Analepsis de un "cobarde"

648 120 13
                                    

Sí, suena a que es malo.

La brisa mecia con suavidad su melena, su cabeza descansaba sobre mi pecho y su mano tomaba la mía con dulzura y fuerza.

— ¿Y sí...mi nariz fuese más grande?

— Te seguiría amando.

Sonreí ante su respuesta aunque no me duró demasiado, era muy difícil de creer que alguien como él me amase y ¿si todo esto era un simple sueño?

¿Si estuviese calvo?

— Te seguiría amando.

Cerró sus ojos y movió su cabeza para apoyarla en el costado derecho de pecho...creo que disfrutaba el palpitar de mi corazón.

— ¿Si tuviese dientes afilados como los de Third Reich?

— Te seguiría amando, aunque me daría miedo que me mordieses cuando me besaras, pero igual valdría la pena.

Su tierna risa hizo vibrar mi corazón dentro mi pecho, suspiro y al hacerlo creo que mi mente se reprochó a sí misma...que no lo merecía.

— ¿Si fuese más bajito en estatura?

— Te seguiría amando.

¿ engoradara hasta parecer USA antes de su dieta?

— Pues, habría más de ti para amar.

Fruncí mi ceño antes de darle un muy ligero golpe en la cabeza y después de eso él me abrazó con más fuerza riéndose un poco.

— ¿Hablas en serio?

— Sí, soy así de romántico.

— Mejor dicho; empalagoso y cursi.

— Pues, tú amas a este "cursi".

Levanto su rostro y me vió con una sonrisa de aquellas que le encantaba dedicarme, con su mano libre me tocó la mejilla y me dió un beso en el mentón.

— ¿Y sí...me enamorara de alguien más?

Las palabras salieron de mis labios sin pensarlas tan siquiera. Sus ojitos antes cerrados se abrieron a tope y su rostro denotaba miedo, me dolió cuando me soltó de la mano y se sentó...alejandose de mí.

— ¡Ey! No era en ser...

— Te recuperaría.

Mi corazón se paralizó y un fuerte viento amenazó con llevarse lejos el chullo que Bolivia había dejado en el césped de la colina...la colina que había visto este amor nacer, bajo la luz de la luna y el canto hecho murmullo de los grillos.

Así me tomase el resto de mi vida te recuperaría, porque sé...que nadie te va a amar como yo. Me costó mucho que me amaras, me tomó mucho tiempo llegar a tu corazón, romper todas y cada una de esas barreras, de esas murallas que habías puesto alrededor tuyo. No te dejaría marchar así de fácil. No dejaría marchar así de fácil al amor de mi vida.

— Bolivia, yo...

Me vió con sus ojitos llorosos y se lanzó a abrazarme con fuerza. Sentí como mi camisa de a poco se empapaba y sus jadeos no expresaban nada más que dolor. No quise hacerlo llorar.

— Sé que suena mal, sé que suena muy egoísta, sé que...estaría mal alejarte de quien ames...pero no soportaría el hecho de perderte, y sí...en realidad llegases a olvidarme, haría todo lo posible para recuperarte y nada me detendría, para eso tendrían que matarme...o tendrían que borrarme la memoria, porque yo no te olvidaría jamás.

A veces creo que no te merezco en lo absoluto.

— Te amo, Rusia. Y si tú me amas también, no hay nada en este mundo que me llegue a hacer falta.

— Yo también te amo, pequeñin.

Si me olvidas, haré que me recuerdes. Que me ames otra vez, pues si pierdo tu amor; seré noche sin luna, amanecer sin brillo, sol que no abraza con calidez. No seré nada, estaré vacío. Rusi, mi Rusi, sin ti, estoy perdido.

El que una vez presenció tanto amor ahora está marchito, sus hojas lo han abandonado en su totalidad, su tronco no es más que una rama en estado de putrefacción, muere y con él se lleva solo recuerdos.

Me pregunto, ¿qué le pasó a ese sauce que tanto cuidamos? ¿por qué se marchitó? ¿por qué la luna ya no está? ¿por qué hace más frío de lo habitual aquí? ¿por qué lo que una vez fue césped suave, ahora no es más que mala hierva y paja brava? Y a todo ello solo le encuentro una respuesta; ellos murieron ¡porque tú les hiciste falta!

— ¡Prometí cuidarte! ¡Prometí que te protegería! ¡Prometí darte la vida que merecías! ¡Prometí estar a tu lado siempre! ¡Prometí hacerte feliz, aunque nunca pudiese hacerte feliz de la manera en la que me hacías feliz tú! ¡Pero fallé!

Caí sobre mis rodillas y lágrima tras lágrima solo pedía una cosa; que volvieras a lado.

Te fallé...debí ser más fuerte, debí resistir, debí haber hecho todo a mi alcance para que no te fueras, pero fui un cobarde. Un cobarde, porque cuando me dijeron que no me acerque a ti porque te iba a hacer daño...me aleje. Debí estar allí para ti...y por no hacerlo te perdí.

Me equivoque al creer que lo que decías no era más que palabrería melosa, que no eran ni más ni menos que oraciones cursis y aunque llegue a llamarlas "mentiras de miel", "ilusiones de papel" me arrepiento de haber llamado así algún día a lo que en realidad eran "verdades de un ángel que me amaba con todo su ser".

Bajo la oscuridad de la noche, del eco de tus recuerdos, veo el peso que cargaba cada letra que decías con el alma y el corazón...su peso me está matando, porque solo si son dichas por ti, me mantienen con vida.

El perdón. [RusiaxBolivia] [ChilexBolivia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora