Una noche más, algo quitaba el sueño a Bastiodon. En mitad de la noche se notaba inquieto, nervioso, y aquello empezaba a pasar factura a su día a día ayudando a Acerón y combatiendo en el gimnasio. Si no descansaba el tiempo necesario, su rendimiento se veía seriamente afectado, y aquello era algo que a Acerón no le hacía demasiada gracia. Al mismo tiempo, le resultaba extraño que, viendo su estado, el líder no se parase en ningún momento a preguntarse qué le ocurría. A pesar del carácter distante y no excesivamente amistoso del líder, rara vez pasaba por alto cuando alguno de sus Pokémon tenía algún problema. Ocurrió con la sobrecarga eléctrica de Magneton, o con las rocas incrustadas en las cavidades de Steelix, por ejemplo.
Por ese motivo, Bastiodon comenzó a intentar dar con una solución... o más bien un motivo, a aquello. Eran ya demasiados días, semanas incluso. Mucho antes de que comenzase el verano. Tenía al mismo tiempo alguna idea de cuál podría ser el motivo, pero una parte de él quería no dar nada por hecho para evitar cualquier encontronazo con el líder. Pero al mismo tiempo, ciertas imágenes que apoyaban su teoría no dejaban de repetirse en los sueños que el Pokémon tenía noche tras noche.
Desde la última visita de Acerón a Ciudad Corazón, las cosas habían comenzado a cambiar poco a poco en el entorno del líder. Y no para mejor precisamente. Desde que aquel Honedge llegó, 'cortesía' de Fantina a cambio de Froslass. El Froslass de la difunta mujer de Acerón, y que había pasado realmente más tiempo con la líder de Corazón en vida de su mujer que con él. Aquel Honedge se había mostrado bastante... territorial con Acerón, cuyo carácter osco e irascible, había ido regresando últimamente, haciendo que la rutina diaria del líder se viese poco a poco afectada.
----
Un ruido metálico despertó a Bastiodon con un sobresalto. ¿En qué momento se había vuelto a quedar dormido?
Aún era de noche, no entraba nada de luz por la ventana, lo cual ayudó a que el Pokémon pudiese desperezarse con más facilidad al no haber luz en el salón. Había vuelto a preferir dormir ahí, en lugar de en compañía de Acerón, debido a las malas noches que pasaba, evitando ser una molestia para el líder. Aunque desde luego, echaba de menos poder estar junto a él por las noches. Aquel salón era demasiado grande para él.
De nuevo aquel ruido metálico volvió a llamar su atención. ¿De dónde venía?
Estirándose lentamente e incorporándose, olisqueó el ambiente, tratando de dar con algún olor o rastro extraño, pero nada. Todo parecía normal en una noche silenciosa como otras tantas. Se dio un paseo con cuidado a lo largo del salón, echando un vistazo en la cocina, ya que aquel ruido parecía el de algo afilado, como un cuchillo, o...
Abrió los ojos de golpe, bufando con fuerza, al darse cuenta de qué estaba pasando. Así, sin dudarlo, giró sobre sí mismo a una velocidad que ni en sus años como Shieldon había logrado alcanzar. Trotó con fuerza sobre el suelo de madera, haciendo temblar mesas, cuadros, muebles y cualquier objeto próximo a su estrepitoso galope. Sin dudarlo, y con un testarazo bastante sonoro, abrió de par en par la puerta del cuarto de Acerón.
El líder ni se inmutó, tumbado en la cama, y con sus suaves ronquidos rompiendo el silencio posterior al portazo de Bastiodon. Pero aquello no fue lo que llamó la atención del Pokémon. Un resplandor azulado rodeaba a su entrenador, cuyo brazo derecho estaba elevado, atado a la mano fantasma de ese maldito Honedge. Éste, ante la irrupción de Bastiodon, no dudo en mostrarse hostil y, alargando su brazo sin dejar de aferrarse cada vez más a Acerón, trató de asestar varios mandobles sobre el rostro de éste. La Defensa Férrea de Bastiodon logró mitigar los golpes, pero por algún motivo, la fuerza de éstos era bastante mayor de la que recordaba.
Lo que fuese que estuviese haciendo al líder, no era bueno, y sin duda no iba a permitir que ese maldito fantasma se saliese con la suya. De aquella manera, cogiendo carrerilla y sin dudarlo un instante, Bastiodon se precipitó sobre la cama de Acerón, llevándose por delante a un Honedge que, un instante antes del topetazo contra el mueble, soltó al líder, desapareciendo entre la oscuridad de la habitación.
A partir de aquella noche, Bastiodon pasaría las noches en el exterior de la casa.
Aunque aquello no cesaría en su empeño de librarse de ese Honedge.
YOU ARE READING
FicTober 2019
RandomGuiándome por la plantilla del Inktober 2019, haré una serie de relatos 'diarios' con mis personajes, en función del concepto o tema que marque la lista. Por cierto, la lista: https://inktober.com/languages2019 Nota: es posible que algún relato est...