Reina I

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Todos decían que fui afortunada, que tenía belleza, gracia y delicadeza. Que el rey era muy bueno conmigo decían, que debía estar agradecida decían y que iba ser la mujer más afortunada cuando llegara el momento y dijera que sí.

Todos aplaudieron cuando dije que sí, cuando se hizo una gran boda, todos estuvieron allí y yo fuí feliz, pero realmente estaban allí para mí?

Mi esposo, mi rey cuando lo conocí era el hombre que toda chica deseaba tener, me compraba detalles, me invita a a salir, me cortejaba todos los días y un día me pidió ser su esposa y dije " sí, acepto" y no supe que era mi fin hasta que estuvimos a solas, luego de la fiesta en nuestro cuarto, donde me tomaría como suya.

"Te Vi, te Vi con ese hombre de traje azul marino, como te miraba, como te comía con los ojos"

- de qué hablas Eliazar? Ese es mi primo-

" Un primo no mira así a la mujer del rey, tú estabas demasiado de hermosa para que otros te miren, eres mía Dariana, de nadie más" me sujetaba la mandíbula muy fuerte, me lastimaba

- Me lastimas Elia- una lágrima me corria por la mejilla sin disimulo

" Escúchame bien Dariana, si veo otro hombre mirándote, lo mataré y a ti te irá mal" mi corazón agitado y miedo en todo mi ser corria por mi cuerpo

Veía como el rey se desnudaba y no comprendía como había cometido un error, como no lo Vi antes.

- qué haces?- tenía miedo, miedo de el monstruo que nunca vi y con el cual me había casado

"Eres mi esposa ahora y tú virginidad es mía, quiero tenerte en este instante, acaso te vas a negar? Acaso te irás con tu primo?” negué con nerviosismo, temia que si decía que no, saldría muy mal " muy bien "

- podri.. podrías, tratarme bien?- temblaba de miedo

" Tratarte bien? Después de lo que haz hecho hoy, haciendo que tu propio primo te viera así? Lo siento pero creo que no es algo que pueda hacer" mi corazón cada vez se agitaba más rápido

Me arranco el vestido dejándome expuesta ante él, avergonzada me tape mis senos y mi vagina.

" Muéstrame tu cuerpo- tenía miedo de él y debatía en mi mente sobre quitarme las manos o no- debo repetirlo?" Preguntó molesto

- No- exclamé por lo bajo

Enseñe mi cuerpo con miedo, dejándole verlo.

" Debo admitir que hay más perras con tetas que tú pero servirán, son rosadas y tienes unas nalgas muy paradas, eso me gusta"

Me tocaba los senos como pesandolos por mi poco busto, una lágrima salió sin previo aviso
" No querida, no llores, te gustará, eso te lo prometo, y si no, bueno creo que tendrás que acostumbrarte" lo mire con súplica en mis ojos e hizo caso omiso.

Me empujo en la cama boca arriba y yo automáticamente cerré mis piernas pero él me veía como indicándome con la mirada que las abriera y eso hice, lentamente las abrí, me sentía humillada, me quería ir corriendo de allí.  Entonces comenzó.

"Escucha muy bien, todo lo que te voy hacer, lo vas aguantar como buena esposa, me entiendes?" Asentí con mis ojos aguados. "Bien"

Empezó abofeteandome en ambas mejillas, llore a tal acto, mis mejillas ardian y al parecer se excitaba al hacerlo. Me metió su verga sin estar mojada, dolió, dolió mucho siendo mi primera vez, me tapo la boca para que no gritara, lo metió una y otra vez. Cuando desidio cambiar de posición, ahora me encontraba boca abajo, él me golpeó con una correa tan fuerte repetidas veces que sentía como si la piel quiciera desprenderse, sentía ardor cuando entro en mi ano, dolía, lloraba y gritaba, sujeto mi cabello mientras entraba en mi, no quería esto, quería irme, cuando sentí cuando se corrió dentro mojando ambas cavidades, tenía dolor en mi cuerpo, me sentí sucia, basura y cuando sentí que se acostó a un lado me dijo abrazándome
" recuperaré fuerzas muy pronto pequeña" dijo rozando mi cavidad adolorida.

Observé una lámpara en la mesa de noche y con todas mis fuerzas, al menos las que me quedaban, tome la lámpara y le di en la cabeza, vi sangre y no me importó. Grite por desespero y seguí golpeándolo hasta destrozarle la cabeza. Y ahí estaba yo con sangre en la cama, salpicada en mi rostro, riendo como desquiciada por la liberación rápida de ese monstruo llamado esposo.

Llegaron guardias a la recamara, viendo a su rey completamente destrozado, me tomaron desnuda, sujetandome por los brazos, tirándome al calabozo como un perro sucio, reí, reí como nunca, dejando a los guardias extrañados.

***
Pasaron 9 meses y aún los guardias hablaban de la esposa loca que mató al rey, a las afueras del calabozo, cuando escucharon a un bebé llorar dentro de él. Se voltearon incrédulos para luego mirarse debatiendo si entrar o no.

Relato De ReinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora