— Rusia.
Perú tocaba la puerta por enésima vez, no era su responsabilidad, claro que no la era...pero creía que por lo menos debía ser su penitencia. Después de todo, se sentía culpable hasta la médula.
— Voy a pasar.
Tras el aviso abrio la puerta con lentitud y cubrió su boca con sus manos para evitar las arcadas que ese aroma fetido le provocaba. Alcohol y cigarrillo abundaban en su sala, pasó dando largos pasos para evitar las botellas de vodka y múltiples licores, pero al dar un paso en falso, sintió algo debajo de su planta del zapato crujir...¿una tutuma? ¿Qué hacía eso allí?
La levantó del piso, para verla con nostalgia, cuanto extrañaba ver a su hermanito corriendo hacia él con una jarra en una de sus manos y una de esas lindas tutumas en la otra, sonriendole para después decirle: ¡Hoy hay chupa! Esta chicha ya está bien fermentada, ¿quieres, Perú?
— Te estás haciendo daño, Rusia. Mucho...daño.
Las lágrimas cayeron una a una sobre su ropa negra, las palabras salieron de su boca con lastímeros jadeos de tristeza. Lo extrañaba tanto...tanto como extraña la flor a la primavera, porque es ella quien la trata con amor y con cariño...las demás estaciones solo lo hacen con hastío y unas que otras de vez en cuando lo hacen con asco.
— Debí, haber...hecho lo correcto...
¿Y qué más daba ya si no lo había hecho? Ya era tarde, demasiado tarde. Camino una vez más apreciando la tutumita en el camino, para luego dejarla en la mesa dándole un último vistazo. Recordando vagamente cuando su hermano le sonreía y se la extendía; que hermoso recuerdo.
Al llegar a la puerta de Rusia se asombró al verla semi-abierta. Así que sin pensarlo demasiado la abrió.
— ¿Pero, que...¡Rusia!
Sus ojos se abrieron a más no poder, dejó la bolsa que traía en su mano contra el piso caer, el silencio...debería ser sinónimo de peligro, ¿no lo creen?
El potente brillo le nublo la vista, era una luz cálida pero muy bajita...frente a él había una puerta; allá a lo lejos. Caminó a pasos dudibativos, viendo a los lados simple y absurda obscuridad, la única luz que veía era la que emanaba de aquella puerta de madera.
— ¿Hola?
Ya frente a la puerta la oyó crujir mientras se abría, la luz que de ella emanó iluminó aquel lugar obscuro y entonces un bosque hermoso frente a él apareció, también se iluminó el cielo, el sol, las nubes y los sauces que adornaban las frondosas y extensas tierras...se quedó estático viendo la cabaña; era tan familiar.
《¡Aún respira! ¡Hagan algo, por favor!》
Hubiera prestado más atención a aquel grito que se expandía a lo lejos, en el cielo...pero un arrullo dentro de la cabaña lo distrajo.
Y allí, frente a él...estaba su silueta, exactamente como la recordaba, sin poder evitarlo entre lágrimas y una gran sonrisa de oreja a oreja se acercó a él presuroso, para tomarlo entre sus brazos y besar su cabecita desprotegida.
— ¿Rusi? ¡Rusi!
Se giró rápidamente al sentir su colonia golpear con su nariz y apenas lo vió comenzó a llorar, quería abrazarlo...lo anhelaba, lo rogaba, pero no debía.
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El perdón. [RusiaxBolivia] [ChilexBolivia]
Fanfiction- Vuelve, maldita sea, aceptaré todo lo que me pidas, solo vuelve. - Chile, no lo haré. Yo...ahora soy feliz, como nunca llegué a serlo contigo. El chileno suelta la mano del bolivianito debido a los tirones que él proporcionaba. - ¡Con ese weón! Te...