Jueves 10 Octubre

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Ayer fui con mi psiquiatra, llevo casi un mes atendiéndome. Mi diagnóstico es ansiedad y depresión mayor, me empecé a medicar, pero simplemente parece no estar funcionando. Ayer me cambió el medicamento y tengo mucha fe en que va a funcionar; esta semana ha sido muy difícil para mi y las personas que me rodean. Yo pensaba que el cortarse los brazos era algo tonto y no le encontraba sentido, hasta que me pasó algo similar. El autolesionarse no solo se refería al hacerte cortes, me di cuenta que el rascarme la cara y espalda hasta desangrarme estaba mal. En realidad no me daba cuenta cuando pasaba, simplemente ya estaba sangrando y mi cara llena de costras. Les puedo anexar todas las fotos que tengo sobre mis lesiones en la cara, a mi mamá le preocupa el que siga haciéndolo. Desde chiquita me muerdo los dedos hasta sangrar, no me había dado cuenta que me estaba lastimando. Esta semana empecé a lastimarme otra vez y más seguido, claramente necesito cambiar pero no sé el cómo evitar mis pensamientos y el dejar de lastimarme. Ahora entiendo a las personas que hacen esos cortes en sus brazos, para mi resulta placentero el quitarme esas costras de mi cara, el poder sentir la sangre resbalando y finalmente mancharme los dedos. El olor que deja al terminar y cuando me muerdo los labios me gusta el sabor de la sangre. Claramente no está bien, y me espanta el seguir haciéndolo, a veces pienso muchas cosas y me dan miedo, cuando me veo al espejo y veo esos puntos rojos en mi cara con la sangre, empieza a apoderarse de mi la culpa. Y ahí me empiezo a desesperar y a llorar por lo débil que soy. Hoy es mi primer día con los nuevos medicamentos, espero que funcionen, en la mañana por primera vez no sentí ese terrible dolor de estómago que me atormenta cada vez que me siento insegura. Hoy estaba tranquila, hasta cierto punto feliz y sin preocupaciones. Seguía con sueño, como siempre, pero ya no me atormentaba mi mente, al fin estaba silenciosa.
Hoy por fin tuve el valor y seguridad de decir lo que sé, compartir mis conocimientos sin miedo a equivocarme. Me sentí tan libre, capaz, sentí que por fin alguien me escuchaba. Me dieron la razón y no saben lo bonito que se siente, rápidamente le conté a mi amigo lo que había pasado, pero luego me sentí mal por haber corregido a alguien. ¿Qué tal si esa persona ahora se siente mal por haberse equivocado?
Me atormenta el pensarlo, pero mi mejor amigo se encargó de calmarme y ahuyentar ese pensamiento. Ahora solo estoy feliz, un poco preocupada por el siguiente bajón, espero que no sea pronto porque me gusta ser feliz y no preocuparme. Me da mucho miedo quedarme sola, quiero recibir ayuda pero siempre lo estropeo todo.

Historia de una niña con muchos pedos mentalesWhere stories live. Discover now