capitulo 1

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-Mañana es la fiesta ¿Irás con nosotras? Su pregunta me cogió de sorpresa, no sabía qué contestar, pues no podía decir que no consideraba agradable su compañía, eran muy buenas personas y aunque hacia poco que las conocía les había cogido mucho cariño son las primeras personas con las quemas he creado un vínculo desde que llegué aquí, desde que hui de todo y decidí empezar de nuevo. De igual manera que perdía con ir desde que había llegado a este país no había salido del departamento, solo a trabajar y del trabajo regresaba directo a él era algo tan monótono, pero es que aún estaba sumida en la depresión todavía no había superado lo que había pasado del todo. así que conteste con toda seguridad.
- Sí, claro que iré nada en este mundo me lo impedirá.
- Entonces te pasamos a recoger a las siete, esperamos que no te eches para atrás.
- Bueno está bien, las espero. Les conteste con una sonrisa así eran esas chicas un par de locas, viven en el mismo conjunto de apartamentos que yo, aunque en diferentes pisos, nos conocimos por casualidad ya que todas nos acabamos de mudar aquí cada uno con sus razones, las primas Katia y Andrea Ernesto dos mujeres hermosas, una más morena con ojos verdes y otra con ojos azules, pero ambas igual de atractivas.
Son un tsunami de alegría en cambio yo cada día que pasa estoy un poco más triste... un día más aquí en la soledad de mi apartamento intentando borrar las huellas de mi pasado del dolor que el dejo en mi he tratado de olvidar todo, pero no puedo no sé cómo hacerlo, pensé que alejándome todo pasaría rápido pero no sé qué la distancia me ayuda, pero no con la velocidad que yo quisiera, ya no creo en el amor es más no creo volver a enamorarme jamás, pues eso te hace débil y ciego y ya yo fui una vez esas cosas y mira lo que estoy sufriendo.
Desde pequeña he conocido el dolor porque tan solo con cinco años perdí a mis padres y como no tenía familia quede en casas de acogida, donde me trataban bien pero nunca fue lo mismo logré estudiar superarme y superar la tristeza que eso me causo para caer en los brazos de ese canalla, el día que lo conocí pensé que había alcanzado la gloria, los primeros meses fueron felicidad hasta que se fue convirtiendo más posesivo y fue pidiendo que dejara mi trabajo y todo lo que hacía, ya parecía prisionera en mi propia casa, sin dinero y el controlándome todo, pero como lo amaba solo me seguía engañando, diciéndome que esa era su forma de demostrarme su amor y que con el tiempo cambiaría, pero a medida que pasaba el tiempo aumentaban sus insultos llegaba borracho con labial en su camisa y agresivo insultándome hasta el día que me pego me decidí a que ya era suficiente que todo tenía que acabará aunque lo amaba primero era mi amor propio. Y así fue como llegue aquí, a este nuevo país donde nadie me conocía, ni yo conocía a nadie. Fue una jornada laboral corta, era sábado y solo se trabajaba medio tiempo, llegue a mi apartamento lo arregle un poco y me puse a buscar entre toda mi ropa un vestido para la fiesta, tenía mucho tiempo que no me ponía uno, pues cuando vivía con él no salía y si lo hacía él me prohibía ponérmelos así que un día los empaqueté resignada, pero mírenme aquí estoy de nuevo quiero que esta noche sea mi nuevo comienzo de verdad quiero sentirme joven, atractiva como hace tiempo no me siento.
Escojo un vestido negro hasta la rodilla bien pegado a mi cuerpo con escote hasta la cintura, me queda justo como lo recordaba, además me puse unos zapatos de tacón también negros con una decoración dorada eran sencillamente hermosos mis preferidos, me deje mi larga melena negra suelta y me eche un poco de maquillaje, cuando eran las siete y me pasaron a recoger me sentía como un reina, como hacía tiempo no me sentía, y así me lo hicieron saber mis amigas aunque ellas no se quedaban atrás estaban hermosas Andrea llevaba un vestido rojo bastante corto con un escote palabra de honor, Katia por su parte llevaba un vestido largo de color dorado con una apertura hasta la rodilla del lado izquierdo de su pierna estaban espléndidas.
