Capítulo XVIII [Segunda Temporada]

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Un mes después...

[Narración]

La calma había llegado a su corazón, lo sentía más animado; aunque las esperanzas ya las había perdido hacía mucho tiempo.

Tiempo que le había regalado la vida, el poder disfrutar aún de la compañía de su madre, una nueva familia que encontró literalmente al otro lado del mundo. La amistad, el amor verdadero... y Young Saeng.

Su querido Young Saeng.

Aquél bello niño que conociese un día, lo vio tan desamparado pero no por pertenencias u objetos costosos; lo veía desamparado de amor... no tenía un padre al quien mostrarle sus habilidades, igual que él. Tenía una madre, quién nunca pudo superar el hecho de que su padre los había abandonado por una apabullante aventura.

Por eso su amada criatura odiaba las relaciones extra-matrimoniales. La ruptura de su familia se había producido por ello, y nunca dejaría que algo así sucediera en la suya.

Ahora como haría para acabar con algo que empezó desde que lo vio.

Cómo acallaría a su corazón una vez más...

Amaba a Young Saeng desde el momento que lo vio.

Desde el momento que lo rechazó.

YS:: ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! —Exclamaba el joven de ojos rasgados, mientras se encontraba de espaldas hacia su entonces amante—. ¡M-más despacio! —Aunque intentaba alejarlo, le resultaba imposible—. Eres... ¡ah! Eres... eres una bestia. —¿Cómo había terminado en ello?

SW:: Saengie... ¡Ah! ¡Dios! ...No puedo creer que te tenga. —Intentaba pronunciar ante el inminente placer que sentía en aquel momento. Se encontraba junto a la ensoñación de sus más intensos deseos. Lo deseó desde el momento que lo vio. Decidió que algún sería él que obtuviera la gracia de permanecer junto a él; lo que no intuyó fue que aquella criatura de grácil belleza amaba a otra persona— ...Eres... eres tan hermoso... —balbuceaba producto de la excitación que le provocaba tal acto. Y es que amarlo era lo más hermoso que pudo soñar, el poseerlo carnalmente era otro asunto— ...como no amarte...

YS:: No... no estás escuchando... —respondió, el más bajo.

SW:: Claro que sí... —contestó a su vez—. Escucho como gimes por mí.

YS:: ¡Ah!

SW:: Escúchate... gimes... ¡ah! Gimes como una puta.

YS:: ¿Cómo lo sabes? ¡Ah...! ¡Dios! ¿Has estado con alguna? —aquella comparación había retirado de sí la poca excitación que poseía en aquel momento. El haber sido comparado con alguna de ellas, lo lastimaba profundamente. Y no es que se sentía celoso de que alguna vez su futuro prometido hubiera acordado una cita con alguna de aquellas muchachas.

Sólo que una vez más se sintió reemplazado o menos que ser una mujer, como había sucedido hacía tiempo.

SW:: ¿E-eso... Ah... eso te molestaría? —intentó probar suerte, si el corazón de su eterno amado le correspondía, si tan sólo aquello lo habría podido poner algo celoso. Claro, sería que no comprendía lo que su novio sentía. Lo presentía, pero siempre intento acallar el amor que percibió Young Saeng hacia Hyun Joong. Al final, él se sentía ganador. Le pidió y hasta suplicó el que lo pudiera ayudar.

En ese entonces Hyun Joong decidió probar cada una de las exquisiteces que se les ofrecía como comúnmente pregonaban "bienvenido lo que sea, y mejor aún si es en bandeja de plata". Así fue que Hyun Joong se vio rodeada de no sólo mujeres sino también de dulces jovencitos que poseían una belleza andrógina indescriptible. Belleza a la que Young Saeng siempre se sintió desencajado —nunca lograría superarlos— aquello era su pensamiento que torturaba a lo largo de su adolescencia.

QUIZÁS EL MAÑANA NUNCA REGRESE OTRA VEZ (MINJUN, HYUNSAENG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora