Estaba tumbada mirando al techo cuando lo escuche un grito y después un aullido, un escalofrío recorrió mi cuerpo, baje casi corriendo las escaleras llamando a mis padres.
-Mamá, Papá- dije asustada mirando en el Salón.
-Cariño estamos aqui-me dijo mi madre desde la cocina.
-Mamá. ¿Has escuchado ese sonido?- le pregunte abrazandola
- Cariño será el viento no te asustes- me dijo intentando que me tranquilizara.
-Igual es un monstruo que viene a comerte- dijo mi padre saliendo de la despensa con la jarra de agua.
Yo asustada abraze aún más fuerte a mi madre, que le echo una mirada amenazante a mi padre.
-Vamos a cenar que no habrá sido nada- dijo mi madre poniendo los platos en la mesa. Después de cenar volví a mi cuarto y mire por la ventana buscando algo sospechoso, algo que me dijera que era ese aullido.
Llegue a pensar que podrían ser lobos pero en este bosque nunca a habido lobos era algo extraño. Me tumbe en la cama intentando conciliar el sueño pero lo volví a escuchar otro aullido pero esta vez más cerca, salte de la cama para volver a mirar por la ventana pero no ví nada todo estaba oscuro. Volví a la cama y me quedé dormida pensando que podría haber sido ese aullido.
A la mañana siguiente decidí investigar que había sido eso extraño sonido. Salí fuera encontrandome a mi padre cortando troncos.
-Kiara, ¿a donde vas?-Dijo él mirando como abría la puerta.
-Papá voy a dar un paseo en un rato vuelvo- dije yo poniéndome la chaqueta.
-Vale pero no te alejes mucho- dijo abrazandome.
Cuando empeze a andar me di cuenta de que había pisadas en el suelo. Las empecé a seguir cuando de pronto se convirtieron en huellas de un perro pero no un perro normal estas eran más grandes, un lobo, pensé pero no era imposible eran aún más grandes que las huellas de los lobos.
-Que extraño dije sacando el móvil para hacerlas una foto.
Estuve un rato más siguiendo las huellas hasta que desaparecieron en frente de un gran árbol.
-Que raro esto es aún más extraño dije dando vuelta al árbol.
Pero nada no había absolutamente nada perdí el rastro.
Al llegar a casa subí corriendo las escaleras me tumbe en la cama y saque el teléfono para volver a mirar la foto de la huella.
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Era más grande de lo normal quería enseñarselo a mis padres pero entonces sabrían que me habria alejado demasiado. Entonces decidi coger el portátil y pasar la foto para así poder verla mejor.
Después de investigar por Internet pude ver que hace 1.000.000 años atrás habitaba un tipo de lobo pero más grande, pero no podía ser un lobo gigante se habían extinguido hace años... O eso decían los documentos en Internet.
-¿ Podría ser un lobo gigante?¿Una especie extinta? - las preguntas empezaban a invadirme y peor es que ninguna tenía respuesta.
- Kiara baja a cenar- dijo mi madre desde la cocina.
- Voy- contestó yo aún con las preguntas en la cabeza.
Al llegar a la cocina no paraba de pensar en lo que estaba sucediendo los gritos, los aullidos, las huellas que desaparecen en el gran árbol todo era muy extraño.
-Hija, estas bien te noto como ausente- me dijo mi padre.
- Si papá estoy bien solo que estoy pensando-
-Me parece bien pero cena que se va a enfriar-dijo mi madre llegando con una jarra de agua.
-Mamá es que no tengo mucha hambre. ¿Puedo volver a mi cuarto? - pregunte yo mirando a mi madre
-Claro cariño pero no es bueno que no comas- contestó mi madre echándole agua al vaso de mi padre.
Subí a mi habitación pensando en que mis padres no se hubieran dado cuenta que me pasaba algo. Por más que pensaba y pensaba en todo lo que había descubierto más dudas llegaban a mi cabeza.
-Debería seguir investigando - me dije a mi misma
-¿Pero como?¿Que hago? ¿No se como empezar? - aún más preguntas aparecían en mi.
Mañana iré otra vez al lugar y seguiré investigando.
