Arthur,, Bulimia.

19 5 0
                                    

La noche había inundado cada rincón de aquella ciudad. La población cree que todo se tranquiliza, pero desconocen de lo tan vil que puede volverse un alma al entrar en contactos con las sombras.

Los carteles de los establecimientos habían caído dando por acabado otro día laboral. Todos los locales mantenían sus luces apagadas, pero al margen de todo eso, la luz de una cocina se mantenía prendida cual trampa de polillas.

En la trastienda del restaurante más famoso de la ciudad se extendía una cocina privada donde un hombre de mediana edad estaba a punto de darse uno de sus múltiples atracones.

Los músculos de las ahora ensangrentadas manos del hombre estaban totalmente contraídos y una corriente nerviosa de una intensidad mayor a la normal recorría su cuerpo de pies a cabeza, sintiendo la estimulación en las propias yemas de sus dígitos.

Las papilas gustativas del castaño se sobreestimularon a tal punto de poder sentirse salivar cual depredador, su instinto animal había brotado.

Sentía la necesidad de llevarse a la boca un pedazo de aquel ejemplar recién conseguido.

Lanzó lejos su hacha y se arrodilló ante la persona que agonizaba tratando de respirar, cosa difícil al tener una tan profunda raja en su pecho.

Los ojos de Arthur estaban inyectados en pura sangre y su pecho subía y bajaba al sentir el estimulante olor de la sangre fresca.

No pudo esperar más.

Enterró sus colmillos en el hombro de la persona, no sin antes haberse desecho del envoltorio, es decir, de la camisa que mantenía oculta su piel.

Relamió el resto de la sangre de sus labios, el sabor era tan delicioso que le costaba mantener la compostura en una situación así.

Prontó los simples mordiscos se transformaron en fuertes mordidas, que poco a poco fueron arrancando y despedazando la blanquecina piel del chico que ya había pasado a mejor vida. Se llevaba frenéticamente pedazos de carne a sus fauces, dejándose embriagar por el sabor de aquel festín tan fresco.

Siempre se le había dado bien comer carne, por lo que no le era problema dejar prácticamente limpios los huesos de su víctima.

Se le estaba acabando el alimento, y no se había ni parado a respirar prácticamente. Su cuerpo exigía alimento, al fin y al cabo, había pasado un día entero evitando cualquier contacto con cualquier alimento.

Se llevó el último pedazo de su cena a sus labios, relamiendo estos al sentirse lleno.

Se sentó apoyando su espalda en la pared, junto a los huesos del que había sido Frederick, el cartero de la ciudad.

Sus ojos volvieron a su estado normal, tomó aire y los abrió viéndose reflejado en un manchado azulejo de su cocina.

Sintió una fuerte presión en su pecho, ¿qué acababa de hacer? Había tirado a la basura todos sus esfuerzos para mantenerse a dieta y no empeorar su línea que a su parecer, estaba en decadencia.

Miró su algo inflado estómago sintiéndose el ser más inútil en la faz de la tierra. Trató de levantarse con celeridad, resbalando en el húmedo suelo de su cocina.

Se acercó a la papelera, comenzando a llorar por pura ira de lo que acababa de cometer. Agarró la botella de agua que tenía en la sala, bebió mitad de esta del tirón y dirigió su cavidad bucal a la papelera haciendo movimientos abdominales tratando de devolver al exterior todo lo ingerido.

No era la primera ni la última vez que usaba aquella técnica.

Volvió a beber agua, pero no era capaz de devolver nada. Parecía ser que su estómago se estaba aferrando con fuerzas a aquella fuente de vitaminas y proteínas necesarias para funcionar.

Necesitaba romper ese agarre.

No dudó ni un segundo en introducir dos dígitos en sus cálidas fauces, profundos y fuertes, lo necesario para expulsar cualquier intruso que pretendiese hacerle subir de peso.

Sus ojos no dejaban de llorar, mezclado con el dolor de barriga que le había dejado el expulsar todo y el ardor de garganta que se le había instalado en dicha zona.

Algo dentro de él se revolvió.

Se dejó caer en el suelo, mirando al techo donde había una luz cegándole.

"Arthur, ten más cuidado. No puedes permitirte engordar. No le gustarás. No serás suficiente. Ni siquiera te podras aguantar a ti mismo."

₊˚.༄: AU || Enfermedades.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora