Erick
Definitivamente tengo un problema con eso de ser impulsivo.
—¿Otra vez aquí Erick? ¿Dónde está Richard?—pregunta el guardia burlándose.
—Ésta vez no estuvimos juntos, él es Joel por cierto—presento recargándome en los barrotes, esto es tan humillante.
—Tu mamá debe llegar en cualquier momento.
—No, ahora no tuvo nada que ver.
—Pimentel y Colón, pueden salir— permite otro oficial abriendo la celda.
Resulta que es ilegal tener relaciones sexuales en medio de la carretera, ¿Quién lo diría?
—Señor Pimentel, ¿Está bien?— pregunta su secretaria preocupada—vine en cuanto me llamó.
Realmente ahora que definimos nuestra relación no me importa mucho que hablen con él, es decir, hice lo que hice porque estaba inseguro.
Pero que tampoco abusen.
—Sí Violeta no te preocupes, gracias por venir y pagar la fianza—Agradece con una sonrisa—por cierto, tomate el día, tampoco voy a ir a la oficina, te veo el lunes.
Pasamos toda la noche un una celda gracias a mí y mi gran idea de excitar a Joel, pues, los genes que puedo decir.
Llegamos a su casa y esperaba que me regañara o algo parecido pero en vez de eso solo ha reído desde que estábamos enjaulados, le hizo gracias y no sé porque.
—Por Dios Er, eso fue increíble—dice sin dejar de reír.
—No sé qué tan bueno sea ser encerrado pero, por nada, supongo—respondo confundido.
—Quien diría que eres tan salvaje—menciona tomando mi mano y llevándome hasta el sofá—eres muy engañoso.
—Ni yo sé porque lo hice, pero, supongo que tanto tiempo con mi mamá me ha afectado—digo recostándome y usando sus piernas como almohada—¿Qué le diremos a mi mamá?
—No lo sé, también estuve pensando al respecto—asegura acariciando mi cabeza—todo pasó tan rápido que no tuvimos tiempo de meditarlo.
—Debemos dejar de hacer las cosas sin pensar, tarde o temprano nos causara problemas.
—Tienes razón—dice agachándose para darme un beso en la comisura de mis labios—¿Quieres dormir? Las camas de esa celda eran incomodas, aunque parecía que ya te conocían, ¿Debería preguntar?
—Mamá.
—Ah, olvídalo ya entendí—dice haciendo mi cabeza a un lado y se levanta, me toma en brazos y me carga.
—No tengo energía ni para discutir, tengo sueño—digo bostezando y dejo que me lleva a la recamara.
Tal vez podría acostumbrarme a esto, esta clase de tacto me agrada, bueno, me gusta mucho el sexo pero esto es lindo.
Creo que todo esto fue para bien, desde un principio, sí, mi mamá me mete en sus problemas pero de no haber sido por eso ahora no estuviera con el Señor Pimentel.
Oh bueno, con Joel.
Me recuesta en su cama y se pone sobre mí usando sus brazos para sostener su peso y para aprisionarme entre ellos.
—Estás lleno de sorpresas—dice y besa mi cuello.
—Creí que íbamos a dormir.
—Y lo haremos, solo quería besarte—informa yendo a mis labios.