Para el fictober 2019 he decidido que las historias sean solo de esta pareja que me gusta mucho y, aunque dice SasuNaru, puede que en algún corto se vuelva NaruSasu... ambos me gustan.
Era un día especial, nada más y nada menos que su maldito cumpleaños, y había pedido el peor maldito regalo que alguien podía pedir, había pedido nada.
Era imposible que le regalara nada, eran pareja, no podía solo dejarlo pasar. Si tan solo no lo hubiera hecho enojar la tarde anterior, si tan solo no le hubiera llamado idiota pervertido mientras pretendía atarlo con esa cola de gato que hacía el juego perfecto con esas orejas afelpadas que le lucían tan bien.
—¡Agh, maldición! —bufó viendo con un poco de molestia, y mucho de vergüenza, el contenido de esa bolsa por cuyo contenido había sido ridiculizado en la tienda de disfraces.
Las miradas de las personas podían ser muy crueles, a veces.
Sacó el disfraz y a regañadientes, y entre otras cuantas maldiciones, lo vistió.
Naruto entró a casa sin ser recibido por nadie, suspiró, se suponía que el molesto era él, entonces ¿por qué rayos Sasuke actuaba tan idiota?, además era su maldito cumpleaños.
Un nuevo suspiro se transformó en carcajada al entrar a su habitación, donde el azabache le esperaba vestido de maid. Eso no se lo esperaba, por eso su reacción fue tan inapropiada que su maid se convirtió en una sádica yandere que le tumbó al suelo y le pisó con esos tacones que marcaban preciosamente sus piernas.
—Te amo —dijo Naruto cuando el aire volvió a sus pulmones, esa caída y esa vista eran fatales para él.
—Feliz cumpleaños, mi amante pervertido —balbuceó demasiado sonrojado Sasuke.
Estaba avergonzado, sí, pero estaba más complacido de la felicidad de ese rubio que amaba con todo, incluso con sus raros FETICHES.
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Día nueve y yo vengo con una rareza xD Deseo les encantara, gracias por leer!
