Capitulo 16. Lucie

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Lalisa M.

Lucie, mi nana, arrastra mi silla de ruedas por uno de los jardines de mi casa. Observó las flores coloridas y siento el viento cálido golpear mi rostro, suspiró lentamente. Lucie se detiene cuando llegamos al centro del jardín y me ofrece un libro que he estado leyendo para matar el tiempo.

— Creo que debería ir por tus analgésicos, cariño — Me habla con su voz pausada y ronca.

Lucie está apunto de cumplir los setenta. Fue la enfermera que atendió mi parto y tiempo después fue contratada por mis padres, debido a mi enfermedad debíamos buscar una persona que tuviera cierto conocimiento en la medicina para cuidarme. Como mis padres simple trabajaban, siempre fue como una madre para mi. Me recogía en la escuela, me llevaba a mis clases de baile y a mis sesiones fotográficas. Me enseñó a tocar el piano y a hornear galletas de mantequilla, también me enseño el Coreano ya que cuando recién llegue aquí no sabía ni cómo decir 'Hola'.

Con el tiempo aprendí a llamarla 'mamá', fue la que me enseñó el significado de esa palabra y ahora no podía estar más agradecida con ella. Siempre ocuparía un lugar especial en mi corazón y es la única que ha sido capaz de apoyarme durante toda mi vida, sabe todo de mi e incluso creo que sabe más que mis propios padres acerca de lo que me pasa.

— Estoy bien por ahora, nana — Asiento buscando la pagina en la que había dejado el libro.

— ¿Segura? En la noche mientras dormías no dejabas de removerte incomoda, parecías realmente adolorida — Me da una mirada llena de pena. Niego con una media sonrisa aunque ha sido verdad, el dolor en la zona del pecho y el abdomen me han quitado completamente mis horas de sueño y ahora estaba un poco cansada.

— Es que aún no me acostumbro a estar aquí, nana. Eso es todo — Miento con una sonrisa fingida. Se por su cara de incredulidad que sabe que miento, pero ella no insiste más con el tema y le agradezco mentalmente por eso.

— Está bien, cielo. — Asiente poniendo sus manos sobre mis hombros — Iré a la cocina por lago de comer. Si necesitas algo solo grita.

Se va del jardín a paso lento. Yo sigo concentrada en mi libro, he leído la mitad en menos de dos días. Aquí en casa estoy muy cómoda y me siento bienvenida, todo el personal de servicio me trata como si fuera su hija, y prácticamente lo soy porque todos ellos me vieron crecer y fueron parte importante de mi desarrollo.

— ¡Lisa, te busca tu amiga! — Grita mi nana desde el umbral del pasillo. La miró extrañada pero sonrió cuando veo a Jennie tras ella.

— ¡Está bien! — Gritó de vuelta para que ambas me escuchen y Jennie se dirige trotando hacia mi.

— ¿Con que leyendo, ah? — Señala el libro entre mis manos y asiento con la cabeza.

— Necesito pasar el tiempo de alguna forma — Me encojo de hombros y un silencio cómodo nos envuelve.

Un maullido rompe el silencio y ambas giramos a ver entre uno de los arbustos.

— ¿Tienes gatos? — Pregunta y asiento.

— Dos. Luca y Lily — Dejó el libro a un lado y muevo la silla de ruedas hasta donde proviene el sonido.

— Que gordo — Es lo primero que dice Jennie cuando ve a mi gato de ojos azules y pelaje blanco con gris. Río levemente por su comentario y tomó a Luca en mis manos para luego ponerlo en mi regazo.

— Se parece a ti — Señaló asintiendo y ella arruga la nariz para luego reír.

— Es lindo, prefiero los perros, pero sin duda Luca es el gato más visual que he visto — Se agacha a mi lado y acaricia la cabeza de Luca.

¿Como no desearte? {Jenlisa} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora