9. Él no me gusta.

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- ¿Enserio? ¿Conoces a alguien que ha recibido una carta de sí mismo del futuro? - Por fin rompí el silencio intenso. No me acababa de creer lo que había escuchado hace unos minutos. Mis ojos se iluminaron pero de repente volvieron a su estado normal.

- Si...pero no puedo decirte nada más. - Su voz disminuyó al instante.

- Pero... ¿Por qué?

- Melanie, no insistas por favor. Te he dicho lo suficiente. - Gritó molesta apretando el cojín que sostenía en sus manos.

No conseguía entender nada y sin darme cuenta se me saltaron las lágrimas. Me dolía que hubiese respuestas para todo esto que me estaba pasando y que no consiguiera encontrar nada. A veces me siento tan cerca de conseguirlo, pero a la vez estoy muy lejos. En ese instante sentí sus manos en mis hombros. Algo mágico tenía en esos enormes ojos oscuros, captaban tu atención dejándote inmovilizada.

-Melanie, lo siento mucho...no quería chillarte. - se acercó hasta mi mejilla y me besó. - Entiéndeme por favor, le prometí a esa persona que no contaría nada, y eso mismo haré contigo, no puedo revelar su secreto.

Estaba decepcionada conmigo misma. Ella tenía razón:

- Entiendo. Es que cuando dijiste eso me alegré tanto porque pensé que por fin iba a encontrar respuestas. He sido muy egoísta...

- ¡No digas eso! Pronto lo sabrás todo, confía en Melanie del futuro y confía en mí.

< Que confié en ella... >

Esas últimas palabras quedaron dando vueltas por mi cabeza. Sonreí.

- Confiaré. - susurré finalmente.

* * *

Era lunes, otra nueva semana había empezado. Me encontraba en el instituto sacando los libros de mi taquilla.

<Historia, lengua...ya los tengo todos> Los guardé en mi mochila y me giré para irme a clase. Justo al darme la vuelta escuché unas voces grabes que se acercaban a las taquillas. Eran chicos y uno de ellos era Hales. Mis ojos se perdieron al verle y aunque quería irme al aula, una fuerza sobrenatural me lo impedía. Estaba muy atractivo con sus "shorts" tejanos y con su camisa de cuadros, y eso sin hablar de su peinado.

De repente unas chicas se acercaron hacia ellos. Eran guapas. De todos los colores. Había de morenas hasta pelirrojas. Una de ellas se acercó hasta Hales y ambos empezaron a hablar. Estaba bastante lejos para poder escuchar lo que decían. Solo podía ver labios moviéndose y sonrisas.

< ¿Qué había sido eso? Así que Hales salía con esa chica.> Se acababan de besar delante de mis ojos. Todo había pasado muy rápido, así que yo intenté rebobinar la escena en mi cabeza y fue entonces cuando vi como ella se le acercaba lentamente a sus labios y se los mordía. Él le siguió el juego.

Yo seguía observando como una tonta, viendo como los otros chicos (amigos de él y de ella) se reían haciéndoles bromas. Pero pronto el ambiente de esa escena cambió. Hales apartó poco a poco la chica rubia de él. Parecía algo molesto y ella un poco cortada y decepcionada.

- Te gusta, ¿verdad? – Alguien me susurró en el oído. Era Carly. Se había dado cuenta de que mis ojos se habían perdido mirándole.

- Tal vez... - ¿Qué es lo que estaba diciendo? Por fin reaccioné e intenté aclarárselo a mi amiga aunque no me salió nada bien. - ¡No! Él no me gusta, es imposible que eso pase, cien por cien imposible.

- Entonces porque estas tan alterada. Si realmente no fuese cierto no estarías tan a la defensiva. ¡Mira tus mofletes!- cogió mis mofletes y los empezó a estrujar los suavemente. - ¡están rojos!

Una carta para Melanie (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora