200 años atrás.
Un niño de cabello blanco con las puntas rosadas y ojos rojos miraba una torre donde una mujer,parecido a él, miraba por la ventana para luego alejarse y adentrarse en la oscuridad. El pequeño siguió mirando con tristeza la enorme y oscura torre donde su madre esta encerrada,desvío su mirada para ver las rosas blancas,tan delicadas y hermosas.
Tocó la llave que tenia en su cuello y comenzó a dirigirse al jardín de rosas. Por otra parte un niño rubio sonriente tenia un pequeño cachorro de pastor alemán mientras se lo mostraba a una mujer de rostro serio,igual a él,que miraba disgustada como ese perro lamia el rostro de su hijo por lo tanto le ordenó a un sirviente que se lo quitará y lo abandonará en el bosque,el más pequeño con lágrimas le rogó a su madre que se lo devolviera pero ella solo le ordenó que fuera a sus clases,el pequeño triste y enojado se fue corriendo a otro lado. Un niño de cabello negro y ojos rojos miraba todo desde la ventana del castillo mientras tenia un libro avanzado para su edad pero que podía entenderlo a la perfección,frustrado fue a la biblioteca a estudiar las cosas que su hermano mayor aún no entiende. Cerca de ahí tres niños,un castaño de ojos verdes,un pelimorado de ojos del mismo color y un pelirrojo de ojos verdes jugaban a atrapar murciélagos pero una mujer de cabello morado y ojos verdes se intercepto en el camino de los tres mirando al niño pelirrojo con severidad haciendo que el pequeño se fuera rápido al castillo luego de discutir con su madre.
Dentro del castillo se podía ver a un hombre de cabello blanco con ojos dorados parado en la ventana viendo el panorama de sus esposas e hijos. Suspiro. Sabía que no podía arreglar lo que ya estaba roto,no podía compensar su ausencia y la falta de amor de sus esposas con sus hijos pero conocía a alguien que si podía darle el amor maternal que sus hijos necesitan.
Desapareció y volvió a aparecer en un bosque donde una pequeña cabaña estaba situada cerca de un río. KarlHeiz río al recordar la humildad en la que vive su amigo. Toco la puerta y esta se abrió enseguida dejando ver a un castaño de estatura media,ojos caramelo con un destello azul en ellos,piel pálida como porcelana,vestía un kimono naranjo simple.
-¿Su majestad?- pregunto el castaño mientras miraba al rey vampiro con sorpresa.
-Vamos Tsuna,me conoces desde que soy un niño y aún me tratas así de usted- sonrió divertido mientras lo miraba con cariño brillando en sus ojos.
-Seria una falta de respeto muy grande hacia usted-hizo una reverencia y se hacia a un lado dejándole en paso al mayor.
-Permiso...- entro y se quito los zapatos dejando que la madera lisa se sintiera en sus pies.
-¿A que debo su visita alteza?-el más pequeño entro y se sentó de rodillas en el suelo junto a una mesa,enseguida el mayor se sentó frente a él mientras que el otro servía dos tazas de té.
-Quiero que me ayudes...-tomo el té con cuidado y bebió un poco- y protejas a mis hijos de sus madres -miro seriamente al castaño.
-Karl,sabes que fui expulsado del castillo cuando paso lo de Richter... No puedo ayudarte a protegerlos si no los protegí cuando más me necesitaban- miro su té como lo más interesante del mundo - Lo siento...pero tendré que rechazar lo que me pides.
El Rey no dijo nada durante unos minutos hasta que sonrió con calma.
-Se que mis padres te expulsaron después de mi coronación, pero lo que paso con Richter no fue tu culpa... Por favor,yo no pude proteger a mis hijos de los traumas de sus madres... Pero tú puedes darles amor maternal, al igual que con Richter y yo nuestros padres no eran muy afectuosos que digamos y lo sabes,el único amor que conocemos es el tuyo...-tomo con delicadeza la mano del castaño y acerco los nudillos a sus labios.