Ganas o Mueres I - [S.M.] ✓

Capitulo 24

24 | † Humillación †

Algo extraño ocurría conmigo, no me aparté del príncipe, al contrario le seguí el beso.

Sus labios sabían un tanto a tabaco, ¿Shawn fumaba?

Quise darme un golpe en esos momentos, claro que el fumaba, si no, no tuviera aquel olor en sus labios.

Pero, nunca lo ví hacer tal cosa en el castillo.

Sus labios comenzaron a moverse con más agilidad, provocando salir un gemido de mi parte.

Creí que él dejaría de besarme al yo soltar aquello, pero no, al contrario, sentí como sus dos manos se posaron sobre mi cintura, y me apegaba a él con fuerza.

Sentí como su lengua invadió por completo mi boca, haciendo que comenzará a jugar con ella.

Esto se sentía increíble, pero... Al mismo tiempo me aterraba.

—Haz desobedecido tus reglas Alisson.— Habló la voz de mi cabeza.

De inmediato me separé del príncipe y me alejé a una distancia prudente de él.

Los labios del príncipe estaban un poco más rosas e hinchados que hace unos instantes, ví como él los volvió a relamir.

La vergüenza me invadió por completo, sentí como mis mejillas comenzaban a arder, lo cual significaba que también deberían de estar muy rosadas.

—Te haz puesto roja Alisson.— Dijo con una voz muy egocéntrica.

Mierda.

—Yo no sé que decir...— Hablé mientras jugaba con mis manos.

El príncipe se volvió acercar a mí, y tomó mi mentón. —No hay porque decir algo, y no deberías de estar avergonzada, nadie se va a enterar de esto... Ni siquiera mi hermano.— Dijo y me sonrió de una manera distinta.

¿Su hermano? ¿Cuál de todos? ¿Peter o Aarón?

—¿Cuál hermano?— Me atreví a preguntar, sabiendo que tal vez podría responder algo hiriente.

El príncipe me sonrió. —Peter—.

—¿Quién es Peter?

—Ya te lo dije Alisson, es mi hermano.

Hubo un silencio incómodo por varios minutos.

Yo tenía mi cabeza mirando hacia el suelo.

Aún podía recordar todo lo que acababa de pasar.

Me sentía tan apenada.

—Bueno... Ahora ¿Puede entregarme mi collar?— Me armé de valor y le pregunté al príncipe, tratando de evitar hablar sobre el beso.

—Hay una mala noticia— Pausó. —Lo he perdido... Perdón.— Dijo sínico.

Al oír sus palabras, mis ojos se pusieron rojos en cuestión de segundos, él no había hecho tal cosa, ¿Verdad?