Figth for survival

El inicio de todo.

Era un día como cualquier otro, desperté, me duche y me prepare para irme a la universidad.
Escuche a mi madre gritarme que el desayuno estaba listo, así que después de terminar de
arreglar mis cosas, baje a desayunar. Mi madre estaba terminando de servir el desayuno, la
televisión estaba encendida ya que a mi madre le gusta escuchar las noticias en la mañana.

-¡Buenos días hija! ¿Qué tal dormiste?- me pregunto con ese tono amoroso que tienen todas las madre.
-¡Buenos días mamá!, dormí bien, gracias- dije a la vez que soltaba un bostezo- ¿Y tú, que tal dormiste?- le pregunte sonriendo.
- Bien- me respondió también con una sonrisa.

Después de conversar un poco más, empezamos a desayunar, mientras escuchábamos las noticias...

-...Y en otras noticias, nos ha llegado un informe acerca de una corporación que está trabajando en algo que dicen cambiara la vida de muchas personas, algo que nos sorprenderá y a otros no nos gustara, aun no tenemos muchos detalles acerca de eso, los mantendremos informados...-.

Sentí un presentimiento raro al escuchar eso pero a la vez me dio mucha curiosidad el saber que tramaban pero no le di mucha importancia. Después de terminar de desayunar tome mis cosas y me despedí de mi madre dándole un beso en la mejilla.

-Vete con cuidado y presta atención a las clases- me dijo mi madre antes de que saliera.
-Claro que si mamá, tendré mucho cuidado- le dije sonriendo, siempre me decía lo mismo cada vez que salía a cualquier lugar y aunque a veces me molestara, sabía que me lo decía porque me ama y no quiere que me pase nada- tu también cuídate, te amo- le dije a la vez que salía de casa para dirigirme a la universidad.
-Yo también te amo hija-.
Fue lo último que escuche antes de salir.
Llegando a la universidad...
Entre a la universidad, no di ni si quiera dos pasos cuando escuche a mi mejor amiga gritar mi nombre y lanzarse hacia mí, lo cual provoco que ambas cayéramos al suelo.

-Joder Lizbeth tienes que buscar otra manera de recibirme o al final acabare con el trasero plano de tanta caída- dije a la vez que reía, si a veces solía decir alguna que otra palabra mala pero solo con mis mejores amigos- ¿Qué tal va todo? Supongo que bien por esa sonrisa que tienes de oreja a oreja- le dije a la vez que subía y bajaba mis cejas con una sonrisa traviesa, ya que sabía a qué se debía esa sonrisa.
-Calla Crys, si ya sabes para que preguntas- me dijo riendo un poco y algo sonrojada, ella sabía que yo sabía la razón de su sonrisa pero quería que me lo dijera, me gustaba molestarla de vez en cuando.
-¿Qué? Yo no sé nada- le dije con el tono más inocente que pude hacer, aunque era algo inútil ella me conocía mejor que nadie y sabía cuando fingía algo.

-Está bien- suspiro- hace un momento me encontré con James y conversamos un poco y me invito esta tarde a dar un paseo- dijo con las mejillas rojas pero con una sonrisa que no podía contener.
-¿En serio?- grite algo emocionada, estaba feliz por ella, ya que desde hace algunos meses ella me confesó que le gustaba James, un chico que conocimos en la universidad, la verdad me gustaba para ella y se notaba que el también sentía algo por ella.
-Si, pero luego hablamos de eso, ya tenemos que entrar o se nos hará tarde- me dijo a la vez que comenzaba a caminar hacia el aula.
Seguimos platicando hasta llegar al salón, tomamos asiento y las clases comenzaron.
5 horas después...

Estábamos en mi clase favorita, Cultura Física, amaba hacer deportes, mi deporte favorito era el voleibol, pero en este momento estábamos corriendo alrededor de las canchas, Lizbeth estaba a mi lado, a ella también le encantaban los deportes y estaba en el equipo de voleibol conmigo, de pronto sentí un presentimiento, como que algo malo ocurriría.

-Lizbeth- la llamo algo nerviosa- ¿no sientes como que algo va mal?- le pregunto algo preocupada.
-No, ¿Por qué?- me pregunta algo curiosa y a la vez preocupada, ya que cuando tenía presentimientos solían ocurrir cosas.
-No sé, siento que algo malo pasara- le dije todavía nerviosa.
-Tranquila, de seguro no es nada, tal vez solo sea porque Sebastián está detrás de ti- me dijo con una sonrisa coqueta.
-Claro que no- dije toda sonrojada, Sebastián es el chico que me gusta desde hace 3 meses, Lizbeth lo sabe y siempre me está molestando con eso, Sebastián y yo siempre estamos hablando y la verdad nos llevamos muy bien, en varias ocasiones me ha invitado a salir y nos la pasamos muy bien, pero no me quería hacer falsas ilusiones.
-Mira, si hasta te has puesto roja- me dijo riéndose de mí.
-Lizbeth, deja de bur...
No pude terminar de hablar porque en ese momento un temblor hizo que todos las personas que estábamos corriendo cayéramos, después de que el temblor terminara, se escucho una voz fuerte hablar pero nadie sabía de dónde venía.
- Bien, de seguro todos se estarán preguntando qué está pasando, pues bien yo se los explicare, en este momento están encerrados en un domo, nadie puede salir y nadie puede entrar, hasta que el juego termine, mucho se preguntaran "¿Juego?" "¿Qué demonios está pasando?" pues bien desde ahora todos son parte de un juego en el cual tendrán que pelear por sobrevivir este juego durara un tiempo indefinido, así que cuiden muy bien lo que hace, no se preocupen tampoco seré muy cruel cada semana en ciertos lugares dejare cajas con cosas que necesitaran para sobrevivir, habrá muchas cosas que los sorprenderán y los que sobrevivan tendrán grandes recompensas, así que les deseo suerte y en serio espero que no muera- dijo para al final terminar con una carcajada algo terrorífica.
Después de eso todos empezaron a ponerse nerviosos y cuando pensábamos que nada mas podría ocurrir, se escucho un ruido como de cuerpos cayendo, al darnos la vuelta Lizbeth y yo vimos algo que no podíamos creer.