Capítulo I

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Singularity


Su mirada se perdió en el paisaje tenuemente iluminado por la luz solar una vez que el chófer le anunciará de manera formal su pronta llegada al Hospital Psiquiátrico de Auckland. El continuó balanceó del vehículo negro en el que era transportada por la carretera le causaba una cierta calma ante una realidad inimaginable, y la tristeza camuflada por la serenidad en su rostro continuaba martillando de manera constante los recuerdos que querían ser olvidados. Su mente por momentos cita las últimas palabras de su madre antes de tomar el vuelo a Seúl—«No está para nada mal querer terminar con el trabajo investigativo que inició tu padre, solo no permitas que aquello te pase más de la cuenta»—, le había asegurado estar bien durante su ausencia pero su madre sabía que le estaba mintiendo, sin embargó no dijo nada al respecto, dejándola solo con la última imagen de su espalda alejándose cada vez más hasta desaparecer por la puerta de embarque.

La presión sobre sus hombros y el correr en contra del tiempo le había afectado demasiado en su desempeño como psicóloga criminalista, sus compañeros de trabajo y su jefe habían expresado preocupación ante un agotamiento que apenas podía ser ocultó, entonces vino la reunión con sus superiores, ellos estaban seguros de que su último recurso para capturar al asesinó serial con un gran apetito por la carne humana funcionaria y ella no tenía la más menor idea de lo que estaban hablando hasta que el pseudónimo de la asesina más hablada de los últimos tiempo fueron pronunciados por los labios de uno de los hombres más experimentados de la sala—«Hemos decidido pedir la cooperación de Aria para este caso»—, era una completa locura. Acomodó bien su gabardina negra, el calor que le proporcionaba y la tela de lana que cubría la parte de arriba de su cuerpo hasta la altura de su cuello ayudaba a que el frío no tocará su piel blanca. Sus manos también estaban siendo protegidos por los guantes que su abuela le había obsequiado antes de morir años atrás.

El vehículo negro dió por finalizado su trayecto en la entrada del Hospital Psiquiátrico de Auckland, El chófer le ayudo con la puerta derecha de los asientos traseros al salir, la suela de sus zapatos tocaron la superficie del suelo formado por cemento, las copas de los árboles moviéndose al ritmo del viento, su mirada no se apartó en ningún momento del gran edifico de color blanco, camino hasta la puerta siendo recibida por un agradable aroma y una calidez al entrar. con ambas manos en los bolsillos de su gabardina y una actitud completamente profesional se acercó hacía los dos hombres mayores que hablaban seriamente, identificó a uno de ellos como el actual Director del Hospital Psiquiátrico, Richard Thompson. El hombre con la bata de Doctor fue el primero en darse cuenta de su presencia.

—Nuestra invitada ha llegado, Director Thompson.

—Señorita Kim —. El Director Thompson saludo a la joven Psicóloga con un apretón de mano para después presentar al hombre a su lado.—El es el Doctor Hans, actualmente está a cargo de Aria. Hans ella es Jennie Kim, Psicóloga criminalista a cargo del caso del caníbal de Auckland.

—Encantada de conocerlo, Doctor Hans.

—El placer es todo mío, Señorita Kim.

—¿Esta todo listo, Director Thompson? —. Le preguntó la joven Psicóloga al hombre de traje.

—Si, Señorita Kim. El Doctor Hans la llevará con la Señorita Aria mientras yo me encargo de algunos asuntos, —. Echó un vistazo a la hora marcada por su reloj de muñeca.— si me disculpan —. El Director Thompson se retiró del lugar bajo la atenta mirada de Jennie Kim y el Doctor Hans. 

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⏰ Última actualización: Oct 08, 2019 ⏰

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Sempiterno ; Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora