Futurista

269 27 9
                                    

El año 2019 era muy distinto a como muchos pensaron que sería, claro, todos estaban seguros de que la tecnología y los avances en diferentes cosas cambiarían mucho conforme los años pasarán. La gente en general creía que los autos voladores llegarían, los avances médicos y tecnológicos, en realidad solo fue real en el aspecto tecnológico. Los robots habían llegado y no solo aquellos que eran máquinas en realidad que ayudaban a las personas a construir, investigar avances médicos. Las máquinas habían sido fabricadas con aspecto humano, tenían la anatomía humana: Dos ojos, dos piernas, brazos, boca, nariz, tantas cosas que simplemente aquello enloqueció a la humanidad, todos querían un "humano" así, querían poder poseer algo que tuviera aquella apariencia, claro, no sería muy barato y pocos sectores de la población tendrían aquello, pero era la nueva adquisición que cualquiera presumiría.

Pasaron diez meses de ese mismo año, diez meses desde que salieron los humanos artificiales y poco a poco más gente iba obteniéndolos, ese fue el caso de Steve Rogers, un artista apasionado quien amaba dibujar la naturaleza, la vida cotidiana, a los animales y más concretamente, a las personas. Le encanta retratar en sus lienzos los rostros, los cuerpos, las características de cada persona, simplemente era lo que más disfrutaba, pero, después de haber retratado cientos de personas, Steve ya no encontraba a nadie que pudiera captar su atención, había trabajado con personas de diferentes edades, nacionalidades, tamaños, por lo que, ya había visto casi todo lo que necesitaba ver, aunque, un sentía que le faltaba algo, alguien que pudiera con solo una mirada atraerlo y hacer que nunca perdiera el interés en retratarle. Quería encontrar a su musa, aquella persona que pudiera servirle de inspiración para toda la vida, pero, aquello parecía imposible de pasar ya que, a pesar de poseer un buen cuerpo y un rostro que podía hacer que mucha gente sintiera envidia, no había tenido suerte en el amor y probablemente no la tendría nunca. Se sentía estancado, simplemente necesitaba encontrar a alguien que le llenara, aunque eso nunca fuera a suceder.

Por ello, cuando les contó a sus amigos de su situación, entre ellos hablaron (Claro, sin Steve) y acordaron en darle un buen regalo que pudiera llenarlo hasta que esa persona especial llegara a su vida. Entre todos ahorraron por varios meses para el regalo especial que querían darle y lo lograron. En el mes de octubre le compraron aquella cosa que le ayudaría sin duda alguna, habían elegido el rostro más bello que encontraron, el cuerpo mejor formado, simplemente la musa que Steve necesitaba. No fue fácil engañarlo para que saliera de casa mientras ellos metían la gran caja, aún así lo lograron y en menos de dos horas lograron programar al robot quien sinceramente, robó muchos suspiros de los presentes, la belleza de aquella máquina era indiscutible. Terminaron Justo a tiempo, cuando ellos iban saliendo, Steve iba entrando y no dudó en interrogarlos sobre su presencia en su apartamento, la mayoría no dijo nada, solo la pelirroja que iba con ellos sonrió y le dio una palmada en la espalda.

— Feliz cumpleaños atrasado, esperamos que disfrutes tu regalo — Aquello provoco que el rubio frunciera el ceño, los demás empezaron a caminar lejos de ahí — Ya está configurando y vestido, solo debes saludarle, presentarte como su propietario y él reconocerá tu voz siempre — Lo empujó con lentitud hacia el apartamento — Por cierto, no tiene nombre; debes ponerle uno — Le guiñó el ojo y se subió con los demás al elevador. Ni siquiera tuvo tiempo de nada, no le dejaron hablar ni preguntar, pero, aún así, no hubiese podido hacerlo ya que al entra a casa observó sentado en el sillón de la sala a una persona, al menos eso parecía de lejos ya que al irse acercando lentamente se percató de que no era un ser humano, era igual a uno, pero no parecía respirar y sus ojos cerrados no se abrieron ante el ruido que hizo frente suyo.

