Pov Narrador
El pequeño Rusia hace unas semanas comenzó a sentir algo nuevo por su padre algo mas allá de la admiración que sentía antes. No encontraba una explicación lógica y con su poca experiencia adquirida de preguntarles a sus hermanos y amigos concluyo que era amor, se enamoro de URSS. Algo inaceptable y asqueroso para él, ya que desde pequeño el mismo les enseño que genero seguir.
Y así empezó su lucha interna en contra de su corazón, se odiaba así mismo por ser sensible por estos sentimientos, no le gustaba ser débil incluso si es por el eslavo mayor. Estaba cansado de llorar por las noches sin razón alguna al recordar que a la mañana siguiente lo volvería a ver, le volvería a hablar y escuchar su voz profunda y a la vez hermosa que tanto odiaba amar.
Pensó que algunos días lejos arreglarían todo así podrá "curarse" pero no lo dejo irse. Mientras que el mayor noto la actitud rara de su hijo asia el, lo evitaba y observaba más de lo debido como si esperara algo de su parte. Concluyo que era falta de atención asique empezó a estar más con sus hijos y mas con el mayor de ellos dándoles abrazos y caricias llenas de amor que tanto pensó que necesitaban.
Rusia ante el cambio de URSS descarto su idea de marcharse, le agradaba mucho que le hiciera mimos y lo cuidara, era su padre después de todo... pero eso era lo único que no le gustaba. Lo quería solo para él y le aterraba la idea de que se lo llevaran de su lado, que gane otro el puesto de favorito.
-Solo quiero quedarme... hasta que tú no estés-
Las semanas pasaron y ese sentimiento crecía dentro del ruso sin dar indicios de detenerse. Se a estado alterando y sentía como su corazón se aceleraba cuando solo él, le tomaba la mano con tanta delicadeza que hacía que se derritiera por dentro. Las mariposas y una sensación de ardor en el pecho eran su mayor problema.
-¿En qué me he convertido?-
Esa pregunta día y noche le comía la cabeza dándose la misma respuesta, "un niño que quiere mucho a su papa" decirlo así lo tranquilizaba pues sonaba tan inocente que incluso se creía el solo sus mentiras. Pero en el fondo es una sucia mentira.
Pasaron los días dando un cambio a la rutina. Rusia se encontraba espiando a URSS desde que hace días atrás se olvido de salir de la oficina, siempre con el celular en lugar de planear algo era algo nuevo para el ruso menor y no le gustaba nada cambiar las costumbres.
-Una vez le sonreíste a la pantalla, una sonrisa que nunca vi ¿Con quién hablas?-
Un nuevo sentimiento apareció, la impotencia y unas ganas increíbles de golpear a alguien que tocara o se acercara a URSS. Rusia decidió esperar en la cocina pues era hora de cenar, sus hermanos llegaron detrás de el imitándolo... sin embargo nunca llego la comida. El eslavo mayor estaba a cargo de cocinar, lavar y limpiar como una ama de casa y un padre cuidar de sus niños, y al hacer todo eso nunca tuvo tiempo de enseñarles a hacer algo similar como cocinar. Decidieron retirarse a dormir cuando el mayor nunca llego. Rusia se tiro sobre la cama con un pesar en el, volvió ese sentimiento de golpear cosas, decidió controlarlo apretando las sabanas al mismo tiempo que miraba la habitación de su padre con la luz prendida cuando sonó una risa silenciosa, provocando que ese sentimiento crezca.
-Para ti somos un juego ¿Mi amor es un juego también?-
Un nuevo día llego para todos a acepción del eslavo menor, quien se quedo despierto toda la noche pensando un plan para quitarle el teléfono y averiguar con quien estuvo ablando esa noche. Decidió que lo intentaría en la hora del almuerzo mientras el mayor preparaba todo y que con algo de suerte el teléfono estuviera en el cuarto. Aun con los posibles fallos y consecuencias se animo a ir dando la escusa de que se estaba cambiando de ropa. Casi grito de alegría al ver el celular tendido en la cama como si lo esperara, rápidamente lo tomo y reviso los contactos llevándose una sorpresa al encontrarse con el enemigo número uno de su padre con una corazón al lado "Natzzi<3"
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¿Como puedes dormir? [[RusiaxURSS]]
FanfictionDesde que tengo memoria lo recuerdo como si fuera ayer y aun no siento nada de pena o una pisca de culpa, no me arrepiento de lo que hice... solo espero que este orgulloso sobre los gustos que nos enseño. Y que su pequeño Rusia sea feliz con esa dec...