Salimos a la calle y cogimos un taxi que nos llevó hasta la discoteca donde se realizaba la fiesta todos se quedaban viéndonos y por donde pasamos todos volteaban, cuando subimos al ascensor pues la celebración se llevaría a cabo en el noveno piso ellas sacaron de sus carteras unos preciosos antifaces de pluma yo me quedé atónita pues no entendía nada Katia se rio a carcajadas por mi cara y aclaró.
- Camila dejé esa cara que no hemos sacado un arma, ni has visto a ningún muerto estos antifaces son porque la fiesta los exige y quisimos darte la sorpresa.
Yo sonreí con nerviosismo, pero lo acepte y me lo coloque, nos miramos en el espejo del ascensor y sonreímos al darnos cuenta que con ellos nos veíamos más atractivas.
Cuando salimos había unos chicos bastante hermosos, según lo que dejaban ver sus antifaces que se nos acercaron y nos invitaron a bailar yo decliné la invitación, pero mis amigas no lo dudaron un instante, yo les dije que no se preocuparan por mí y me dirigí a la barra.
Cuando había pedido mi cóctel favorito un "caipiriña" siento que alguien se me acerca, pero decido no voltear, aunque me causo curiosidad el olor tan sexi de su perfume, cuando se sentó a mi lado con el rabillo del ojo lo observé y lo poco que Vi me encantó tenía hombros anchos y unas grandes manos puestas en la barra.
Cuando hablo con esa voz ronca y dulce casi me muero mi corazón empezó a latir a mil por horas, se me secó la boca me sentía tan cohibida.
- Quiero lo mismo que está tomando la señorita. Le dijo muy amable al de la barra, y se giró hacia mí yo me sentí pequeña ante su atenta mirada y cuando esté me tendió su mano no sabía qué hacer y
Saqué valor de donde no lo tenía e hice lo mismo.
- Mucho gusto Daniel Miller, yo me quedé mirándolo como una tonta con mi mano en la suya, hasta que el carraspeo y me dijo
- y el suyo, yo reaccioné de inmediato y dije mi nombre en un susurro casi inaudible
- Camila Oliveira, un placer dije soltando mi mano.
Tomé otro trago de mi cóctel para sacar fuerzas, pues no sé lo que me sucedía nunca me había sentido así tan cohibida y excitada a la vez... Dios mío qué me pasaba parecía una quinceañera y no una mujer de veinticinco cuatro años aunque con esa hermosura que tenía al lado vestido de traje con una corbata dorada y ese hermosos antifaz negro que combinaba con el color de su vestimenta y esos ojos color miel que a cualquiera vuelven loca que hombre estaba más bueno que el pan pero yo no estaba en busca de eso, no quería compromisos ni relaciones, se iba a dedicar solo a ella y su trabajo A tratar de montar su propia empresa como era su sueño.
-Quisiera saber qué piensas dijo el
- Tranquila que no te are nada que no quieras, bailas conmigo preguntó justo cuando empezó a sonar una canción lenta, cómo podía negarse y sin saber cómo o porqué dijo que si y muy lentamente él la fue tomando en sus brazos y bailando pegada a su cuerpo la fue dirigiendo a la pista de baile.
Me sentía como en las nubes entre sus brazos era algo tan mágico me sentía viva, como hace mucho no lo sentía así que decidí disfrutar el momento, que podía pasar era solo un baile. recosté mi cara en su pecho y me dejé llevar acurrucada entre sus grandes brazos los minutos se hicieron interminables, bailamos varias canciones sin decir una sola palabra fueron minutos maravillosos.
Cuando nos separamos yo me sentía mareada y quise atribuirlo a mi cóctel, aunque la verdad sólo me había tomado dos sorbos, nos dirigimos a unos sofás que estaban en una esquina alejada y nos sentamos el con mi mano en la suya y yo sin querer que la soltará y muy lentamente se fue acercando
y me dio un suave beso en la comisura de mi boca y dijo
- Qué te parece regalarte una noche especial?, Donde todos tus deseos se hagan realidad, sin pensar que pasará el otro día donde solo existamos tu y yo.
Yo no sabía qué responder el poco de cordura que me quedaba me decía que saliera corriendo, que era un juego muy peligroso, que el que juega con candela se quema, que me acordara de lo que me había sucedido pero mi espíritu aventurero ese que hace tiempo dormía me pedía a gritos q fuera que me arriesgará que solo era una noche, una noche que no podría cambiar nada y que me haría sentir viva después de tanto así que hice lo inevitable.
