Tarde, tarde, tarde.
Esa palabra se repite una y otra vez en mi cabeza, una vez de a ver escuchado las palabras de la señora sonriente, parada frente a mí, miro discretamente por la puerta de cristal de la papelería en la que me encuentro, mi vista se posa en la casa que se encuentra justo frente a el establecimiento, esta tan cerca que con tan solo cruzar la calle dando unos cuantos pasos, llegarías a la puerta.
Mí vista pasa por el jardín con temática antigua, es como entrar en un museo, te sientes en una época completamente diferente al sentarte en ese jardín, los recuerdo de los momentos que pase en ese jardín inundan mi mente, en especial esa banca de un color blanco tan limpia que parece brillar, bajo la sombra de un frondoso árbol, sigo recorriendo el jardín con mi vista, hasta que me topo con la enorme puerta de herrería de la casa, esa puerta por la que varios años atrás, entraba feliz y sonriente, a un lado del amor de mi vida, la misma puerta que ahora se encuentra cerrada y tan ajena para mí.
Regreso mi atención a la dueña de la papelería, reprimo mis sentimientos y trato de fingir que mi corazón sigue entero y no en mil pedazos, que casi llegaría hacer polvo, forzó una sonrisa y junto la fuerza necesaria para parecer normal ante la persona frente a mí.
-Así que se casa, no me lo esperaba.
-Sí, se nos casa, por lo que se, después de que paso su graduación de la universidad, empezaron con los preparativos de la boda, toda la familia está muy emocionada y contenta.
-Me lo puedo imaginar, y ¿con quién se casa?
-Con la chica esa con la que se puso de novio después de que ustedes terminaron.
-Wow, nunca me hubiera pasado por la cabeza que se casaría con ella, sí que duraron mucho de novios.
-Si bastante, pero si soy sincera, esa chica no me gusta para él, la pareja que ustedes dos formaban era hermosa, es una lástima que no terminaran juntos, todavía no entiendo por qué terminaron, si se miraban muy enamorados.
-Cosas que pasan.
Digo encogiéndome de hombros y tratando de sonar lo más normal que puedo, tomo la bolsa de regalo rosada y con dibujos de ositos, la indicada para un baby shower, que se encuentra sobre el mostrador, me despido de la señora, ella me sonríe y me dice que vuelva pronto, le devuelvo la sonrisa y salgo por la mima puerta por la que observe su casa.
Mientras camino a donde deje estacionado mi auto, miro de reojo la puerta de esa casa, ¿pero por qué la miro? No es que de repente se abrirá y por ella valla a salir la persona que es dueña de mis pensamientos, suspiro cansadamente, sé que es bastante tarde para nosotros, para volver hacer lo que algún día fuimos, y más ahora que él está reconstruyendo su vida, formándose un futuro en el que absolutamente para nada entro yo.
Pensar que este día había iniciado bastante bien, miro la bolsa de regalo en mi mano, ahora ya no tengo ganas de asistir al evento de mi amiga, pero ella no tiene la culpa de mis emociones, este es su día, el día en que celebra el próximo nacimiento de su primera hija, no puedo faltar, después de todo somos tan cercanos como para considerarnos familia.
Sin darme cuenta ya estoy frente a la puerta de mi auto, lentamente dirijo mi mano libre, a mis bolsillos, busco la llave del auto, una vez que la encontré, la saco y abro la puerta, me acomodo en el asiento del conductor, pongo la bolsa de regalo en el asiento del copiloto y cierro la puerta, prendo el auto, doy una última mirada a la casa de sus padres y empiezo a conducir, dejando la papelería, el jardín, la casa y dejándolo a él, atrás.

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Tarde
FanfictionBeam es un joven de 23 años a punto de terminar su carrera universitaria, pero no es feliz, una decisión que tomo en el pasado lo atormenta todos los días, su tristeza aumenta cuando se entera que está a punto de perder para siempre al amor de su vi...