12 Dos chusmas

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–Vos fíjate que arrugó, se achicó.

–¡Hay madre santa! Pero ¿qué le pasó?

–Y... mirá... lo que a mí me dijo la Martha fue que perdió mucho peso y la piel se arrugó todita todita... entonces la llevaron al médico y le dieron unas pastillas pero coso, las pastillas la encogieron y quedó chiquitita chiquitita, más pequeña que un alfiler.

–¡Ah, qué tragedia! Igual no era muy buena que digamos; está bien lo que le pasó.

–Toda la razón, comadre.

–¿Querés tomar mates? Dale, pasá y sigamos charlando.

Dentro de la casa charlaron y matearon. Sin embargo el mate se cansó. Estaba muy lavado y con los oídos estropeados por tanto chamullo. Decidió rebelarse contra las dos chusmas. Entonces cuando la comadre volvió a verter agua dentro de él, éste la vomitó. La vieja corría levantándose el vestido que quemaba. La otra no sabía qué hacer y el mate... el mate se mataba de la risa.

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