Estaba subiendo las escaleras de mi casa con pesadez, después de una larga discusión con mi mamá, siempre me criticaba, pero hoy simplemente no estaba de humor para aguantar a alguien. Me encerré en mi habitación, encendí la computadora y empecé a hablar con mi novio Dayland.
—Perdón amor no podré ir a la fiesta
A los 5 segundos respondió
—por ?? con quien bailare?? te extrañare mucho!!!
Ese Day siempre tan tierno
—Lo siento en serio, mi mama no me deja
—Okay te veo mañana amor
Me despedí sin mucha emoción, en serio odiaba a mi mamá, pero bueno, así podría estudiar. Abrí el libro de ciencias y prendí mi ipod.
Estuve una hora así hasta que escuche mucho ruido en la cocina, no quería saber mas del mundo exterior y subí todo el volumen. Seguia el ruido, escuchaba como caían cosas metálicas y copas de vidrio que estallaban en el suelo con golpes seguidos. ¿Qué estaba pasando? no bajaría, no pienso hacerlo. Me pare a cerrar la puerta de mi cuarto cuando se fue la luz, ¡no puede ser! pensé. Los ruidos seguían cada vez mas fuertes.
—¡¡Mamá ya deja de hacer eso!! — los ruidos seguían, empecé a espantarme, eso no podia ser normal. Cerré la puerta con seguro y me metí a bajo de mi cama, me tape los oídos fuertemente. El ruido aumento más y más.
De la nada paró
Poco a poco salí de la cama, temblorosamente me acerque a mi puerta y la abrí lentamente…
—¿Mamá?
No hubo respuesta.
Abrí la puerta completamente, estaba temblando, no quería ir, pero necesitaba saber que había pasado. Me acerque a las escaleras y antes de bajar volví a llamar a mi mamá. No hubo respuesta. Podía escuchar mi respiración agitada, no quería bajar, estaba todo oscuro, ni siquiera podía ver mas allá de mi nariz. Empecé a bajar lentamente escalón por escalón. Empezaron a rechinar y me ponían nerviosa, ¿Que pasaría si hubiera alguien ahí? ¿Un acecino? era lo mas probable. Cuando llegue al ultimo escalón vi una pequeña luz roja en la cocina, nunca la había visto antes, no alumbraba mucho y solo remarcaba las orillas de los muebles.
—¿Mamá?— susurre tan bajo que apenas se podía escuchar. No estaba segura si ir hacia la cocina para ver o salir corriendo de mi casa, gritar por toda la calle que algo había pasado en mi casa.
¿Y mi padre?
A mi papa no lo veía casi nunca porque siempre estaba trabajando, en juntas o viajes de negocios. De seguro hoy no regresaría temprano. Recuerdo la vez que estaba enferma y no fue a trabajar solo para cuidarme y bajarme la fiebre. Voltee para la sala que estaba del otro lado de la cocina, ahí estaba el mismo sillón blanco en donde me quedo siempre que estoy enferma. La sala se veja tan pacifica, como si nunca hubiera ocurrido una locura de ruidos. Me arme de valor para ir a la cocina, cuando vi una sombra pasar en la sala.
—¿Mamá?— Pregunte con la voz temblorosa
La sombra se quedo quieta, se veía como la sombra de una persona, no muy mayor, pero no de mujer, menos de mi mama.
Lentamente me dirigí a la sombra, descubrí que era un chico, masomenos de 16 años se veían sus ojos azules tan oscuros como la noche. Traía una chamarra negra de Kizz y los banqueros decolorados llenos de… sangre.
—¿Quién eres, qué le hiciste a mi mama? — se quedo callado, solo me miraba
— ¡¡Contesta!!
Después todo fue tan rápido, saco un cable largo y me lo enredo en el cuello, yo intente zafarme, quitármelo pero era delgado y estaba pegado a mi cuello. Luche por mi vida, por un poco más de aire, alcance a quitarle la capucha y vi su cabello castaño claro, era precioso, como alguien así puede ser un asesino.
Poco a poco empece a ver borroso, los pulmones me ardian y suplicaban arie, un poco de aire para vivir. Sentí el cuerpo débil, no podía moverme hasta que el chico me soltó. Caí al suelo e intente enderezarme, no pude.
—Game over— dijo el chico
No alcance a ver que paso después, la vista la tenia borrosa, no podía moverme, no respiraba. Fue mi final.
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Game over
Mystery / ThrillerPara todas las personas que creen que los gamer no son peligrosos... Se equivocan