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Jimin masajeó su cuello, un movimiento brusco lo había hecho parar en sus funciones. Frotó nuevamente el área suspirando en el proceso.
—¿Otra vez tu cuello?
El rubio levantó la mirada hacia su compañero de trabajo Taemin.
—Si, me está matando.
—¿Quieres un masaje? Podría ayudarte, todavía queda un tiempo antes de terminar el turno.
Jimin lamió sus labios lentamente, gesto seguido por su compañero de trabajo. Negó dos veces porque en realidad llevaba un tiempo largo tratando de hacerle entender a Taemin que no estaba libre.
Jimin tenía una estable relación. Estaba realmente enamorado de su novio de casi dos años.
Aunque no todo era miel sobre hojuelas.
Su novio era un chiquillo bastante celoso y aunque Jimin día a día trataba de hacerle ver que no tenía ojos para nadie más que para él, Jungkook no entendía y en esos dos años habían tenido más de una discusión a causa de sus celos infundados. Porque si bien Jimin era un tipo conversador y muy amable con las personas que lo rodeaban eso no era excusa para que su pequeño novio descargara su furia sobre él cada vez que estaba con algún compañero de trabajo o incluso familiares.
—¿Y bien? ¿Quieres el masaje?
—No Tae, gracias —sonrió por pura cordialidad. Hace meses que sentía a su compañero más cerca de lo habitual.
—Bueno la oferta seguirá en pie.
Jimin asintió y observó como este se alejó para ir a atender a un cliente.
Suspiró pesadamente, cada vez se le hacía más difícil convivir con Taemin y sumando a eso que Jungkook no tenía idea que Jimin tenía un compañero de trabajo que estaba interesado en él, Jimin se sentía ansioso la mayor parte del tiempo.
Miró la hora en su celular, ya quedan unos pocos minutos para terminar el turno. Estaba cansado ¿Quien había dicho que trabajar y estudiar no era tan difícil de lograr?
Dio su mejor sonrisa, a pesar del cansancio a una familia con dos niños pequeños. Serían sus últimos clientes antes de partir al hogar que compartía con su amado.
Cuando dieron las ocho en punto Jimin salió disparado a marcar su salida, pero antes que pudiera siquiera tomar su chaqueta Taemin apareció.
—¿Te viene a buscar tu guardaespaldas?
El rubio arrugó el ceño —¿Qué?
—El chiquillo ese, que parece tu sombra.
—¿Estás hablando de mi novio?
Bien, Jimin estaba empezando a enojarse.
—¿Es tu novio? ¿En serio?
Jimin iba a responder pero una voz detrás de él se lo impidió.