- Solo una noche, sin falsas promesas. Afirme más para convencerme yo que para cualquier otra cosa.
Cuando era media noche mis amigas se acercaron y la convidaron al lavado, fue con ellas y les contó todo lo que le había sucedido con su galán que la había mantenido bailando y riendo durante toda la noche con chistes que solo a él se le ocurrirían, sus amigas chiflan y reían dando indicios de que ya estaba estaban un poco tomadas o más bien bastante tomadas.
Cuando regresamos el seguía sentado en el mismo lugar donde lo dejamos, estaba rodeado de algunos invitados con los cuales mantenía una conversación, me fui acercando un poco cohibida y cuando levanto la mirada y me vio se disculpó con las personas que estaba hablando se me acercó tomando mi mano e inclinándose un poco para susurrarme al oído.
- Nos vamos ?? Ya quiero estar a solas contigo. Ella se sonrojo y emocionó al imaginarse el motivo.
Nos dirigimos a la salida, yo me despedí de mis amigas que estaba muy a gusto con sus dos nuevos amiguitos.
Nos subimos al ascensor el marco un código y cuando las puertas se cerraron se me fue acercando y se inclinó hasta quedar a centímetros de mis labios y en un impulso lo bese con todo lo que tenía, el me tomo en sus brazos y nos dimos un beso donde quedaba resaltada toda la pasión y el deseo que sentíamos.
Me acarició todo el cuerpo sus manos trazaban líneas perfectas en mi cuerpo era un deseo cegador que nublaba todos mis sentidos, mis manos tenían vida propia y le acariciaban su pecho, tiraba de su hermoso cabello cobrizo era algo tan excitante y loco que no sabía cómo explicar.
Cuando se abrió el ascensor nos separamos lentamente y el me tomo de la mano y me llevó a un apartamento hermoso con paredes blancas sillones negros, tenía una decoración exquisita y muy hermosos cuadros.
- Bienvenida, sabes que eres la mujer más hermosa que he visto en toda mi vida. Yo me sonrojé y le sonreí.
- sabías que tú eres el hombre más atractivo y coqueto que yo he conocido y eso que he conocido muchos. el soltó una carcajada y me miró con esos penetrantes ojos llenos de deseos y promesas excitantes, me tomo de la mano y me dirijo a una habitación que tenía la misma decoración que el resto del apartamento con una cama doble que me llamaba e iba a ser testigo de la mágica noche que iba a pasar.
- Eres una señorita muy respondona, pero creo que sé cómo solucionarlo.
Yo sonreí nerviosa, el me tomo de la cintura me dio pequeños besos por todo el rostro, por el cuello y me habló al oído.
- Desnúdate despacio, para mí... Me separé de su lado y me fui bajando las mangas de mi vestido tan lento y sensual fue aquel movimiento que hasta mí me sorprendió, lo dejé hasta mi cintura me di la vuelta y metí un dedo por cada costado del vestido y lo fui deslizando los más lento que pude por mis curvas hasta que cayó como una nube en mis pies, di un paso lento y sensual para salir de él, sus ojos me miraban muy atentos y desprendían deseo, un deseo intenso que me llegaba hasta los huesos. iba a quitarme el sujetador cuando él me detuvo se acercó a mi rostro y sobre mis labios susurro.
- Esto y esto, dijo tocando mis bragas lo quito yo y será un placer. Metió dos dedos en mis senos trazando círculos pequeños que me hacían estremecer... Hasta que de un tirón me lo quito por completo y seguí acariciando mis duros pezones, bajó por mi abdomen plano hasta llegar al borde de mi braga y comenzó a acariciar mi zona más sensible, yo gemí ante tantas sensaciones, me despojo de mis bragas se quitó la corbata me quito el antifaz y con esta me vendo los ojos, me depositó en la cama.
Sentí como se iba deshaciendo de su ropa, cuando se subió en la cama a mi lado ya yo estaba que ardía de la anticipación, comenzó a besar cada parte de mi cuerpo y a decirme las cosas más bonitas en el oído mientras yo gemía y acariciaba su bello rostro, su torso, todo ese cuerpo glorioso del cual era dueño él.
