✩✪ Fictober 2019: Stucky ✩✪

Malos entendidos

Maldiciones y ruidos de golpes se hicieron presentes en aquella instalación de los vengadores, exactamente en una de las tantas salas de entrenamiento, Steve se encontraba ahí entrenando, golpeaba el saco de box con violencia tratando de dar golpes y patadas certeras. Ese día en especial había amanecido con un mal humor, su ceño todo el tiempo fruncido y aquellos ojos azulados sin el toque especial que siempre tenían, por eso estaba ahí, tratando de sacar la energía suficiente para al menos estar de alguna manera cansado por lo que restaba del día, aunque, lo más probable era que tendría que ir más veces en el día a golpear ese saco.

Su humor se debía a la noticia que recibió Justo cuando entró a la sala común, los vengadores estaban reunidos, discutiendo sobre alguna problemática que parecía haber surgido, Rogers no dijo nada y se quedó escuchando, todo el alboroto se debía a la presencia del rey de Wakanda quien había llegado junto con su hermana a la instalación ya que querían ayudar con unas cuantas cosas ya que hacía no mucho descubrieron que alguien estaba robando vibranium y debían descubrir. Claro, recibir ayuda de un rey y más si era pantera negra se agradecía, por supuesto, pero no cuando el rubio notó la forma en la que el moreno se dirigía hacia su mejor amigo. T'Challa empezó a hablar con Barnes quien pareció totalmente bien con ello, la sonrisa del castaño se hizo presente en toda la conversación, la manera en la que se miraban y hasta en la que el rey tocó la extremidad metálica del ex-soldado provocó algo dentro del pecho de Steven.

— Hey, Capi-paleta — Le saludó Stark quien no se fijó tanto en el ceño fruncido del rubio — No pensé que el rey nos ayudara tan fácil, pero lo agradezco, también que su hermana lo haga — Murmuró llevando a su boca la copa que contenía un poco de alcohol. Sus ojos se desviaron del capitán por unos segundos y después, chifló — Vine para pedirte de favor si podías darle la bienvenida a T'Challa ya que eres el mejor con las palabras, pero, parece  que es mucho mejor el soldado. — Sonrió de lado antes de regresar a verle y ahí pudo observar como las cejas rubias de su compañero estaban totalmente fruncidas mientras veía a Barnes y al rey — Pero parece que no a todos nos alegra aquella convivencia — Murmuró divertido para poder fastidiar un poco a Rogers ya que Tony y todos ahí en realidad sabían lo que sentía por aquel hombre al que llamaba mejor amigo.

— ¿Por que no me alegraría? — Interrogó cuando intentó calmarse. El problema no era que alguien hablase con James, el problema era que el nombrado casi no lo hacía con nadie y cuando llegaba a ocurrir, ni siquiera mostraba una expresión amigable y ahí, con el rey, no solo parecían como mejores amigos, si no que aquella sonrisa normalmente era para Steve, no para terceros. Sabía que algo estaba pasando ahí, de alguna manera, ellos dos eran muy cercanos, pero, le molestaba y más de lo que podía pensar. — Me alegra que nos ayude, que su hermana lo haga también — Intentó verse normal.

— Pero no parece que te alegre mucho la convivencia entre él y Barnes — Fue al grano, quería saber que pasaba por la cabeza del rubio y no podía mentir, le fascinaba molestar y crear drama. — Claro, si yo estuviera en tu lugar tampoco me gustaría para nada, aquellas miraditas indiscretas que se dan, como las manos del moreno no dejan de tocar a James y lo más importante: Esa sonrisa de parte del soldadito del invierno. Si, no estaría muy feliz si llegara a ver que me están quitando a mi mejor amigo y a mi posible pareja — Chasqueó la lengua contra su paladar antes de darle varias palmadas en la espalda al rubio — Suerte, Rogers, no mates a nadie.

El nombrado no dijo nada, dejó que el castaño se fuera de ahí sin notar aquella sonrisa de satisfacción al saber que había logrado lo que quería, causar celos y molestia en el rubio. Rogers solo se dio la vuelta y se largó de ahí con destino a la sala de entrenamiento más cercana, estaba molesto, estaba seguro de que todo eso se debía a que tanto el rey como James sentían algo por el otro, no solo él lo había visto, Tony también por lo que no había imaginado nada. Al menos, eso pensó él.