Nunca me había parado a pensar en que era la vida y porque estaba en ella, no era algo que me quitase el sueño por las noches, ni algo en lo que debía pensar para mantenerme cuerda. Mamá siempre decía que todos tenemos un propósito en la vida, que todo lo que tenía que pasar pasaba por algún motivo, por eso, ahora que ella ya no estaba, sentía que había perdido un gran pilar en mi vida y es ahora, cuando me había dado cuenta.
Así que aquí estaba yo, sentada delante del ataúd cerrado de mi madre, sin nadie a mi alrededor, sin derramar una sola lágrima. Papá se había ido de casa hace unos tres años, mamá siempre dijo que fue porque el trabajo lo mantenía ocupado y que su relación se enfrió, que pasaron de amarse a no soportarse en cuestión de tiempo, pero yo sabía que no era verdad. Él la engañaba, con una mujer más joven que mamá, no era una sorpresa para mi, no es que me pillase desprevenida, yo sabía la verdad, la había visto con mis propios ojos. Mamá aun le amaba, ¿quién puede olvidar así como así diecinueve años de su vida?
Cuando él se fue, mamá cayó en depresión, comenzó a beber y dejó de trabajar, casi no teníamos ni para comer y para poder mantenernos fui yo la que comenzó a trabajar, en ese momento tenía quince años, así que lo que podía hacer no era mucho, no ganaba mucho, papá nos mandaba dinero para pagar la casa, mamá no lo sabía en ese entonces. Lo poco que yo ganaba lo usaba para comprar comida. Hace siete meses a mamá le diagnosticaron cáncer, pero ella nunca me lo dijo, hasta ahora, en su carta de despedida.
Me levanté del suelo, dispuesta a irme ya, hasta que alguien entró. Papá.
-Cielo... -su expresión mostraba inseguridad y algo de miedo,lo entendía, como no iba a hacerlo después de 3 años sin verme- has crecido...tienes el pelo más largo
no pude evitar reír sarcásticamente sin mirarle. Habían pasado tres años desde la última vez que habíamos hablado o que me había visto y solo se le ocurría decirme que me había crecido el pelo.
-Sí, por increíble que parezca, la gente crece y el pelo también. -Dije comenzando a caminar fuera de la sala donde se encontraba el cuerpo de mi difunta madre, con mi padre detrás- No hace falta que me sigas. Presenta tus respetos y vete.
-Sun Hee... por favor, escúchame. -Se interpuso en mi camino, haciendo que parase de caminar y que le mirase por primera vez- Se que esto te pillará por sorpresa y que ahora no es el mejor momento para presentarme, pero tu madre me llamó hace una semana, y me contó lo que le pasaba. Me pidió que viniera por ti porque no quería que estuvieras sola.
-¿Insinúas que quieres que vaya contigo,con tus nuevos hijos y con tu nueva novia? ¿Es eso? mi respuesta es no. -Volví a intentar caminar pero el volvió a pararme-
-Tu madre ha vendido la casa...dijo que era lo mejor para ti, que no había sido una buena madre estos últimos años y que con esto, podrás pagarte la universidad y tus gastos cuando vinieras conmigo a Seoul.
Sacó un sobre del bolsillo interno de su chaqueta de traje de marca cara y me lo dio. Esto debía ser una broma. Debía estar soñando. Mamá sigue viva, papá nunca se fue, nunca tuvimos que vender la casa, jamás tendría que conocer a mi madrastra de Seoul y todo seguía igual que hace tres años. Cerrar los ojos fuertemente no me ayudó, al contrario, ahora quería llorar.
-He dicho que no. -Tiré el sobre contra su pecho, haciendo que se abriese y el dinero cayese al suelo. Tras esto, salí de la funeraria, recogiendo mi pelo en una coleta desordenada y comencé a correr, corrí y corrí hasta que llegué a casa. Las luces estaban encendidas, y todas nuestras cosas estaban fuera de casa, guardadas en cajas. Caí de rodillas frente a ese montón de cajas, siendo consciente de que lo que había dicho papá era cierto. ¿Cómo había pasado esto en tres días? Comencé a llorar, no lo había hecho desde que llamaron diciendo que mamá había muerto, pero ahora que la situación se había vuelto real, lo había comenzado a asumir.
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Heartbeat
Teen Fiction"¿No tienes miedo? Deberías tenerlo." Nunca supe que alguien podría llegar a ser tan complicado, hasta que le conocí a él. Su aire misterioso me llamó la atención. Su mirada me cautivó. Su simple persona me enamoró. Sabía que estaba mal sentir lo q...