Te amo con todo y tus extrañas, pero tiernas, locuras.

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El reloj marcaba apenas las siete con diez de la mañana, definitivamente deseaba quedarse mas tiempo durmiendo con el hermoso aroma que desprendía el lado derecho de su cama

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El reloj marcaba apenas las siete con diez de la mañana, definitivamente deseaba quedarse mas tiempo durmiendo con el hermoso aroma que desprendía el lado derecho de su cama. Y ahí fue cuando cayó en cuenta que su adorable novio no sé encontraba ahí.

Con un pequeño gruñido se levantó en busca de SeokJin. Una de las cosas de las cuales se había tenido que acostumbrar cuando se mudaron juntos como una pareja formal eran las horas tan tempranas en las que él se levantaba. Admitía con una mano en el corazón que aún le costaba y detestaba levantarse temprano. Pero hace más de cinco meses lo hacía incluso en las madrugadas y con mucho gusto.

Buscó por todas partes del departamento -aquel que tenía un toque hogareño gracias a la infinidad de fotos y adornos lindos que Seok había puesto a lo largo de nueve años, eran fotos de ellos dos de viaje, en su mismo hogar, con sus sobrinos, y muchos momentos más, junto con eso los adornos comprados por ambos en los viajes que han realizado, como muñecas de tela, pequeñas vasijas, indígenas con anacos y muchas cosas que a pesar de no ser costosas eran de un gran valor emocional- a SeokJin, pero por ningún lugar logró encontrarlo. No fue hasta que oyó la puerta ser abierta por un chico parlanchín de mejillas regordetas y con una pancita de seis meses.

Oh, y tenía cuatro plantas con las cuales venía dialogando como si fuera lo más normal del mundo, sin contar que pedía la opinión del pequeño canino que venía junto a él y su bebé.

-Hoy es un gran día, y sé que con su regadita de agua estarán más que hermosas hoy, mis pequeñas damas. ¿Tú que dices, Jjanggu? ¿Debería de dejarlas un tiempo más en el sol? Yo sé que este pequeñín está de acuerdo en que las dejemos un ratito más... ¡Yoonie! -saludó con una gran sonrisa SeokJin, y ¡Dios! Era una sonrisa que nunca se cansaría de ver.

-Amor, sabes que no debes cargar con tantas cosas y aún así lo sigues haciendo. -corrió hacia su novio, que lo seguía con la mirada y una sonrisa de oreja a oreja- Aparte de que no esperaste a que fuéramos juntos a sacar a Jjanggu. Verdaderamente me preocupas. No quiero que nada les pasa ni a ti, ni a mis demás cachorros. -besó tiernamente la cabeza de Jin, quien solo río con un poco de vergüenza y un gran sonrojo.

Su novio se había vuelto una bolita de ternura desde el comienzo de su embarazo. Bueno, ya lo era, pero ahora lo era el doble.

-¡Es que te veías tan bonito durmiendo! Aparte no dormiste casi nada ayer porque estuve toda la noche con pequeños dolores. Acabo de venir de la casa de JiMin y dijo que era normal, que suele pasar por la expansión del espacio para este pequeño. ¡No hay de que preocuparse! Eso sí, no siempre debemos confiarnos Yoonie. Y bueno... perdón por traer más plantitas, ¡es que NamJoon dijo que tenía más y eran algunas nuevas que no pude resistirme! ¡Mira! ¿A qué no son bonitas? -se las enseñó una por una con una emoción indescriptible. Una emoción que lo hizo caer una vez más a los pies de aquel chico de tez clara y pelo negro, con unos ojos tan profundos que era imposible no perderse en ellos-. En mi defensa diré que no pesan casi nada, aún les falta mucho por crecer y ponerlas más lindas será mi objetivo.

YoonGi siguió con la mirada cada uno de los movimientos de su hermoso novio, desde cómo dejó que el perrito vaya a jugar por ahí, cómo dejó sus llaves en el perchero y cómo llevó sus plantitas hacia el pequeño, casi estrecho, invernadero que tenían al otro extremo de su casa. Le ayudó con todo, pero dejaría que SeokJin jurase que lo hizo él solo. Caprichos de chico con seis meses de embarazo.

-¿Puedes dejar de verme como si nunca lo hubieras hecho? Me pone nervioso -murmuró suavemente, con otro de esos sonrojos tan conocidos.

-Te amo y amo tu forma de ser, por eso veo todo lo lindo que eres. -sonrió acercándose, poniendo su frente junto a la de Jin.

-Yo también. Mucho, mucho. -sonrió mientras acariciaba la nariz de YoonGi con la suya. Él también adoraba a aquel chico de ojos muy rasgados y de aspecto serio pero tierno como un pequeño osito.

-No más que yo.

-¡Claro que sí!

-¡Qué no!

-No te daré besitos.

-Bueno, solo un poquito más que yo, pero sabes que miento. Te dejaré ganar por está vez.

Bueno, ambos sabían que su amor era infinito, y que se aman de una manera extraordinaria.

YoonGi ama a SeokJin más que a su propia vida.

Y SeokJin ama a YoonGi más que a las plantas, así que era demasiado. Oh sí.

¡Hola! Espero les haya gustado

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¡Hola! Espero les haya gustado. Esta es la primera novela de Bangtan que subo a esta cuenta debido a que es mi cuenta secundaria. ¡Dejen su estrellita si fue de su agrado! Y si desean más historias comenten, tengo dos ideas y me gustaría que opinasen (tal vez no solo sea YoonGi y SeokJin, están abiertas las posibilidades para más shipps bts x jin)♡
No me ignoren :(

Plants ; yoonjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora