[Capitulo 10]

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Nacimos para vivir, para morir y para sentir. Sabes que estas vivo cuando te enamoras, cuando sonríes, cuando estas triste, cuando estás enojado, cuando estas enfermo, cuando sientes dolor, rompen tu corazón, cuando las mariposas hacen aparición en tu estómago.

Nosotros los humanos cometemos errores la mayor parte de nuestra vida, queremos arreglarlos y luego hacer como si nada hubiera pasado, cometiendo un nuevo error el cual se vuelve común y repetitivo. Nosotros los humanos tenemos miedo de estar solos, tenemos miedo de salir dañados, de terminar enamorados de la persona incorrecta.

Singto no quería enamorarse de la persona incorrecta, no quería enamorarse de alguien prohibido, no quería enamorarse de Krist Perawat.

Pero a pesar de aquel miedo, allí se encontraba, Singto mirándose al espejo y arreglando su cabello antes de salir. Acomodó su camiseta gris y sobre ella tomó su chaqueta color rojo vino favorita.

—¿Estas seguro que quieres ir, Singto? —el mencionado miró a Gxxod y metió sus manos en los bolsillos de su chaqueta —Sabes que esos chicos juegan sucio, puedes salir lastimado.

—Está bien, necesito el dinero y si gano la competencia me darán lo que me daría en la biblioteca por dos meses de trabajo. —Respondió tocando la frente de Gxxod con su palma—Tu quédate a descansar, regresaré apenas termine la carrera, lo prometo. También traeré tus medicamentos.

 Gxxod tosió y asintió acurrucándose en la cama de Singto mientras abrazaba una de sus almohadas. Gxxod se había enfermado debido que luego de tomar demasiado y perder la conciencia, había entrado a la piscina con los demás, tomando una gripe al día siguiente junto con una fuerte resaca.

Ese día habían retado a Gxxod en una carrera de motocicletas, a lo que claramente tuvo que negarse, más los chicos habían preferido retar a su hermano si era posible, ya que era una gran riña que tenían los hermanos junto con aquel grupo de chicos los cuales eran conocidos por sus triunfos en los barrios pobres de la ciudad a pesar de que nunca habían podido ganarle a Gxxod que era uno de los mejores entre todos los corredores.

 —¡Suerte hermanito! —exclamó Gxxod un tanto decaído y alzando sus puños antes de que Singto saliera de la habitación y le dejara solo.

Sí, en esa situación se encontraba. Engañando a su hermano y escabulléndose para salir con Krist. 

Singto en realidad nunca había aceptado la carrera, le había dicho a Gxxod que sí lo había hecho para que no le preguntara a dónde iba a salir en realidad. 

"Voy a salir con Krist porque ayer casi le beso luego de que él me rogara salir con él, y claramente no me negué porque creo que también me estoy enamorando de Krist, tu futuro novio."

No, realmente no iba a decirle aquello. 

La noche anterior, Singto había estado e

n cruzando el límite con sus propias reglas. Aun recordaba como había pensado en besar a su mayor, había quedado estancado en sus pensamientos al momento de mirar sus esponjosos y rosados labios, deseando probar de aquel hermoso néctar.

Mas Krist había notado su constante mirada hacia sus labios, por lo que había correspondido a la mirada y había intentado dar el paso para juntar sus labios luego de minutos de tensión entre sus cuerpos. Pero Singto se había apartado, había volteado al lado contrario evitando el contacto visual y se había alejado del cuerpo de Krist.

Sí, Singto quería besarlo, pero no era correcto, al menos no a su criterio.

Pero entonces Krist había preferido sacar tema para no hacer aún más incómodo el momento entre los dos, así convenciendo a Singto para salir al día siguiente y celebrar su cumpleaños con el pretexto de "Agradecer" a Singto.

[Adaptación][Peraya] Prohibido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora