6._Lágrimas

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Quedaron pasmados. El viento soplaba entre las improvisadas lápidas que,curiosamente,tenían escritos los nombres de quien estaba sepultado bajo el túmulo. Evangeline se metió en aquel cementerio y un gritó ronco le salió,de su pequeña bocas, al ver el nombre de su hermana en una de ellas. Cayó sobre sus rodillas y comenzó a escarbar con desespero,usando sus propias manos  para apartar la tierra. Whiss intento calmarla,pero no lo escuchó por lo que este debió contenerla. La tomó por la cintura para ponerla de pie y luego se debatió un poco con ella, para rodearla con sus brazos e impedirle cualquier maniobra. La muchacha sólo lloraba.Cómo no lo iba a hacer si en siete días perdió a su amado y a sus dos hermanas de forma bastante abrupta. Terminó por desmayarse en brazos de Whiss,quien señaló buscaría un lugar para que ella descansara.

-Te acompaño-le dijo Vegeta, en un tono que no dejaba cabida al debate-Este lugar me da mala espina.

Siguió Whiss hasta el corredor de una casa, donde había una banca. En ella recostó a la muchacha.

-Quédate aqui-le dijo Vegeta, mientras desenfundaba una pistola para ingresar en la casa. 

Piccolo y Vegeta tenían la misma idea.
El primero recorrió varias casas,el segundo sólo esa,pero minuciosamente. Whiss en cambio de se quedó con Evangeline,mas eso no le impidió examinar el área con la mirada. Habían cosas bastante particulares a simple vista. Un sonido al costado de la casa le llamó la atención y lo puso en alerta. Saco la pistola que llevaba en la espalda y apunto al lugar. La bajo apenas vio aparecer un pequeño gato,que escapó raudo hacia el otro extremo de la calle. Evangeline comenzaba a reaccionar y él, le ofreció una cantimplora con agua que llevaba al cinto,pero ella la rechazo.

-Tengo frío-le dijo y se abrazo así misma.

Estaba pálida,más de lo habitual y eso sumado a que bajo ese sol ardiente nadie podía tener frío,preocuparon un poco a Whiss,que se saco la chaqueta que llevaba para ponérsela en la los hombros.

-Esto es muy extraño-comento Vegeta al salir de la casa-¿Dónde esta Piccolo?

-Creo que se fue a la alcaldía-le dijo Whiss.

Un rato después Piccolo, apareció por la calle caminando hacia ellos.

-Algo muy raro paso aquí-les dijo-Todas las casas que revise están en las mismas condiciones. Las personas parecen haberse parapetado en sus casas. Temían a que alguien o algo entrara.Sacaron las puertas interiores para clavarlas en las exteriores y hasta emplearon las maderas del piso para cerrar las ventanas.

-Habran estado sitiados por bandoleros-comentó Whiss-La banda de Frezeer merodea esta zona.

-Lo mismo pensé yo,pero revise la casa y el dinero y otros objetos de valor,están en su lugar-señaló Vegeta.

-Las casas no lucen dañanadas-comentó Whiss.

-No...Todo señala que ellos mismos habrieron las puertas y salieron a enfrentar lo que sea que los obligó a esconderse-indico Piccolo.

-¿Quién es el responsable de esto?-pregunt9 Vegeta.

-¿Bills?-dijo Whiss casi como una burla.

-¿Qué le pasa a la chica?-le preguntó Piccolo-No se ve nada bien.

Camino hacia ella y le puso la mano en la frente. Ardía en fiebre.

-Seguro esta alterada por todo lo que ha pasado-le dijo Vegeta.

-Me parece que seria conveniente que la llevaran con un médico-les dijo Piccolo.

Decidieron que era tiempo de volver. Whiss cargó a Evangeline, en brazos y la llevó en su caballo. La acomodó entre sus brazos para poder llevar las riendas de buena forma. Volvieron más lento a "Terra verde". Había anochecido para cuando regresaron al pueblo. Los esperaban algunos curiosos,pero Daishinkan los interceptó primero. Piccolo se dio la vuelta y volvió a su monte,Vegeta se quedó hablando con el padre de Whiss y este bajo del caballo con cuidado a Evangeline. El padre de la muchacha se la pidió,sin siquiera preguntarle que le había ocurrido. Entonces Whiss lo miró con repudio y en un tono amedrentante le dijo que él, cuidaría de su prometida.

-Se quedara en mi casa mientras se recupera de lo que usted le ha hecho y si le vuelve a poner un dedo encima, haré que su puesto de alcalde vitalicio termine abruptamente-le dijo.

-Si...joven Whiss-le respondió tímidamente el alcalde.

La llevó a su casa y al subir la escalera se encontró con Sour, que lo quedó viendo un momento.

-Buenas noches-le dijo él.

-Buenas noches-le respondió Whiss secamente.

-¿Quién es ella?

-Mi prometida.Se quedará aquí unos días-le dijo y paso junto a Sour,pero se detuvo un paso después-Imagino que te quedaras aquí un tiempo así que esta es la primera y última vez que te diré esto: ¡Aléjate de mi! Y si la llegas a lastimar haré que te arrepientas...

Whiss solía ser de un ánimo muy cordial,pero esa vez sonó terriblemente serio,oscuro, amenazante.

Llevó a Evangeline a una habitación y la recostó en la cama boca abajo. Las manchas en las manga de su camisa le revelaron algo y sin cuidado desgarro el vestido de la muchacha sobre su espalda. Le desato el corset y asi descubrió con horror las huellas de los golpes del alcalde sobre su hija. La piel la tenía desgarrada y su aspecto inflamado delataba que estaban infectadas.

-¡Shin! ¡Shin!-llamó desde el pasillo y el shin-jin no tardo en aparecer-Ve con la señora Bulma y dile que venga que tengó un dolor de espalda.Ella entenderá.

-Si señor...-le dijo el muchacho.

Bulma vino rápido,pues sabia lo que eso significaba. Muchas veces curo a Whiss de heridas como esa.

-Pobre muchacha-dijo Bulma-Seguramente nadie la ayudo a curar sus heridas y terminó por enfermar a raíz de ellas. Espero seas un buen esposo,Whiss. Creo que ya ha sufrido bastante y tú también.

-Todos sufrimos en este lugar-le dijo Whiss.
 
Bulma le inyectó unos antantibioticos y le dejo otros para que él,se los diera. Se fue después de eso. Para cuando la muchacha despertó la luz de la luna entraba por la ventana. Se levantó apoyándose en las manos y asi su corset cayó. Cerro las manos entorno a sus pechos algo confundida y miró hacia la ventana. Tuvo un sueño extraño y un nombre le quedó de el en el oído.

-Bills...-dijo y luego sintió el dolor en su espalda y recordó el pueblo y su hermana.

Empezó a llorar en silencio.Entonces alguien le puso algo sobre los hombro, miró con sorpresa a su costado y se encontró con Whiss. Así hubiera sido el mismo diablo se hubiera arrojado a sus brazos para llorar y lo hizo aferrada a él. Las lágrimas de Evangeline humedecieron la camisa de Whiss.

Lejos de ahí, Bills caminaba tarareando una canción cuando unos maleantes se le cruzaron el el camino.

-¿a dónde vas con ese ataúd?-le preguntó Frezeer, el líder.

-No me gusto el sitio donde me sepultaron, así que tome mi ataúd y salí a buscar un lugar mejor-le respondió Bills y todos rieron.

-Eres gracioso-comentó Frezeer.

-El remate del chiste siempre lo es-le dijo Bills.

El evangelio de la destrucción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora