5. Destinados

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—PAREJA DESTINADA—

No lo podía creer, ¿acaso era un crío? ¿Qué tan incompetente lo creían sus padres para decidir quién sería su pareja? 

Era cierto que había pasado la edad prometida para presentarles a su prometida, pero era ridículo que sus padres creyeran que estaba solo porque no había conseguido una pareja.

Él había tenido parejas, varias, solo que ninguna fue la adecuada y si él, que sabía qué era lo que exactamente quería de una pareja, no había dado con la indicada, ¿qué les hacía pensar a sus padres que ellos podrían encontrarla?

No lo aceptaría, haría un escándalo para negarse en las narices de ese alfa idiota que lo estaba pretendiendo por medio de conexiones dudosas, seguramente, rompería los platos en la mesa de ser necesario para dar una terrible impresión.

Naruto caminó firme y furioso hasta la sala donde, aparentemente, sus padres esperaban, pero no logró abrir la puerta pues el grito detrás de él le hizo congelar.

—Es una idiotez —dijo un azabache un poco más alto que él—, ni siquiera me agradan los omegas, ¿por qué razón aceptaría esta cita a ciegas con alguien que, obviamente, va tras nuestro dinero?

El comentario molestó un poco a Naruto, pero ese sentimiento se desvaneció entre la bruma de emociones y excitación que le inundaba junto al embriagante aroma de ese chico grosero.

Mientras tanto, entre toda su furia, Sasuke pudo percibir algo que le agradaba y buscó la razón de ello encontrándose con un rubio de ojos azules a punto de hiperventilar que olía en serio delicioso.

Dejando de escuchar los argumentos de su madre caminó entre nubes, llegando hasta el rubio nervioso a unos pasos de él y, sin saber cuándo le tomó de la mano, sintió la realidad recorrerle la piel a manera de una corriente eléctrica.

»¡Voy a casarme con él! —sentenció el azabache volviendo la mirada a sus padres—, vas a casarte conmigo, ¿cierto? —preguntó para el rubio que, viéndose atrapado en la penetrante mirada de ese que ahora sabía necesitaba asintió.

—Tanto escándalo para acabar haciendo lo que pedíamos —ironizó Kushina abriendo la puerta de la habitación donde la reunión de compromiso se llevaría.

—Así son los chicos ahora —se quejó Mikoto andando dentro del comedor—. Vengan, vamos a celebrar —pidió sentándose frente a los padres de Naruto, siendo seguida por su marido que hizo lo mismo que ella.

Sasuke y Naruto, tomados de la mano, temblando por la emoción y la confusión, miraron a sus padres con incredulidad y, suspirando, el rubio pensó que no era que fuera que accedía a los deseos caprichosos de sus padres, solo se casaría con ese alfa porque ellos estaban DESTINADOS



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Llegamos al día cinco y comienzo a emocionarme cañón... siento que la constancia vuelve a mí. Y bien, deseo les haya gustado este corto. Gracias por leer. Saluditos!!!

SasuNaru ONESHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora