Capítulo 7 - ¡Esto aún no acaba!

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El viaje había comenzado, y lo primero que Traful hizo, fue preguntarle el nombre al viejo sabio. Se llamaba Kúa, que en lenguas perdidas significaba, "más sabio que un dios". Su nombre le quedaba justo. Tras cuatro días de andar por ahí, ya habían ido a dos laboratorios, y aún no encontraban a Zoe. Cansado, Traful le pregunta a Kúa:

- ¿Hay algún otro cerca?

- Sí, pero no debemos acercarnos a ese...

- ¿Por qué no?

- Apenas salí vivo de allí.

- Pero lo tenemos a Kuji, él es lo suficientemente fuerte.

- Lo siento, pero su fuerza no alcanzaría.

- ¿Cómo lo sabes?

- Ya te dije, estuve ahí.

- ¿Por qué?

- ...

- ¡Responde! ¿Estás con ellos verdad?

- Eso fue hace tiempo... Pero quiero que sepas que yo estaba en contra de los experimentos como el que le hicieron a Kuji...

- Eso explica varias cuestiones... Guíanos hacia ese laboratorio.

- No lo haré, lo siento...

- Dime dónde, y yo iré, no es necesario que tú vayas.

- Está bien, voy a ir con ustedes. Síganme. - Dijo el viejo, algo temeroso.

- Tranquilo, Kúa. Con tu sabiduría, la fuerza de Kuji, y mi voluntad, atravesaremos cualquier adversidad.

Y así, los tres se dirigieron a lo que, según Kúa, era una muerte segura. Tras largas horas de caminata, llegaron al lugar. Kuji cargaba una mochila enorme, que compraron para llevar las provisiones. Traful advirtió que la seguridad del lugar era excepcional, y tomó la mochila, diciéndole al más fuerte, que burle la seguridad. Con una sonrisa malévola y los ojos más rojos de lo normal, Kuji entró como un rayo en el laboratorio, dejándolo sin cámaras. Luego, ayudo a Traful y a Kúa, a poder entrar. Abrieron todas las puertas que encontraron en la planta baja, y luego subieron por las escaleras. La primer puerta que abrieron al llegar arriba, era la del salón que monitoreaba las cámaras de seguridad. Entre los dos, noquean al hombre que estaba allí dentro, y Traful se pone a ver las pantallas. Pocas cámaras funcionaban. Pero lo que aún seguía en funcionamiento, eran los parlantes. Algo le decía a Traful que Zoe estaba ahí, por lo tanto, tomó el micrófono, y dijo:

- Zoe... - Resonó en todo el edificio.- Si puedes oírme, significa que todavía hay esperanza... Supongo que sabes quién soy, y creo que recordarás que me faltan decirte cuatro razones para vivir. Pues hoy te diré la segunda, y es la imaginación... Porque gracias a ella, puedo imaginar cómo voy a hacer para sacarte de aquí... - Apaga el micrófono y lo deja en su lugar, luego le dice al viejo: - Sigamos buscándola...

Traful se va de la sala con pasos lentos, pero el viejo no lo sigue. Él se da vuelta, y le dice a Kúa:

- ¿No vienes?

- Lo siento, pero sería una carga para ti. Nos veremos al salir... Además, sé lo suficiente como para no ir.

- ... - Traga saliba.- Entendido...

Traful se va, ahora corriendo. Abre todas las puertas que se encuentra a patadas, hasta que llega a una que daba a un balcón. Se apoya contra el barandal y descansa por unos momentos. Toma aire, hasta que advierte que alguien sube al balcón. Primero se asusta, pero luego se da cuenta de que era Kuji. Éste, agitado y algo herido, le dice:

- ... Traful... Ya sé donde está Zoe...

- ¡¿Qué dices?! ¡Vamos!

- ... Va a estar difícil.- Dice mientras una sonrisa temerosa salía de su rostro.

Cinco razones para vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora