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—No entiendo cómo pasó —lamentó mi madre, mirando al piso mientras secaba sus lágrimas.

No sabía muy bien cómo reaccionar, pero solo me acerqué a abrazarla y a decirle que estaba bien, que era algo común y que así él estaría mejor. Por mi parte, para mí era muy normal perder a seres queridos.

Pero supongo que perder a tu padre es bastante traumático, aunque ya seas mayor.

—Mi papá estaba sano... —siguió cuando me alejé.

—No lo parecía. Ambas sabíamos que este día llegaría —dijo mi abuela mientras la abrazaba y lloraba junto a ella—. No te culpes, Bulma. Es lo mejor para él. Piensa que ahora está en un lugar mejor.

En ese momento, me vi a mí misma siendo abrazada por mi padre cuando mi madre, de mi línea temporal, murió aquí. Ella mantuvo su cáncer de pulmón en secreto y sin tratamiento alguno. Creía que no era necesario alargar más su vida, y tampoco quería preocuparnos.

Lloré por meses, pensando que si hubiera escuchado sus tonterías, me habría dado cuenta. Siempre pensó que yo sería buena para la medicina, y aunque hice algunos avances, no me dediqué completamente a ella. Siempre pensé que mi verdadero trabajo era la mecánica, la robótica y el área industrial.

Ella pensaba que yo podía ayudarla a buscar una cura para su enfermedad; me lo decía de forma muy disimulada, pero nunca la escuché y creí que no estaba feliz con mi trabajo. Por eso mismo decidí irme a trabajar junto a mi hermano en la Patrulla del Tiempo. Junto a él y Goten, estuve meses afuera, peleando contra los demonios que intentaban cambiar los hechos de la línea temporal que nosotros mismos creamos sin saberlo, pero que queríamos dejar tal cual.

Mi papá decía que estaba bien, que si yo no lo hice, nadie más se habría dado cuenta. Que era un tema del pasado. Aun así, seguí culpándome de todo y pensando que sería mejor morir junto a ella. Mi hermano me dijo que dejara de pensar tan negativamente y que me concentrara en vivir el futuro que yo misma nos había creado, dejando que nuestra madre descansara finalmente junto a Papá.

—Mirai, ¿estás bien? —sin darme cuenta, Bura estaba junto a mí, mirándome preocupada.

—¿Qué? —alejé mi brazo bruscamente cuando lo tomó.

—Oye, tranquila, hermana —se alejó también, sorprendida.

Me di cuenta de la situación y me disculpé rápidamente—. Perdón, Bura, me perdí en mis pensamientos —reí levemente con nerviosismo—. ¿Qué pasó con Mamá?

—Nada —se acercó otra vez—. Papá se la llevó a dormir. Trunks llegará pronto. Dijo que estaba en algo importante, pero que se apresuraba para estar aquí.

—Está bien —asentí—. Hay que dejar a Mamá llorar todo lo que quiera. No es fácil perder a un padre —le dije mientras me secaba el rostro.

Ella asintió—. Lo entiendo.

—Yo llamaré a mi Trunks.

⋯ • ⋯

Ese día se cumplían ocho años desde que nuestra hermana decidió irse a vivir al otro lado del planeta, sin compañía. A todos nos pareció una locura, considerando su estado, pero acordamos estar con ella, aunque no fuera una buena idea para su salud. No tengo recuerdos muy claros de cómo ocurrió todo eso.

En esos días, la paz fue nuestra principal compañía, hasta el momento en que Bills nos llamó para asistir al torneo organizado por Zenosama. Nos hubiéramos negado a participar de no ser porque nuestra supervivencia dependía de los resultados de ese torneo.

______ Y Trunks Briefs | 6Donde viven las historias. Descúbrelo ahora