Amor a larga distancia

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>>¿Qué haces?<<

>>Estudiando<<

No debía distraerse de los libros, pero tener la computadora prendida y estar conectado en el chat solo para él y nada más para él resultaba inevitable. Esa noche leyó y resumió cada renglón del libro de filosofía y también se dio un tiempito para conversar con él. Su novio. Se acostó tarde, y aunque le costó mucho esfuerzo el levantarse de la cama para ir a clases, no se arrepentía de nada.

Sí, eran novios a la distancia. Jamás se habían visto personalmente. Ambos vivían en diferentes países, muy, muy lejos. Con diecinueve años ya era independiente. Alquilaba un departamento y no estaba tan alejado de la casa de sus padres. Iba a la universidad y por las tardes atendía un negocio de golosinas, su vida era esa, simple. Pero se sentía muy solo e incomprendido. Las pocas amistades que había logrado tener en secundaria, guardaron silencio y se apartaron de él lentamente. ¿Por qué? Antes de finalizar el último año, confesó a sus compañeros sobre su homosexualidad. No le criticaron, pero darle la espalda era exactamente lo mismo y sufrió en silencio la soledad.

Al entrar a la universidad y perder contacto con los que dejaron de ser sus amigos, tuvo la idea clara de no cometer el mismo error. Y pese a su popularidad con las chicas porque era un chico muy atractivo y eso le dificultaba para estar en paz, pese a sus altas notas y participación en clase, se mantenía lejos de los demás. En otras palabras, quería estar solo hasta finalizar su carrera de abogacía. Se la pasaba en los recreos almorzando y observando el firmamento tranquilamente detrás de la institución.

Pero llegó un momento en que no soportó tanta soledad. Valiéndose de sus ahorros y lo que ganaba durante su jornada, compró una computadora e instalo el internet. Tenía experiencia en manejarla, después de todo en secundaria usaban mucho para buscar información y hacer trabajos prácticos. Esas enseñanzas permanecían dentro aún. En la primera noche, se mantuvo despierto hasta las siete de la mañana, obviamente tuvo que faltar y aprovechar esas horas para recuperar el sueño e ir directo al trabajo.

Durante el siguiente día, buscó páginas donde chateaban chicos de sus mismos gustos. Tuvo acceso a miles, pero solo una le fascinó. Hizo una cuenta, puso algunos datos personales y una foto actualizada. Las visitas iban en aumento y se armó de gran cantidad de amigos y uno que otro viejo verde que siempre insistía en que le enviara fotos de él masturbándose. Luego de calmarse, bloqueó a todos lo que osaban faltarle el respeto, solo buscaba un amigo. Alguien con quien charlar durante sus horas libres y que estuviera dispuesto a escucharle de cómo había resultado su día.

El hombre que le cautivo llegó a las dos semanas. Un mensaje que le dejó maravillado.

>>Hola, Naruto, me llamo Sasuke. Soy de descendencia japonesa. Quisiera tener el placer de hablar contigo. He visto tu perfil, me agrada mucho lo que vi. Me gustaría conocerte más y antes de que me corras, tengo veintiuno. Un beso ;)<<

A partir de ese día, Sasuke y él comenzaron a hablar seguido. Se sentían a gusto uno con el otro, llegó un punto en que Naruto no podía dejar de pensar en ese chico. Era guapo y le agradaba mucho. Tenía guardada la única imagen que había puesto Sasuke de perfil. Sin duda, no tardó en enamorarse de el estadounidense. Su alegría fue mayor al saber que era correspondido. En una de sus tantas conversaciones, Sasuke se le confesó repentinamente.

>>Eres diferente a todos los que he conocido. Eres el hombre perfecto para mí, me gusta tu personalidad, me gustas tú, Naruto. Aunque estemos a miles de kilómetros, por favor, sé mi novio<<

>>Sé mío, Naruto. Yo te encontraré, solo espérame<<

Naruto prometió esperarle todo el tiempo que sea necesario. Hasta ahora, se mantienen comunicados en cuento ambos se desocupan. Llegó a casa exhausto, ese día era de descanso absoluto. Se dio un baño, una muda de ropa limpia y no dudó en poner en marcha su computadora. Se metió a su página favorita y revisó su bandeja, Sasuke todavía no estaba conectado, suspiró. Bien, haría otras cosas hasta que se conectara. Revisó sus carpetas con imágenes y videos. Una tenía el nombre de Sasuke, otra de Mi teme como le había apodado con cariño. A lo largo de los meses de mantener una relación, Sasuke le había enviado más de cincuenta fotos suyas, que solo se tomaba especialmente para él. El blondo hizo lo mismo. Luego de las imágenes, comenzaron a enviarse videos y disfrutar de verse uno al otro, escuchar su maravillosa voz y conocerse más a fondo.

Amor a larga distanciaWhere stories live. Discover now