(...)
Casi todo el fin de semana, me quedé en el hotel, para vigilar que nadie viera al esqueleto.... por supuesto.... Las veces que salí, sólo fue para comprar una que otra cosa.
El señor que puso el vidrio, no sospechó nada. Hasta ahora, todo bien en ello. No he levantado ninguna sospecha...
Intenté llamar a Sofía, varias veces, pero ella,me colgaba. Al parecer, seguía molesta. El lunes, espero poder conversar bien de aquello con ella. No quiero perder su amistad. Es una gran persona.
Domingo por la noche...
Estaba dejando todo a mano, para mañana. Luego de lavarme los dientes, me fui a acostar. Había sido un día muy aburrido. No tenía ni ganas de ir a trabajar mañana... "pero bueno, nada que hacer al respecto"...
(...)
Iba a apagar las luces, cuando siento, que algo cae. Me di la vuelta... era... ¡era el esqueleto! "¿Qué?" Pero, si el clóset, estaba bien cerrado. ¿Cómo es que salió de ahí?
Lo levanté, y lo envolví nuevamente con la toalla, la cual se le había salido. Lo dejé en el clóset otra vez, y lo cerré bien... "¡Ahora sí que no volvería a caerse de ahí". Al voltear, miré mi cama... En mi almohada, había algo... Un escalofrío recorrió mi cuerpo por completo. Se trataba de un hueso. Del mismo esqueleto, al parecer... En este, había escrito algo... (parecían garabatos):
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Sólo Algunos Tienen Aquella Suerte
RomanceIsmael se presenta a esta historia como un joven solitario, apartado de las personas, pero amable. Él lleva una vida normal, en un trabajo normal. Pero, lo que hace que esto gire por completo, es la noticia dada por su jefe... 6 meses, fuera de su...