie iba a verla débil otra vez.

Al llegar a su departamento, se cambió la ropa por unos pantalones de cuero ajustados, junto a un crop top y una chaqueta roja para cubrirse del frío, no iba a lloriquear por el rechazo de su madre, contrariamente, iba a salir de fiesta, teniendo como plan una aventura de una noche, solamente por venganza, aunque su madre no se enterara e ignorando que a la mañana siguiente debía levantarse temprano, pues iba a desayunar con su hermano, a quien no veía hace meses por trabajar en el extranjero.

Decidida, llegó a un bar bastante popular, y se dirigió a la barra.
— ¿Lo de siempre? — preguntó Minho, el bartender del lugar.
— Dame algo más fuerte, hoy vengo con ánimo — respondió pícara.
— Igual yo — dijo Chan con un guiño para Minho, un cliente habitual también.

Mientras Minho preparaba sus bebidas, YuQi buscaba con la mirada a alguna chica hermosa que le pudiera gustar por esa noche.
— ¿Ves esas chicas de allá? Tienen rato aquí, y la rubia de vestido negro no deja de mirarte — comentó Chan.
Lo que el pálido decía era cierto, llevaba un tiempo sintiendo que la miraban.
Minho trajo sus bebidas y las tomaron con calma; De lo que los dos jóvenes no se percataron fue que aquella rubia de cabello corto y YuQi cruzaron sus pupilas muchísimas veces mientras vertían el alcohol en sus gargantas, dirigiéndose miradas coquetas e insinuantes.

De un momento a otro, la rubia se plantó en la pista de baile junto a sus amigas, sin quitarle los ojos de encima a la pelirroja en la barra.
Comenzó un vaivén rítmico con sus caderas de lado a lado con la música, resaltando la curvilínea silueta que su vestido negro denotaba, al tiempo que pasaba sus manos lentamente desde su cintura hasta su cabello, como retandola a acercarse.

Y YuQi, lentamente fue donde ella estaba, hasta estar frente suyo, bailando igualmente a su lado. Prontamente, la rubia le dió la espalda, pegandose al cuerpo de su contraria sin dejar de moverse, la tomó por el cuello con una de sus manos mientras ondeaba sus glúteos contra el vientre de YuQi, haciendo de su encuentro algo aún más sensual.
La rubia se volteó dándole la cara, para sujetar su cuello por completo, YuQi la tomó de la cintura, bailando y rozando sus frentes, sus labios, incluso sintiendo el aliento de la otra chocar en sus rostros.

— Llévame a donde podamos estar solas — le susurró la rubia al oído, casi como si se lo suplicara.

Juntas se abrieron paso entre la gente, para llegar al departamento de YuQi, ninguna le dió importancia al trayecto, estar solas era lo único que tenían en mente.

Al llegar al lugar, YuQi cerró su puerta con seguro una vez dentro, la de vestido negro no hizo esperar a sus belfos, pues los atrapó con los suyos apenas pudo.

Torpemente fueron hasta su habitación, donde la ropa y sus tacones terminaron rápidamente en el piso, mientras YuQi trazaba todo un mapa en el cuerpo de la rubia con su lengua, y la otra no podía más que sujetarse fuertemente de las sábanas y de la propia YuQi, dejando pequeñas marcas debido a sus uñas largas en la pálida piel de la pelirroja.
Sin prisa pero con lujuria, se encargaron de probar todo de la otra, ambas llenaron la habitación de sus súplicas por más, no les importó si alguien intentaba dormir cerca, era una sola noche la que compartirían y debían usarla al máximo.








































[...]

A la mañana siguiente, los ojos de YuQi se abrieron gracias al penetrante brillo del sol traspasando su ventana y como seguramente pasaría, la rubia ya no dormía en su cama, igualmente no le sorprendió pues ni su nombre sabía, pero su aroma quedó impregnado en cada rincón de su habitación, e incluso en su propio cuerpo.

Dió un grito cuando se percató de la hora, ese día vería a su hermano para desayunar a las 10:00am, y el reloj marcaba las 9:40am, sin esperar a nada se arregló para su cita en casa de sus padres, no podía faltar, siendo su hermano el único en comprenderla y apoyarla de su familia.

Al llegar a su casa, le abrió un Lucas sonriente.
— ¡Pequeña! Te estábamos esperando ¿Mucho trabajo anoche? — la recibió su hermano, preguntando sutilmente por su tardanza.
— Sí, mucho trabajo — mintió, mientras recordaba un poco de lo verdaderamente sucedido por la madrugada, tiñendo así sus ojeras sin siquiera notarlo.

Ambos se adentraron hasta el comedor, el olor de un desayuno recién hecho se percibía desde la entrada, sin embargo, ni siquiera eso la podía tranquilizar, sabía que su madre no estaría contenta por su último altercado, seguramente se pasaría todo el rato juzgandola.

Ya en la mesa, suspadres y su cuñada la esperaban con el plato servido, listos para iniciar.

Lucas se giró para enfrentarla, había un destello de emoción en sus ojos.
— Pequeña, iba a presentarte a mi prometida, SoYeon, vino para conocerlos — pronunció Lucas, rodeando por los hombros a una rubia de cabello corto y baja estatura.

Un escalofríos recorrió su columna junto a una sudoración que comenzaba en su frente y manos al reconocer el rostro de la joven; era la misma chica con la que compartió la anterior noche.
SoYeon tampoco pudo evitar quedarse en blanco.

— So-SoYeon — tartamudeó un poco mientras le extendía la mano a la pelirroja.
— YuQi, espero que nos llevemos bien — respondió algo nerviosa, tratando de actuar lo más normal posible
— Sé que lo haremos — respondió la rubia junto a una lasciva sonrisa.












































Holi, espero les haya gustado, quizá lo publique también en twt, en fin, si les gusto háganmelo saber para continuar haciendo OS como este, nos leemos luego.

The Blonde • YuYeon OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora