Capítulo 2.

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Abrió los ojos lentamente, la luz del día se colaba apenas por las cortinas negras, se dio vuelta en la cama quedando de lado, volvió a cerrar los ojos y maldijo el momento en que le pidió a Temari que limpiara el completo desastre que Kankuro, con sus reventones nocturnos, había hecho la noche anterior mientras él andaba fuera por trabajo. Ella hacía ruido en el fregadero, puso música a un volumen que, a pesar de no ser insoportable ni mucho menos escandaloso, a él le molestaba. Unos golpes en la puerta le hicieron suspirar y se sentó al borde de la cama mirando el suelo bajo sus pies descalzos.

-¿Gaara, estás despierto?-; la muchacha esperó varios segundos y al no recibir contestación volvió a tocar, luego de otro par de segundos y algo más tomo el pomo entre sus manos y lo giró para entrar a la penumbrosa habitación de su hermano menor,- Creí haberte hablado-, ella le miró mal, Gaara ni se inmutó, se levantó abriendo de golpe las cortinas y maldijo entre dientes al ver botellas de sake hasta en la mesita de noche a su lado ¿En realidad Kankuro resultó ser fiestero? No conocía ese lado de él y sinceramente esperaba cosas peores si no le ponía un alto, la última vez que le prestó su departamento fue hacía semanas nada más, los reventones se hacían constates después de que Kankuro le rogara prácticamente de rodillas poder usar su casa luego de que Temari y Shikamaru le echaran de la suya al querer privacidad y por supuesto, menos desorden.

-Recuérdame jamás volver a aceptar algo así -, se dirigió hasta el armario y sacó su uniforme típico. Temari rió complacida pues sabía que Gaara era mil veces menos tolerante con la gente que ella, y eso que había mejorado luego del discursos aquel que le dio el Namikaze.

-En realidad deberías ser tú quien le diga que no- ella comenzó a recoger las botellas de la habitación -, Ahora comprendes por qué tuve que correrlo de la casa, es como si toda esta cosa del final de la guerra ninja hubiera hecho un Click en su mente y bueno... No acaba para nada bien-; él se dio vuelta a mirarla mientras le enseñaba un preservativo dentro de un vaso descartable, ella rió con ganas al ver la cara de desagrado del pelirrojo. Él se dirigió hasta el baño a la par que su hermana limpiaba a fondo la habitación, entró al cuarto de baño mirando todo a su alrededor esperando no hallar ni a nadie medio desnudo ni más preservativos. Suspiró complacido al ver que nadie, al parecer, había entrado allí. Se desvistió sacándose la única prenda que llevaba encima desde anoche, un pantalón de chándal azul. Lo puso en el cesto de la ropa sucia y entró a la ducha sin antes poner el regulador en caliente, ya luego mandaría al demonio a su hermano, la noche anterior llegó demasiado tarde y comprobó que todos los asistentes de la fiesta habían dejado ya su casa. En sólo dos días fuera Kankuro hacía atrocidades tremendas en lo que a fiestas de reventón se refiere, pero ya lo pondría en su lugar, su prioridad era firmar documentos y verificar ciertas cosas, en tres días la boda de Naruto Namikaze y Hinata Hyuga se celebraría en una gran fiesta para toda la aldea de la Hoja, los altos mandos y amigos estaban cordialmente invitados.

El agua recorría su cuerpo pálido y su bruna mirada chocaba contra los azulejos azules, desde hacía varias noches no dejaba de pensar en Rock Lee, desde aquella vez que su hermana llegó a su despacho y se preguntó sobre el amor. El decir que no había hasta soñado con el chico moreno era una total caradurez y una asquerosa mentira. Hasta se propuso que lo primero que debería hacer era visitarlo antes de ir al encuentro del chico Namikaze.

Temari lo tacharía de loco si se enteraba y era justamente por esa razón que partiría esta misma tarde después de firmar todo y hacer varias cosas más, su hermana iría un día antes la boda y bueno, él tendría más privacidad aunque dudaba que ella se metiera en algo que no le era rrelevante pero... Tragó duro al imaginarse lo que había hallado un día en la casa de su hermana, una novela escrita por ella misma donde decía su afán y total amor por las relaciones homosexuales, eso ya no era algo nuevo en esos tiempos y conocía gente así, pero de verdad y en serio no quería que su hermana se enterara de que a diario pensaba en el chico Lee.

The Reason (Homoerótica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora