En su mente aun estaba intacto el día que lo conoció, aquel niño que entró a la escuela con el rostro bajo y las mejillas sonrojadas por la vergüenza.
"Lindo" pensó de inmediato, su inocente corazón se estremeció cuando lo vio y desde entonces se propuso ser amigo de ese niño tan dulce.
Se acercó y lo atosigó de preguntas y lo obligó a jugar con el, se dio cuenta que era extremadamente tímido pero que pasados los minutos iba entrando en confianza.
Kardia veía al verdadero Degel.
Un niño dulce, tímido, con un gran corazón, los demás pequeños de la escuela se encargaban de molestar al pequeño galo por su acento y este al ser tan reservado no contestaba a sus provocaciones haciéndolos molestar aun mas por su "actitud fría"
—Es un monstruo sin sentimientos—Decían muchos.
Pero Kardia sabia que eso solo eran calumnias el que lo conocía de verdad sabía que Degel era tan cálido como el sol que alumbra sus días, lo protegía y le encantaba estar con él.
Se le hacía extraño que la familia de este nunca se presentará a buscarlo o a las actividades de la escuela, podía ver que sus ojitos amatistas se llenaban de melancolía y anheló cuando veía a los demás niños con sus padres que los llenaban de besos y palabras amorosas.
El pequeño Degel no contaba con la suerte de muchos, el no tenia una madre pues la suya murió cuando el nació, por lo tanto no recordaba ni su rostro y su padre era un hombre de renombre que le importaban más sus negocios que su primogénito, prácticamente se había criado sólo pues a la servidumbre le daba igual un hijo ajeno.
Por ello era tan tímido y le resultaban extrañas las muestras de afecto, se sorprendió al conocer a aquel alocado niño de cabello esponjoso y ojos cielo que lo llenó de calidez desde el primer instante que lo conoció.
Kardia era lo único cálido que Degel tenía en su vida...
El día de hoy la nieve caía y el suelo se pintaba de un puro blanco por doquier, no se sentía bien pero su padre a pesar de nunca estar con él era muy estricto y claro con sus órdenes, los empleados lo obligaron a ir a la escuela apesar de que el les comento de su malestar.
Kardia noto que su amigo estaba muy decaído, sus movimientos eran lentos y el no se veía bien, el pequeño heleno se preocupo.
—¿Deggie te sientes bien?—Le pregunto con su voz infantil cargada de preocupación.
—Si—Le dijo con una sonrisa sincera, no le gustaba ver preocupado a Kardia, lo quería mucho para ver esa expresión en su rostro.
La mañana pasó y a la hora de la salida como era costumbre salieron juntos, a Kardia sus padres lo buscaban mientras Degel se iba a pie pues su mansión quedaba a unas cuantas cuadras del colegio.
—Hasta mañana Degel—Se despidió tan enérgico como siempre y en un arranque de valentía se atrevió a besar su mejilla.
El galo sintió la cara caliente ante aquel contacto y el carmín se expandió desde el puente de su nariz hasta sus orejas, vio que su amigo estaba dispuesto a irse corriendo pero el lo detuvo tomando su muñeca.
—E-espera Kardia—Lo detuvo y sus ojitos brillaron intensamente, el peliazul también sintió sus mejillas calientes cuando se vio retenido después de su osadía—Te voy a acompañar.
Los pequeños de 8 años caminaron hasta una banca donde el mayor siempre esperaba a sus progenitores, ninguno se atrevió a romper el contacto y caminaron tomados de las manos en sepulcral silencio con las mejillas ardiendo.
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Siempre...[Kardia x Degel]
FanfictionOne shot. [Kardia x Degel] Sonrió al ver ese anticuado suéter, su Degel nunca se vistió a la moda. Siempre con camisas de vestir, pullovers, moños y corbatas... Le encantaba su estilo, también le encantaban sus imperceptibles sonrisas tímidas y el s...