Cuando me penetro sentí que toqué el cielo, jamás había sentido tan plena nunca había deseado como lo deseé a él sus embestidas eran diabólicas parecía poseído por el Dios del sexo, un dios que me hacía delirar cuando llegó el órgano de ambos fue tan devastador que quedamos sin aliento y nos quedamos así abrazados como si nuestra vida dependiera de ello. Cuando recobro el aliento me besó en la frente y me susurró
- Gracias para mí fue mágico, espero que para ti lo haiga Sido también. yo suspiré pies no tenía palabras para describir el momento y le di un tierno beso en los labios que poco a poco fue aumentando y se convirtió en algo más y así podamos la madrugada haciendo el amor y hablando de cosas vanas hasta que llegó la hora de despedirnos.
Nos bañamos juntos y nos amamos otra vez, yo sentía en lo más profundo de mi que perdía algo, sentí un vacío que me hacía sentir vulnerable pero no tenía que sentirme así porque desde el principio supimos que era una sola noche sin reencuentros ni amor eterno, él me abrazó fuerte, yo me aferre más a él.
- Si, pero para mí es una de las mejores cosas que me han pasado, gracias por hacerme feliz por una noche, una noche que me devolvió algo que había perdido. él sonrió y me besó la frente diciendo..
- Te invitaría para quedar otro día, pero más tarde me voy del país y no sé cuándo regrese.. yo sentí un sentimiento desconocido, junto a ese sentimiento de pérdida otra vez, nos subimos en el ascensor y abrazados y besándonos, besos de despedidas esos fueron los besos que marcaban nuestro primer y último encuentro. pero esto me sirvió de algo, me sirvió para recordarme lo que soy como mujer, lo fuerte y atractiva que soy así que en silencio y abrazada aún desconocido que se convirtió en alguien importante me prometí cumplir mis sueños ser una mujer capaz r independiente.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron maldije porque sabía que no lo volvería a ver, me abrazó, me besó y cuando iba a bajar del ascensor le dije que no lo hiciera que no me gustaban las despedidas, lo abrace lo bese y me di la vuelta, me despedí.
- adiós susurro el mientras se cerraban las puertas, yo me di la vuelta y dije en un susurro cegado por lágrimas que brotaban por mis mejillas.
- adiós desconocido especial y sonreí, porque mis lágrimas no eran todas de tristezas si no de alegría por descubrir que yo puedo lograr lo que quiera por pues esa fue la sensación que el dejo en mí.
Cuando me subí al coche directo al aeropuerto privado que me llevaría a mi nueva vida lejos de estados unidos, que me llevaría a nuevos negocios y más éxitos no me podía olvidar de la mujer con la que había pasado la noche de esa hermosa sirena que me hizo pasar momentos espectaculares los mejores de toda mi vida nunca había deseado tanto como la desee a ella aún la deseo, por eso sin algún día regreso que es lo más probable trataré de reencontrarme con esa brasileña de ojos hermosos que me cautivó desde el momento en el que la vi.
Llegue a mi piso y sonreí sola, de los momentos que pase al lado de ese desconocido, fueron momentos mágicos, incomparables sabía que mis amigas no tardarían en llegar para preguntar lo que había pasado...cuando sentí que tocaron el timbre trate de que no tener cara de culpable y abrí con la tranquilidad más grande, mis amigos me escanearon de arriba abajo.
- Cuéntanos todo, porque sabemos que amaneciste con ese muñecote. Fueron las primeras palabras que dijeron al entrar a mí me dio un ataque de risa por la forma en la que se referían a él, el desconocido de mirada matadora, siempre lo guardaré en un espacio de mi corazón.
Ellas me miraban a la espera de mi respuesta
- No hay nada que contar, pasamos una noche espectacular juntos él se va fuera del país y no si vaya regresar algún día fin de la historia, lamentablemente pensé. Ellas se quedaron mirando no muy convencidas, pero asintieron e hicieron como si nada pasara yo sonreí al ver sus caras incrédulas y pregunte.
- y ustedes que tienen para contar, si es que se acuerdan de algo pues con esa borrachera que tenían no lo creo posible. ellas se reían a carcajadas pues sabían que tenía razón así hablamos de cosas de la vida y de los sueños que teníamos de montar nuestra propia empresa eran un sueño que íbamos a
lograr uniendo nuestras fuerzas.

Solo una nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora