Yo no me di cuenta de que estaba enamorada hasta que me lo dijeron, no entraba en mi mente enamorarme de alguien porque creía que nunca me iba a pasar.
Entonces me di cuenta, cuando les decía a mis amigas que me ponía nerviosa cuando se acercaba, que cuando me miraba y sonreía se me aceleraba el corazón y que no podía parar de pensar en él.
Lo sabía, estaba enamorada, confusa pero feliz porque sabía lo que causaba tantas noches en vela pensando en esa persona, tantos días de nervios sin razón y no me avergüenzo de pasar por ello ni de haberlo pasado porque es una sensación muy bonita, es como una montaña rusa de emociones que nunca paran de subir y bajar. A veces puede llegar a ser agotador el hecho de no poder concentrarte porque solo piensas en el, pero merece la pena porque al igual que todo, vale la pena, siempre vale la pena, aunque te digan que no lo conseguirás.