— ¿Que demonios hicieron? — Preguntó tragando con fuerza saliva viendo lo que tenía frente suyo. Sus ojos se desviaron lentamente por todo el rostro y contempló la belleza de ese, tenía unas facciones únicas, una mandíbula fuerte pero a la vez delicada, su cabello castaño largo adornaba ese rostro de una manera espectacular y estaba seguro de que poseía unos bellos ojos. Después de varios segundos contempló lo que parecía ser un instructivo sobre las piernas de la "Persona" se acercó y lo tomó con delicadeza teniendo precaución. Empezó a leer y entendió en minutos de lo que se trataba todo eso, era uno de esos robots, esos androides o más conocidos como "Humanos artificiales" y sus amigos le habían comprado uno, ¿Por que? No lo sabía, no tenía ni idea pero estaba casi seguro que se debía a su falta de inspiración, tantas veces les había dicho que seguía sin encontrar el rostro Perfecto para retratar y ahí estaba, al menos eso pensaba Rogers ya que era difícil negar que aquel rostro artificial no fuese el más hermoso.

Siguió leyendo todas las hojas de aquel instructivo para poder comprender, al parecer sus amigos habían hecho casi todo, lo habían sacado de la caja, lo habían vestido (Con ropa que era del rubio y le quedaba relativamente un poco más grande) y lo habían configurado para que reaccionara a la frase que Steve debía decir para activarle y que sepa que quien habla es su dueño. Con las manos ligeramente temblorosas dejó el instructivo en la mesa de noche y se sentó en la orilla de esta para poder estar frente a frente, no sabía la razón pero se sentía tan malditamente nervioso por lo que pudiera pasar, claro, no debía de temer, pero, tener algo; alguien así era fantástico. Suspiró restregando sus extremidades contra su pantalón para secar el sudor de sus palmas. Repasó la frase de activación en su mente una y otra vez para estar seguro.

— Voz de mando, Steven Grant Rogers, treinta y cuatro años de edad, propietario del modelo — Sus ojos fueron rápido a la caja para ver el nombre — RUMNY82 — Repitió las letras con los números, había llegado el momento de ponerle nombre — Nombre puesto por el propietario: Bucky. — Había conseguido el nombre al ver la botella de la bebida alcohólica Buchanan's. Mordió sus labios con nerviosísimo cuando escuchó un ruido peculiar venir del androide, como si hubiese tomado una bocanada de aire, con el ceño fruncido se le quedó viendo atento a cada movimiento y contempló como aquel rostro empezaba a moverse como si estuviera despertando, en segundos los dos párpados se levantaron y dejaron ver aquellos ojos que hipnotizaron al rubio. Dos grandes globos oculares de tonos grisáceos con un pequeño rastro azulado, los cuales se dirigieron hacia él, sus ojos se encontraron con los azules de Rogers y este no pudo evitar sonreír ante la belleza que estaba presenciando. ¿Era posible enamorarse de una máquina? Steve empezó a creer que si.

— Modelo RUMNY82, activado. Nombre dado por Steven Grant Rogers: Bucky. Listo para iniciar vida útil — Su voz, su jodida voz sonó natural, tan natural que pensó que era de una persona, fue tan real. Steven siguió sonriendo tan encantado por esa máquina, por él, y algo sorprendente ocurrió ya que Bucky no tardó en sonreír de la misma manera en la que el humano lo había hecho, él imitaba las buenas emociones de su propietario — ¿Eres Steven? — Preguntó como si tuviera interés en él, Rogers se quedó sin habla por unos segundos y asintió cuando tuvo las agallas suficientes como para levantarse y sentarse a su lado.

— Lo soy, Bucky. Yo soy Steven, Steve — El tono que usó era el mismo que siempre usaba cuando algo le sorprendía mucho y no podía formular una buena frase para hablar — Dios, eres tan hermoso — No se contuvo, ni siquiera lo intentó ya que estaba seguro de que el otro no diría nada, en cambio, lo hizo.

— Tú también lo eres, Steve — Sus movimientos eran muy naturales, sus ojos aún se veían, no dejaban de observarse mutuamente — Ese azul te hace ver muy bien — Confesó robándole una gran risa al humano quien pareció perder un poco la conciencia de que ese "ser" no era humano.

Y eso solo era el principio de aquella interacción ya que les faltaban días, semanas, meses y años para convivir y disfrutarse mutuamente ya que sin importar que Bucky era una máquina, estaba destinado a ser el compañero de vida del rubio, estaba hecho para estar con él hasta el final de sus días.

—-

Estas vez me atrase más pero, espero publicar todos los que me faltan. Espero les haya gustado este KAJSJSHS

Gracias por seguir aquí ♥️

✩✪  Fictober 2019: Stucky ✩✪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora