Cap 14: ¡Sorprise, Madafaka!

440 58 0
                                    

Ya eran seis meses de embarazo y se notaba bastante. Ya se le veía una panza a Junmyeon y éste no paraba de mirarla como si con eso pudiera adelantar el tiempo para que ya naciera el bebé. No sabían si era niña o niño o incluso si eran gemelos o gemelas. Y eso era porque Junmyeon no había ido al hospital desde el segundo mes (que por cierto, tuvo que "desaparecer" al doctor para que no dijera nada) y era preferible no volver a ir o, al menos conseguirse un doctor privado para que lo revisase.

Yixing de hecho, casi nunca se separaba de Junmyeon para ver si se hallaba bien o mal. Compraba todo tipo de cosas y se le veía nervioso o emocionado. Se había vuelto cercano a Junmyeon desde que regresaron de China a SurCorea, que, por cierto, se encontraban en una localización oculta y lejana de Seúl para evitar ser vistos. Salían ocultos y bien cubiertos de las casas para que nadie les reconociese en caso de poder ponerse en peligro. Aunque era improbable porque estaban en un pueblo con granjas y todo, era mejor prevenirse a que sucediera lo peor.

Junmyeon en esos instantes se hallaba sentado en el comedor observando su panza otra vez. Era de tarde y podían verse a pueblerinos de piel bronceada pasar sosteniendo alguna compra o comida. Los pueblos sí eran de casas pequeñas, pero no eran como los clásicos en donde la gente va en tractores o caballos. La gente tenía coches no muy actualizados y no muchos animales en sus casas. Había un hombre en el pueblo con un gran terreno sembrando té, pero nadie se metía con él, porque solía ser algo agresivo cuando alguien quería de sus cultivos.

—No va a nacer así nada más porque te le quedes viendo —volteó al oír a Yixing entrando de nuevo a la casa temporal con compras (las cuáles estaban envueltas en periódicos y bolsas de plástico verdes)—. ¿Cómo estás? ¿Hoy estás animado para sonreír y salir? —le cuestiono yendo hacia la cocina que estaba conectada con el comedor para dejar la comida recién comprada.

—No, no gracias —respondió observando ahora a Yixing atentamente—. Estuve pensando... —Yixing volteó a verlo para darle a entender que le estaba escuchando—... no creo que sea bueno seguir dentro del mundo de la mafia —acarició un poco su panza y volvió a ver a Yixing—... al menos en mi opinión no creo que sea buena idea seguir; todo podría ser complicado para el bebé o los bebés... y... pues he estado planeando salirme de la mafia y vivir como una persona normal... —suspiró al final y se recargó en el respaldo de la silla.

Yixing no contestó por los primeros instantes, tan sólo siguió guardando la comida en un silencio sepulcral. Junmyeon no sabía si lo que dijo estuvo mal o si tal vez Yixing no estaba de acuerdo con lo que pensaba pero le ponía extremadamente nervioso que no contestase—Es realmente una buena idea —dijo después de guardar todas las cosas en la alacena, se volteó y recargó cerca del horno—. Lo único que sería realmente difícil sería salir de la mafia —metió sus manos en sus bolsillos y siguió—. Quiero decir; estoy dispuesto a salir de la mafia para cuidar a mi hijo, hija, o lo que sea pero ahí ya somos conocidos. Salirnos nos tomaría años de ejecutar —Junmyeon asintió sabiendo que sería demasiado complicado—. Pero si eso es lo mejor, prefiero hacerlo —finalizó dándole una pequeña sonrisa a Junmyeon.

Éste se sonrojó levemente por la sonrisa tan linda que le gustaba mucho contemplar para ver sus hoyuelos y sus labios curveados. Sabía que ahora Yixing ya lo recordaba totalmente y constantemente lo molestaba con las cosas que hicieron durante la semana. Junmyeon realmente sentía que le gustaba ese chico aún si nunca había pensado que él sería de los que se enterasen de su sexualidad 10 años tarde.

Se dieron cuenta que se quedaron mirando por un rato y quitaron sus miradas algo sonrojados ambos. Se habían declarado en el aeropuerto pero nada más. Hasta ahí llegó por ahora. Estaban indecisos y temerosos de lo que sería de ellos en un futuro. Tal vez sería bueno o tal vez sería malo. Cosas como esa se les hacía imposibles de predecir por si sucederían buenas o malas cosas.

La apuesta. |CORRIGIENDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora