Kara descansó tanto como pudo hasta que el Sol apareció por el horizonte. Dejó el caballo donde estaba y entró en el bosque. No tardó mucho en encontrar el rastro de Lena. Con un poco de suerte, la morena no se habría alejado mucho esa noche.
La mayoría de los árboles allí eran pinos de corteza negra, tronco fino y con todas las ramas concentradas en la parte más alta a cuatro o cinco metros de altura. No había muchos arbustos lo que permitía ver a bastante distancia de donde se encontraba. Debía haber estado siguiendo el rastro una media hora cuando pudo ver, entre la vegetación, el caballo sobre el que iba montada Lena cuando salió de Gimina. Se acercó silenciosamente y se escondió detrás de un pequeño arbusto a observar. Había restos de una pequeña fogata ya apagada al lado del caballo y algunos objetos esparcidos alrededor. No parecía haber nadie cerca.
Un ruido detrás de Kara la alertó justo cuando Lena se estaba abalanzando hacia ella cuchillo en mano. Kara esquivó por poco el ataque, pero el cuchillo le había hecho un pequeño corte en su costado. Lanzó un golpe a la mano de Lena que sujetaba el arma provocando que se le cayera el arma.
Lena dio un salto para atrás separándose de Kara. Ambas sabían que, en un combate cuerpo a cuerpo, un kryptoniano tenía ventaja y, esta vez, Kara estaba entre Lena y su única escapatoria, el caballo. Kara atacó a Lena con un puñetazo que la morena llegó a esquivar por poco, pero no tuvo tiempo de esquivar la patada que la rubia había lanzado a continuación y cayó boca arriba al suelo.
Cuando se fue a levantar se encontró con el cuerpo de rubia encima de ella inmovilizándola. La agarró por las muñecas y le colocó las manos a cada lado de su cabeza.
- No sabes cuánto he soñado en esto, Lena.
- Sé que sueñas conmigo. ¿Algo a confesar, princesa? - la miró sugerente la morena.
- Solo que estoy disfrutando mucho de haberte atrapado, Luthor.
- Ya te gustaría a ti haberme atrapado. - rio con sorna Lena. Kara no entendía a qué se refería. Levantó la cabeza para mirar a su alrededor. No se veía a nadie cerca para ayudarla. Bajó rápido la cabeza para volver a mirarla, pero el movimiento le provocó un gran mareo. Empezó a ver doble y a sentir un hormigueo por todo su cuerpo. - ¿No esperarías que fuera tan tonta de enfrentarme a ti cuerpo a cuerpo? Las dos sabemos cómo habría acabado esto. El cuchillo estaba bañado en un veneno que te dejará dormida un rato. Qué tengas dulces sueños, sobre todo si estoy yo en ellos.
Lena se deshizo del agarre de Kara y la tiró a un lado. La rubia no tardó mucho en quedar completamente inconsciente. Siguiente paso: atar a la princesa antes de que despertase y cargarla en su caballo. ¿Dónde lo debía haber dejado?
Una vez estuvo atada inmovilizada de manos, la ató a un árbol, escondió sus armas en su propio caballo y fue a buscar su caballo. Lo encontró en el límite del bosque y volvió sobre sus pasos.
Desató a la rubia del árbol e intentó cargarla encima del caballo, pero la princesa pesaba demasiado para ella.
- ¿Y ahora cómo te subo yo aquí? - pensó en voz alta Lena. - Lo tengo.
Pasó una cuerda alrededor del pecho de Kara y por debajo de sus brazos y lanzó el otro extremo por encima de una rama que parecía bastante fuerte. Ató a la cuerda a la silla de su propio caballo e hizo que se moviera en dirección opuesta a la rubia de manera que fue tirando de la cuerda y la rubia poco a poco fue quedando colgada del árbol.
Lena entonces cogió el caballo de Kara para colocarlo debajo de ella y, cuando estuvo cerca de la rubia, se dio cuenta de que esta ya estaba despierta.
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Dioses y guerras [Supercorp AU]
RomanceLa Casa de El se había pasado veinte años luchando contra los rebeldes Luthor que se negaban a cerder ante ellos. Kara, como pincesa, acababa de ser enviada al territorio enemigo para controlar los avances de los rebeldes. Lena había viajado para cu...