Cada segundo oscuro difumina los colores de mi alba, magnetizante es la tentación de observarlo y recibir sin miedo los primeros rayos de sol, pero por alguna razón me encuentro dormido, encerrado en sueños profundos en lo que me es difícil escapar, claro siempre hay una salida de emergencia que me ayuda a desconectar representada en un maldito despertador que suena y suena pero no siempre funciona.
Lucho contra mi subconsciente que no me deja escapar de los campos irreales de mi cabeza, quiero despertar y saludar al sol, quiero ver el sol y no estos cielos falsos imaginarios, siento como mis piernas se debilitan al intentar correr hacia mis ojos, pero un lodo de odio y lágrimas olvidadas dificulta mi camino, me hundo, me llega hasta la cintura y el despertador ya se detuvo, me pregunté aquella vez:-¿Quedaré otra vez encerrado en este lugar?-.
Cerca de las 8 y media de la mañana ingresa a mi celular una notificación personalizada, vientos huracanados a mis espaldas elimina el lodo que me atrapaba y me impulsó hasta llegar a los párpados que tanto deseaba, agarré uno de cada lado y con fuerza pude abrirlos.
-¡Buenos días!-. Su mensaje en instagram.