Leighton.
En el caos.
—Son diez kilogramos menos ¿entiendes el riesgo de eso Leighton? —La doctora Colleman me mira bajo sus gafas cuadradas de vidrio, sus ojos son acusadores y a la vez preocupados.
—Sí —murmuro, bajando mi cabeza y mi mirada hacia mis manos entrelazadas. Sé el riesgo de eso. Lo supe desde el momento en el que decidí agacharme frente a un inodoro y utilizar mis dedos para devolver mi comida.
—¿Y te importa?
Trago saliva y recojo un mechón de mi pelo castaño detrás de mi oreja. He pensado mucho en ello, y si, me importa la pérdida del peso, pero no en la manera en que la que ella espera que me importe, si no que me importa bajar de peso, por que eso es lo que quiero. Me importa hacerlo, no los riesgos, por que si los conozco. —¿Debería? —pregunto, sabiendo que mi respuesta real, es muy sabida por ella.
Suspirando se quita sus gafas y se refriega los ojos negando desganadamente
—Si, deberías. Teniendo en cuenta que puedes quedar infértil, perder el calcio de tus huesos y eso incluye perder tus dientes, también perder tu pelo lo cuál sería una real lástima por que es bellísimo, podrías tener problemas en tu corazón y en tu respiración y podrías conseguir la menopausia antes de entrar en los veinte. —Me mira fijamente, esperando reacción, mientras sacude su lápicera y se muerde su labio, elevando una ceja.
A cambio, no me muevo. Permanezco dura y estable frente a ella, respirando con dificultad.
—Bien, tan escalofriante como se vea, no pareces muy asustada por las condiciones en las que puedes encontrarte en el futuro, no muy lejano, debo admitir —farfulla. Ruedo los ojos, un poco fuera del lugar en este momento.
—Te voy a hacer una pregunta Leighton, y quiero que seas muy sincera —ordena, asiento, aunque no estoy segura de decir la verdad, por que no estoy prometiendo nada. —Si te dejo ir a casa hoy… ¿seguirías provocándote vómitos y dejando de comer para bajar de peso?
Cierro los ojos y muevo mi boca hacia un lado, un poco reacia a esto —Supongo que no tengo que responder por que usted sabe la respuesta, pero lo haré —tomo una pequeña respiración y me levanto de mi silla, mirándola fijamente —Volvería a casa y lo seguiría haciendo doctora Colleman, por que usted no entiende las razones por las cuales lo hago
Tomo mi campera de cuero color café y la deslizo en mi brazo, poniéndomela con cuidado. La doctora se levanta de su silla también y asiente. La batalla está perdida, y ella lo sabe. Lo que supongo es que si la hago perder su causa de ‘’recuperen-a-leighton’’ se dará por vencida y me enviará a alguna psiquiatra o algo por el estilo. Opción que no servirá, por supuesto.
Me dirijo hacia la puerta y la abro. La doctora pisándome la sombra, detrás de mí.
Mis padres se levantan al mismo tiempo, ambos ojerosos, preocupados y desalineados por mi culpa.
—¿Terminó la consulta doctora?
Me giro para ver a la mujer de unos cuarenta de tez muy oscura y ojos marrones asentir
—Así es, terminó la consulta. —Mis padres se miran y respiran, pensando que eso es todo, al igual que yo.
—Pero con Leighton, ahora tengo que discutir con ustedes sobre la rehabilitación de su hija
¡¿Qué?!
Mis ojos se abren con espanto y sorpresa y mis padres me miran rápidamente
—¿Re...habilitación? —Balbucea mamá, viéndose realmente pálida. Mi padre la rodea con su brazo rápidamente y se asegura de sostenerla bien.
—Así es Grace, lo lamento
La doctora les abre la puerta en mayor longitud para que puedan pasar y discutir de la mierda a la que ella se refiera como rehabilitación
—Leighton se tiene que quedar en el hospital, en las condiciones psicológicas en las que se encuentra y además, teniendo en cuenta que tiene un caso de bulímia y algunos síntomas de anorexia, no puedo dejarla ir. Sería un pecado para mí hacer como si esto no estuviera pasando
—Ella… ¿qué? ¿Bulímia y anorexia? ¿Las… dos?
«se tiene que quedar en el hospital»
«se tiene que quedar en el hospital»
«se tiene que quedar en el hospital»
«se tiene que quedar en el hospital»…
—Pasen, por favor —los incita de nuevo la doctora. Asienten, y entran al consultorio no sin antes echarme una mirada llena de decepción.
«se tiene que quedar en el hospital»
«se tiene que quedar en el hospital»
«rehabilitación» «rehabilitación» «rehabilitación»