Mazmorra, 1ª planta (I)

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Aunque habían subido 5 niveles, las babosas nivel 20 aún representaban un desafío para ellas, y más si eran dos de aquellos seres a la vez. Por ello, esperaron a que se separan para atacar a una de ellas.

No sabían cuántas veces tendrían que enfrentarse a cada una para subyugarlas. Habían aumentado sus estadísticas, así como la capacidad de maná y energía, y el equipo de Goldmi era ahora nivel 14, pero aún había 6 niveles de diferencia. Teniendo en cuenta que habían tardado alrededor de un mes, esperaban que pudieran lograrlo en menos de una semana.

Sin embargo, pronto se dieron cuenta de lo equivocados que estaban sus cálculos. No sólo las flechas penetraban más profundamente, sino que el daño que provocaban eran mayor por cada centímetro en su interior, multiplicándose así el total de daño.

Además, la fuerza de Barrera Ciclónica no sólo había aumentado por el nivel sino por la pasiva de magia de viento, pudiendo así desviar una mayor cantidad de babas, que ahora debían enfrentarse una defensa mucho mayor. Como consecuencia, los ataques a distancia eran dolorosos si impactaban, pero ya no prácticamente mortales, así que la elfa podía ser más atrevida. Y no sólo la elfa. La lince podía contar ahora también con la protección de Barrera Ciclónica, además de que su propia resistencia y agilidad habían mejorado.

Así, su defensa y ataque respecto a sus enemigos se había multiplicado. Y, aunque no podían ser descuidadas, ya no tenían que temer por su vida en cada enfrentamiento.

Flecha de Viento no era muy efectiva contra las babosas, pues los cortes que producía pronto eran cubiertos por la sustancia gelatinosa que las formaban, pero con Flecha Etérea era suficiente, ayudada por Flecha Penetrante. Ni siquiera necesitaba Tres mejor que una, pues confiaba en esquivar los ataques a distancia, o, en el peor de los casos, resistirlos.

Aunque, a decir verdad, pocos ataques recibía la arquera. Habiendo desaparecido el peligro mortal, y ante el mero riesgo de heridas y dolor, la felina disfrutaba atacando a las babosas y desviando su atención.

Rara vez el enemigo lograba acertar en ella, pues carecía de la inteligencia y velocidad de la veloz lince. Si ocurría, sólo necesitaba apretar los dientes, resistir el dolor, retirarse, y dejar que su hermana la curara mientras la regañaba preocupada, para volver al frente poco después. Y si bien sus ataques no eran muy efectivos al principio, después de que probaron añadiendo Toque Purificador a sus garras, consiguió sumar algo de daño.

Con la sencilla táctica de distraer a sus enemigos y atacar a distancia, acabaron con las dos babosas antes del mediodía, subiendo a nivel 15, y a medio camino del 16. Lo cual significaba que su situación había vuelto a mejorar, aunque no tanto como la felina había esperado, pues esta vez no hubo pastel de celebración.

Sin embargo, no lo echó de menos cuando probó unos deliciosos bizcochos rellenos de chocolate caliente, después de haber devorado varios kilos de carne en su punto, aderezadas con una salsa ligeramente picante. Mientras la engullía, Goldmi la miraba de reojo.

–¿Serás capaz de volver a comer carne cruda?– le preguntó a su hermana.

–Espero no tener que averiguarlo– le respondió ésta, sin dejar de comer. Es una de las ventajas de la comunicación telepática, que no necesitas dejar de comer.



En 15, había desbloqueado el pasivo de magia de luz, que incluye la purificación, y que alegró especialmente a la felina, pues ahora podía hacer más daño, ser más efectiva. Se había sentido muy frustrada contra aquellos seres gelatinosos, y quería su venganza.

Y también había recuperado Alarma. Usando su conexión con la naturaleza, permite establecer un vínculo temporal y más profundo con plantas concretas, permitiéndole saber si alguien ha pisado o rozado sus hojas o raíces. Incluso podía usar los hongos existentes en aquellos túneles, que parecían ser inmunes a la corrosión de las babosas. La tenía en 2, pues prácticamente no lo había usado nunca, algo que sentía que pronto iba a cambiar.

De momento, sólo podía establecer conexión con cuatro plantas, pues son dos por nivel, y la distancia máxima es de un kilómetro por nivel, así que dos por ahora. Apenas consume energía para mantener el vínculo, y poco para establecerlo, por lo que es un buen y barato sistema de vigilancia, aunque sólo avisa si algo afecta a las plantas, no el qué. Es fácil que haya falsos avisos, pero es mucho mejor que no tener ninguna información.



Por la tarde, consiguieron localizar y acabar con otra, con aun mayor facilidad, casi llegando a 16. Lo hicieron en dos asaltos, pues no querían quedarse sin maná, pero podrían haberlo conseguido de una vez. La siguiente que localizaron estaba lejos, así que decidieron descansar. Preferían recuperar fuerzas y esperar al día siguiente, por lo que volvieron a la zona de descanso.

Si el día anterior se habían sentido esperanzadas, ahora se sentían casi eufóricas. Su eficiencia había superado sus expectativas, y confiaban en que pronto pudieran caminar por aquellos túneles con seguridad.

Aunque a Goldmi le preocupaba la posible existencia del jefe de planta, pues no estaba segura si ellas dos solas lograrían vencerlo. En el juego, eran complicados, aunque con Eldi y Gjaki podían conseguirlo con relativa facilidad. Sin embargo, ahora sus antiguos compañeros del juego no estaban, y temía el momento de enfrentarse a aquel peligro.

No obstante, por ahora su prioridad era hacerse más fuertes. Creía que podrían subir a nivel 21 o 22 antes de enfrentarse al obstáculo que vigilaba el paso a la segunda planta, si es que era igual que en el juego. Puede que ni siquiera existiera.

–Deja de preocuparte, no sirve de nada hacerlo. Lo enfrentaremos cuando llegue el momento. ¡Así que duérmete de una vez!– la regañó la felina.

La elfa no dijo nada, pero hundió su rostro en el suave y cálido pelaje de su hermana, intentando olvidarse de sus preocupaciones. Sólo cuando finalmente sintió que la conciencia de su hermana elfa se disipaba, la lince suspiró y se durmió al instante, pues a ella no le costaba nada conciliar el sueño. No entendía como la elfa podía desvelarse, pero le preocupaba cuando lo hacía. Al fin y al cabo, era su hermana, su compañera, y la quería como tal. Además de que hacía una comida deliciosa.

Regreso a Jorgaldur Tomo II: la arquera druidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora