Parte 16

70 16 1
                                    

Esto es incómodo.
No sabes cómo iniciar.
Disimuladamente secas las palmas de tus manos en tu pantalón. No sabes por qué estás nervioso.
Es sólo otro chico.

O bueno, quizás si sabes por qué estás nervioso.

Esta es una situación nueva para ti. No sabes de donde nació exactamente el querer invitarlo a aquella cafetería que frecuentes cuando no te sientes con suficiente ánimo para fingir que eres luz y resplandor.

Sólo sabes que es lo correcto.

Y también sabes que hay algo en sus ojos que te causa curiosidad, y no te permite apartar la mirada de sus ojos verdes hasta que el rompe el contacto visual, incómodo por tu insistente mirada.

Te aclaras la garganta. Respiras suavemente y te das ánimos internamente para iniciar.

-Lamento haberte tacleado

La vida de adolescente de Arthur Kirkland. HetaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora