Capítulo Único

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<<En un patrón de espera para encontrarme a mí mismo

Hablo en círculos, pendiente de señales, por una pista

¿Cómo sentirse diferente? ¿Cómo sentirse nuevo?

Como ciencia ficción doblando la verdad>>

Taehyung caminaba descalzo sobre las hojas secas de los árboles marchitos a su alrededor. En ese lugar no había rastro alguno de vida, sólo animales hostiles y plantas llenas de espinas rodeaban el gran territorio en el que se encontraba.

Ni siquiera sabía con exactitud qué estaba haciendo ahí. No era un lugar al que se le tuviera permitido acercarse, no se suponía que un ángel como él merodeara los límites del primer infierno en la tierra. Pero ahí estaba.

Estaba por regresar sobre sus pasos cuando un sexto sentido se activó en él de un momento a otro. Sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo, erizando su piel, y haciendo vibrar sus preciadas alas negras.

Miró en todas direcciones, un poco asustado, pero sobre todo inquieto, emocionado, dejando la adrenalina fluir por su sistema. Rápidamente se escondió cerca de unos arbustos, acomodó su cuerpo de tal manera que le permitiera observar el horizonte lúgubre de aquel lugar. Entonces lo miró.

Había alguien más, de nuevo ese chico. Tal vez un poco más alto que él, ese día vestía una camisa clara con pantalones oscuros y chaqueta roja, atuendo que contrastaba con el color anaranjado intenso de su cabello.

Se quedó perdido mirándolo rondar por casi un minuto, como siempre admirando la forma de caminar de aquel extraño... y todo hubiera sido perfecto, de no ser por el fino arco que colgaba de su espalda.

Entonces Taehyung retrocedió un poco, casi por instinto. ¿Era un cazador? ¿Desde cuándo? En todo ese tiempo que tenía observándolo, en donde sólo iba a ese lugar para verlo merodear los alrededores jamás se percató de ello, pero de eso no había duda, el arsenal de flechas que traía consigo lo comprobaba. Y él estaba ahí, a unos metros, escondido en unos matorrales que poco lo protegerían. Respiró profundo e intentó calmarse.

Miró de nueva cuenta a su alrededor con desespero cuando lo miró acercarse. Podía salir de ahí, sólo tenía que ser muy rápido, correr en la dirección opuesta a ese chico, desprender sus veloces alas y volar lejos, no era tan difícil, y lo había hecho muchas veces en el pasado. Podía con ello.

Un crujido en el suelo lo sacó de sus pensamientos, aquel chico estaba cada vez más cerca, suspiró con antelación y corrió lo más rápido que pudo en la dirección opuesta.

El pelinaranja se sorprendió apenas miró la cabellera dorada salir entre los arbustos, alejándose de él

—Esper...— intentó hablar, pero las palabras se desvanecieron de su boca cuando aquel muchacho se detuvo por unos segundos, abriendo sus alas azabaches y extendiéndolas con elegancia para despegar sobre ellas.

Como si fuera un reflejo, el cazador tomó su arco colocándole una flecha y apuntó.

Fue todo muy rápido, casi instantáneo, le pareció dudar un segundo, pues una vez en el aire se dio la vuelta para apreciar la que creyó que sería la última al cazador, pero en ese momento sintió una fuerte punzada en su costado y cayó al suelo haciéndose daño.

Fueron momentos de desconcierto en donde permaneció tendido, sin aliento con dolor que parecía nacer en su torso y esparcirse por todo su cuerpo, incapaz de moverse.

El cazador caminó cuidadosamente hacia él, con los ojos muy abiertos, casi asustado. Nunca había contemplado a un ángel tan de cerca, menos a uno como él.

Mercury [One Shot] HopeVWhere stories live. Discover now